Aviso

 

Venas que comenzarán a sangrar con más fuerza, por el fascismo irracional que una parte importante del pueblo brasileño apoyó para que condujera su destino los próximos años.

Y sabemos que cuando el fascismo se instala además de causar espanto, goza de una especie de blindaje que hará muy difícil romper con esas cadenas condenatorias.

Más allá de supuestos (o no, fraudes) en un sistema electoral por vía electrónica, que ya vimos cómo están tratando de modificar, por ejemplo, en Alemania y justamente por esas sospecha sobre lo fraudulento que puede resultar un acto electoral por medio de botones,  nuevamente nos encontramos con un pueblo votando a su verdugo.

Negros votando a un xenófobo.

Mujeres votando a un misógino.

Homosexuales votando a un homófono.

Historia casi surrealista que hasta parece sacada de las páginas de algún libro de terror psicológico, se instaló hace minutos gracias al aporte de gran parte de un pueblo que confunde votar con botar de su historia a un ultraderechista considerado hasta por el seminario británico The Economist, “una amenaza para la democracia”. Cosa que él mismo se encargó de sostener al decir que cerraría el Congreso el primer día tras ser elegido presidente(*)

Atrás quedó el “Ele não”, que atronó sobre las calles atestadas de gente después de las frases horrorosas que escupiera este monstruo, Jair Bolsonaro, que acaba de instalarse en el gigante del sur que a pasos agigantados recula dando impulso a la derecha más vernácula, recalcitrante que tanto daño causó en este mundo “occidental, cristiano, EVANGELIZADO”

Grande fue el aporte de las sectas evangélicas para que estemos hablando de este retroceso. Incalculable el de los medios des-informativos que lavan cerebros con más facilidad de la que goza un laburante buscando el pan para llevar a su mesa.

Esta decisión absurda convierte a Brasil en cabecera de playa, punta de lanza, amenaza continental, estrechando filas con un proyecto de neto corte gringo. Llorará mucho mi pueblo hermano, padecerá las políticas de este hombre al que no le temblará el pulso para decretar la pena de muerte contra los pobres, porque su idea se apoya en esa base macabra.  Pero no le darán los testículos para enfrentarse a su aliado del norte cuando baje su línea de empobrecimiento, ajustes, pauperización.

Mientras una parte de Brasil celebra, otra se prepara para resistir esta política de odio e irracionalidad, con ellos deberemos unirnos quienes hicimos del internacionalismo nuestra bandera de vida.

En esta desgracia cotidiana que estamos viviendo en Latinoamérica, mientras Brasil celebra su desmembramiento, la Caravana de Migrantes Hondureños que trata, caminata mediante, de llegar al “país de las maravillas”,  huyendo de la desgracia de la derecha que asoló su país desde el golpe de Estado del 28 de Junio de 2009, está siendo acribillada  al tratar de pasar por México. Ya hay al menos un muerto.

Así actúan las fuerzas bajo la égida de la derecha, vendrán tiempos peores, no me cabe la menor duda, en nosotros se centra la tarea de decir ¡BASTA, pero basta en serio y de una vez por todas!