Canciller Jorge Arreaza manifestó que el Gobierno de Duque intenta utilizar a Venezuela para ocultar la tragedia de su país.
El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, rechazó este jueves acusaciones del Gobierno de Colombia sobre la nación bolivariana de dar refugio a terroristas y de planear un atentado contra el presidente Iván Duque.
En mensaje difundido a través de su cuenta en la red social Twitter; Arreaza manifestó que desde la Casa de Nariño otra vez usan a Venezuela para tratar de ocultar lo que calificó como la tragedia de Colombia.
Señaló que se trata de un país “lleno de violencia y grupos armados, cuya economía y clase política reposan en el narcotráfico, una policía represora, masacres y asesinatos diarios a líderes sociales, exportadores de mercenarios magnicidas”, escribió.
En conferencia de prensa este jueves, el ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, informó a la prensa que los atentados contra la brigada 30 (15 de junio) y el presidente Duque (25 de junio) supuestamente se planearon desde Venezuela.
También anunció la captura de diez personas, que señalan de pertenecer al bloque 33 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).
Las declaraciones del canciller Arreaza tienen lugar dos semanas después de que un comando de hombres armados, integrado entre otros por una veintena de exmilitares colombianos, ingresó a la residencia del expresidente de Haití, Jovenel Moïse, y lo asesinó a tiros.
Tras el hecho, las autoridades de Venezuela subrayaron la similitud del ataque al jefe de Estado haitiano con la frustrada Operación Gedeón (mayo de 2020), organizada en territorio colombiano para eliminar al presidente venezolano, Nicolás Maduro Moros, y otros líderes.
A inicios de julio, el Gobierno bolivariano desmanteló varias bandas criminales que, con apoyo de un sector de la derecha venezolana, intentaron sembrar el terror y el caos en áreas del suroeste de Caracas.
Tras neutralizarlas, Venezuela denunció que esa operación, ejecutada por paramilitares colombianos, había sido apoyada financieramente por Colombia y Estados Unidos.
El magnicidio del Presidente de Haití, ocurrido el 7 de julio pasado, avivó el debate sobre la contratación de exmilitares de Colombia, en calidad de mercenarios, para ejecutar operaciones en Afganistán, Irak y otras naciones.