Espécimen raro este fantasma que emerge de las entrañas más oscuras de la política colombiana.
Un fantasma recorre Colombia. Dejó su guarida de Bucaramanga y se mudó a Bogotá con la intensión de instalarse en el palacio de Nariño.
Se trata de Rodolfo Hernández, un sexagenario desconocido por el pueblo colombiano pero que contra todos los pronósticos, quebrando los vidrios actuariales de las encuestas, obtuvo 5.950.484 votos en las recientes elecciones, logrando así pasar a la segunda vuelta que se realizará el 19 de junio, para disputarle a Gustavo Petro la Presidencia de la República.
Espécimen raro este fantasma que emerge de las entrañas más oscuras de la política colombiana. Mucha gente se pregunta quién es este dinosaurio que sin hacer campaña, sin expresar y exponer un programa de gobierno, se ha colocado en el camino de ser presidente de Colombia.
El mismo Rodolfo Hernández se ha encargado de difundir quién es él. Es un tipo que vive cometiendo errores y no tiene ningún empacho en reconocerlo de manera desvergonzada. Es un personaje que amenaza de muerte a sus adversarios, tildándolos de hijos de... en plena calle.
Un descarado que se burla de las necesidades del pueblo y se permite darle una paliza a un concejal para cobrarse justicia con sus propias manos. Un alcalde mentiroso y demagogo que le ofreció a los habitantes de Bucaramanga 20.000 casas y jamás construyó una.
Amigo personal y declarado de Álvaro Uribe Vélez, uña y sucio con quien comparte negocios de todo tipo y a quien admira y respeta por los favores recibidos. Un hombre que desconoce la geografía y realidad colombiana, carente de propuestas para gobernar las crisis que allí se viven y padecen. Un déspota y patán abusador de las mujeres a quienes trata con absoluta falta de respeto y sin consideración alguna.
Un admirador confeso de la doctrina y obra de Adolfo Hitler, el criminal fascista alemán. Un tipo que padece de aporofobia manifestando su odio a los pobres a quienes considera insectos en la sociedad y que por tanto hay que exterminar.
Todo lo anterior lo ha declarado el mismo Rodolfo Hernández de manera abierta y pública. Este es el hombre que en una carambola política expresada en alianzas con la ultraderecha, con el narcotráfico y el paramilitarismo, puede convertirse en el nuevo presidente de los colombianos.
Las esperanzas de más de 8.5 millones de colombianos que votaron por Gustavo Petro, pudieran desbarrancarse si este fantasma se alza con la victoria en la segunda vuelta a celebrarse el 19-J. Confiemos en la sensatez de un pueblo sufrido durante años y pueda darse Colombia un gobierno decente, que sea capaz de enfrentar a las mafias corruptas, que deje la sumisión y ponga a los gringos en su sitio. Un gobierno amigo de los demás gobiernos y pueblos latinoamericanos y caribeños, que respete los acuerdos internacionales y mantenga la región libre de armas nucleares y como zona de paz. Un gobierno que regrese a la verdadera integración solidaria en la Unasur, el ALBA-TCP, la CELAC.
El 19 de junio será la votación definitiva. El fraude y la abstención y otras escaramuzas pueden facilitarle la tarea al fantasma de Bucaramanga. Como dice la letra del himno de Colombia: "Aún no ha cesado la horrible noche". Por el bien de Colombia y de Latinoamérica, esperemos un luminoso amanecer el 20 de junio.