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Gobierno materializó 449 subsidios para la compra de tierras con proyectos  productivos para familias campesinas del país En el mes de mayo de 1993, en una conferencia llevada a cabo en Mons, Bélgica, 46 representantes, hombres y mujeres de organizaciones de campesinos, pequeños agricultores, pueblos indígenas y trabajadores del campo de varias regiones del mundo, crearon La Vía Campesina. Sin embargo, sus raíces se remontan tiempo atrás, durante la década de los 80.  Los miembros fundadores de La Vía Campesina participaron en diálogos e intercambios entre campesinos, tanto de las mismas regiones, como de diversos continentes. El Movimiento, rápidamente alcanzó connotación y origen internacional. Esto condujo a la creación de movimientos regionales tales como la Coordinadora Campesina Europea (CPE) en Europa, así como la Asociación de Organizaciones Agrarias Centroamericanas (ASOCODE) y la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas (CLOC) en América Latina. 
La Vía Campesina se creó con unos objetivos comunes: 1. Rechazo explícito del modelo neoliberal de desarrollo en la ruralidad. 2. Una determinación feroz de no “desaparecer” como organización y 3. Un compromiso para trabajar juntos y dar así, fuerza a la voz, y a la acción del campesino, de modo que se genere el cambio en los espacios democráticos, que otorguen a la gente del campo, un papel importante para decidir en asuntos que tengan un impacto positivo en sus vidas. 
A través de la estrategia de “construir unidad en la diversidad” y  basados en su propio concepto de Soberanía Alimentaria, las organizaciones de agricultoras y agricultores del mundo, están trabajando para garantizar el bienestar de las comunidades rurales y conquistar mayor acceso al control de los recursos de la producción local, mediante un mayor acceso al poder social y político.
La Vía Campesina surgió en un particular contexto económico, político y social, que minaba la capacidad de los campesinos y campesinas del mundo a mantener el control sobre la tenencia de la tierra y la autonomía y soberanía sobre las semillas. En la actualidad, el Movimiento es la organización más numerosa del mundo, ya que cuenta con más de 200 millones de asociados.
Su presencia y ejemplo, y la tenaz persistencia en sus principios, ha conducido a la creación de movimientos regionales tales como la Coordinadora Campesina Europea (CPE) así como la Asociación de Organizaciones Agrarias Centroamericanas (ASOCODE) y la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas (CLOC) en América Latina. 
La Vía Campesina se ha convertido en una voz cada vez más visible y resonante de la oposición radical a la globalización de un modelo neoliberal y corporativo del neoliberalismo.
El objetivo de La Vía Campesina es traer el cambio al campo. Cambio que mejore los medios de vida, que aumente la producción local para el consumo local, y que abra el cambio en los espacios democráticos que den a la gente del campo un papel importante, una posición, y puedan decidir en asuntos que tengan un impacto en sus vidas. El movimiento cree que este tipo de cambio puede ocurrir solamente cuando las comunidades locales conquisten un mayor acceso al control de los recursos de la producción local, y cuando tengan un mayor acceso al poder social y político.
La Vía Campesina reivindica la Agroecología como la ciencia o disciplina que incorpora los conocimientos de los procesos ecológicos en la producción agrícola, pecuaria y forestal, relacionados con los sistemas alimenticios.
En Colombia, la Misión Internacional de Vía Campesina, ha acompañado a las distintas organizaciones adscritas a dicho Movimiento, mediante la solidaridad en el contexto político y territorial en el que se desempeñan. Lo hacen, mediante la denuncia de la alarmante criminalización y muerte, de cientos de personas que lideran los procesos locales de producción y organización social, en relación con los acuerdos suscritos en la Habana, entre el Estado Colombiano y las FARC, en 2016. Algunas de esas organizaciones son: ANMUCIC (Asociación Nacional de Mujeres del Campo e Indígenas de Colombia, movimiento cofundador de Vía Campesina; ANZORC (Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina); ANUC (Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia); FENSUAGRO (Federación Nacional Unitaria Agropecuaria de Colombia) 
El 17 de abril de 2020, la ONU emitió una declaración sobre los Derechos del Campesino, en la que se consagran los derechos y se defienden los beneficios de la Agricultura Familiar Campesina y Comunitaria, en un documento en el que se contemplan 28 artículos, que señalan la necesidad de un modelo agropecuario sin agro tóxicos ni transgénicos, y se reafirma la íntima relación entre la Vía Campesina y los Derechos Humanos.