Unasur pidió a Suecia, el Reino Unido y Ecuador que se pongan de acuerdo con la liberación del fundador de Wikileaks, Julian Assange, dado que la ONU ha establecido que su detención es "arbitraria".
"Me parece que lo que ha hecho Naciones Unidas es abrir la puerta para que haya un acuerdo entre los distintos países que están involucrados en el caso de Assange para dejarlo en condiciones de libertad, si eso es lo que solicita Naciones Unidas", declaró el viernes el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper.
En este contexto, solicitó a los gobiernos de Suecia, el Reino Unido y Ecuador que se pongan de acuerdo para ofrecer a Assange el tratamiento que merece cualquier persona que está siendo juzgada.
"Hace mucho tiempo se desbordaron las reglas del debido proceso, del derecho de defensa, un habeas corpus elemental, el derecho a ser juzgado, a ser vencido o triunfar en un juicio; ninguno de esos derechos se le ha concedido", enfatizó Samper.
Sus declaraciones se produjeron después de que, el viernes, el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, respaldara la posición de Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la Organización de las naciones Unidas (ONU) y resaltara que la detención del periodista australiano, asilado desde 2012 en la embajada de Ecuador en la capital británica, Londres, constituye “un problema humanitario”.
Suecia y el Reino Unido, por su parte, rechazaron el fallo de la ONU, que llamaba a poner fin a la “privación de la libertad” del fundador de WikiLeaks, argumentando que Assange nunca ha estado detenido.
El periodista australiano dijo que se entregaría a las autoridades británicas si el veredicto de la ONU le era desfavorable, pero, en caso contrario, llamó a dichas autoridades a dejarlo salir sin importunarlo y a devolverle el pasaporte.
El texto de la ONU, tras repasar el caso del fundador de Wikileaks, recuerda que este, en diciembre de 2010, estuvo diez días en aislamiento en una prisión británica a petición del fiscal sueco, más tarde fue puesto bajo arresto domiciliario durante 550 días, solo después, el 19 de junio de 2012, solicitó asilo a Ecuador y se refugió en su embajada en Londres.