La guerra de hoy es una actividad inversionista y un tema financiero. Ya no suenan los luctuosos tambores, ahora suenan las turbinas de los aviones bombarderos que en una sola jornada pueden exterminar en masa grandes ciudades
Cuando la guerra era un deseo antropófago se celebraba con danzas rituales, había esperanza. Hoy que han muerto el deseo, el sueño y el fuego caníbal, la guerra se volvió fría, y tanto, que ahora hace parte del frívolo entretenimiento audiovisual. Los últimos vestigios conocidos de canibalismo en la humanidad fueron el partido liberal y el partido conservador de Colombia, pero ese ya era un canibalismo tan degradado como el presente, y que consistía solo en obtener placer del sufrimiento ajeno y en el robo de tierras, sin la justicia salvaje ni el carácter sagrado de la comunión y de la incorporación del otro. La sangre que vino después, ya se sabe, ha sido la profundización de esa herida abierta.
Con la muerte de la pasión muere también la compasión. El sufrimiento de naciones enteras ya no conmueve, y la muerte ajena ya no genera estupor, ni hace golpear la tierra con el pie de los pueblos guerreros. Ya ni siquiera hay pueblos, el consumo de la sangre es tan virtual como los dispositivos electrónicos que se utilizan para lanzar las bombas.
La guerra de hoy es una actividad inversionista y un tema financiero. Ya no suenan los luctuosos tambores, ahora suenan las turbinas de los aviones bombarderos que en una sola jornada pueden exterminar en masa grandes ciudades, y ya no hay tiempo para la alarma anti aérea porque los misiles tienen radares y vuelan como murciélagos sin ser detectados. Ahora que toda guerra es un acontecimiento frío, no se hace fiesta, pero se cuentan más muertos y se incrementan los beneficios materiales y los negocios; sobre la sangre de las guerras de hoy crece el mundo financiero. Ya no es el cementerio sino la fosa común, ya no es el dolor sino el silencio impotente, ya no es la sangre sino el polvo de huesos que estalla en el aire. Y si no hay sangre verdadera no hay vida tampoco, lo destruido es solo demolición, polvo sin dolientes, sumas y restas; las almas de los muertos se depositan en la urna bancaria. El eslogan financiero sigue siendo el mismo desde hace doscientos años cuando la sangre de Waterloo enriqueció a los banqueros ingleses: “cuando hay sangre en las calles compra propiedades”, decían los financiadores de la guerra, los beneficiarios de la sangre de 30.000 muertos: la familia Rothschild.
La verdad de la Europa de hoy, se encuentra en los pulmones de los ahogados en el Mediterráneo que no alcanzaron siquiera el agónico estatus de refugiados. La verdad de las “Naciones Unidas” y sus derechos fundamentales está bajo el polvo de los que antes del bombardeo fueron los jardines del Índico y la demolida arquitectura de Mogadiscio, muerte con lápida de “Estado fallido” para Somalia, y escombrera, en donde no será difícil encontrar entre huesos y trozos de muebles, los casquetes de las balas de los pacificadores fusiles Made in USA. Ahora parece ser el turno de Latinoamérica, la visita de la muerte llegó a Colombia en diciembre pasado con la presencia del comandante del Pentágono, nadie lo vio, ningún medio registró su calavera con quepis.
Antes de toda demolición de un país es parte del protocolo de la muerte, la visita de las calaveras militares. Así ocurrió en Kabul y Bagdad. En todo caso la fuerza militar extranjera ha entrado “legalmente” por Colombia que ya hace parte de la OTAN, lo ha hecho también por la Patagonia, por el Amazonas, por el Caribe. Estados Unidos toma posición en Latinoamérica en el momento que se activa una guerra comercial que amenaza con convertirse en guerra territorial y de posiciones, o en toma militar de países como está ocurriendo en este momento en Argentina y Colombia. La guerra de Irak, mal llamada así, puesto que es la guerra de Europa y Estados Unidos que destruyó Bagdad, molió no sólo la ciudad, también borró la memoria humana con los registros destruidos de las primeras culturas escritas, conservados hasta entonces en la biblioteca de Bagdad, la OTAN borra no solo las personas y los mapas, también la memoria y la cultura, su cartografía no es de este mundo.
Trump quiere guerra y el presidente de Colombia obedece, el hocico de la hiena sonriente y la nariz chata del cerdo estúpido se juntan. Pende de ese encuentro la vida de millones de seres de Colombia y de Venezuela ¿Será Caracas otra Alepo silenciada y Bogotá la nueva Bagdad con su catedral destruida como destruyeron en Alepo la mezquita del siglo VIII?, ¿Duque, quien es ahora la cerda de llaves de la hiena, Santos quien firmó la incursión en la OTAN y el Centro Democrático que promueve la guerra pedirán perdón a Colombia sobre el polvo de su territorio destruido?, ¿permitiremos que sean Colombia y Venezuela otras Sirias de sangre y escombros? Bagdad y Alepo tenían un importante patrimonio cultural, Colombia también: ser el Caín de América no es patrimonio menor. No es Venezuela realmente el botín buscado, es toda América, y aquí vienen por la selva y por el subsuelo, y si los colombianos no desobedecemos al puerco gobierno no tendremos en donde sepultar los huesos de Colombia.
Amazonas. La nueva historia
Lo que empieza como ficción termina como realidad. Ficción es la publicación de un mapa en internet a principios de siglo en donde la Amazonia aparece como territorio de Estados Unidos y la Unión europea. En esta cartografía la selva lleva el nombre de zona de reserva internacional.
Ficción llaman algunos a la alerta por parte de algunos miembros del ejército de Brasil por una posible intervención militar norteamericana en la zona. Lo que no es ficción es que el Brasil posee el 12% de la reserva de agua del planeta, y que hace algunas décadas una de las propuestas militares norteamericanas era crear un mar interior en la zona convirtiendo las vertientes de la selva en vía fluvial continental. Tampoco es mito la persistente intención de internacionalizar la Amazonia.
Mientras se logran a mediano plazo los fines las llamas buscan el subsuelo. El incendio y la tala continúan hoy en Brasil, Perú y Colombia. Después de quince años de llamas continuas, las llamas son una política. Lo que hoy ocurre en el Guaviare muestra los claros de la selva, la quema es general porque ya ni la madera importa, su ceniza sirve en la potrerización, ya llegan las mineras a recoger las cenizas sembradas y continuar en la siembra del desierto. El tiempo de debate parece haberse cerrado, porque lo que vemos ahora son acciones concretas, que podemos llamar el plan y sus estrategias:
El plan y las estrategias
OTAN. Plan Amazonlog 2017
Diciembre de 2017. Acción militar en Tabatinga con presencia del ejército norteamericano y los ejércitos de Perú, Brasil y Colombia. Operación también llamada Operación logística humanitaria en la selva amazónica.
Ver: https://translate.google.com.co/translate?hl=es-419&sl=pt&u=http://amazonlog.net/sobre-o-amazonlog-2017.html&prev=search
https://www.pagina12.com.ar/74440-amazonia-tiene-importancia-estrategica
Febrero 2018. Visita del secretario de Estado Rex Tillerson a Colombia, Perú y Argentina.
Tema: recursos energéticos-Fracking. Venezuela
https://www.elpais.com.co/colombia/rex-tillerson-secretario-de-estado-de-ee-uu-inicia-visita-diplomatica-en.html
Febrero 2018. Presencia del Jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Kurt Tidd, en Tumaco-Colombia.
Tema: Operaciones conjuntas. Ecuador y Venezuela.
https://www.hispantv.com/noticias/bolivia/368302/morales-eeuu-colombia-presencia-militar-venezuela
Febrero 2018. Visita de director de la Nasa a Colombia, Brasil y Perú
Tema: Charles F. Bolden, director de la Nasa en sus propias palabras: “Estamos planeando una colaboración para enviar un avión de la Nasa a Colombia. Una misión que busca explorar la Amazonia y la actividad volcánica para entender mejor los cambios de la Tierra”.
“Estos son días distintos. Para trabajar en la Nasa no hay que ir a vivir a Estados Unidos. Todo se puede hacer desde Colombia, pero eso requiere arreglar las cosas y trabajar duro”
https://www.elespectador.com/noticias/actualidad/los-planes-de-nasa-colombia-articulo-546470
¿Qué significa “arreglar las cosas” en este sistema de cosas?
Las acciones norteamericanas son tan rápidas como las palabras; efectivamente, no hay que vivir en Estados Unidos para trabajar para la Nasa, ahora el Instituto Humboldt asumió esa tarea. Son tres proyectos que incluyen trabajo con el espectro electromagnético, es decir, soberanía nacional.
http://www.humboldt.org.co/es/boletines-y-comunicados/item/1167-nasa-apoyara-con-tecnologia-espacial-monitoreo-de-biodiversidad-colombiana
https://www.elespectador.com/noticias/actualidad/los-planes-de-nasa- colombia-articulo-546470
https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/la-nasa-monitoreara-la-biodiversidad-colombiana-desde-el-espacio-articulo-735272
Estas acciones y otras desconocidas son partes de la operación militar registrada en el Amazonas y de las tres visitas de cabezas administrativas del gobierno norteamericano: Secretario de Estado, Jefe del Comando Sur, Director de la Nasa, en menos de dos semanas. Además de la comisión científica que en marzo hizo presencia con el presidente de Colombia Juan Manuel Santos en el Chiribiquete y en medio del fuego y la tala de la selva.
¿Qué esperan los ambientalistas para asumir el debate sobre el papel del Instituto Humboldt en el monitoreo que hace la NASA sobre nuestras selvas? Estos hechos tendrían que abrir desde hace rato un debate en el Congreso sobre soberanía nacional. ¿Por qué el país, o las corrientes democráticas, o los ambientalistas en el Congreso no han abierto el debate sobre el Instituto Humboldt y su paso de información a la NASA?, ¿por qué los encargados de comunicaciones no defienden la soberanía del espectro electromagnético por donde se escapa toda la información y por donde entra la espía trompa de la hiena Trump?
La estrategia de la invasión es la invisibilidad y la morfina mediática, y la táctica es convertir las instituciones latinoamericanas en extensiones de las instituciones de Estado Unidos y de Europa, incluidos el ejército, la policía, los centros de investigación, las universidades, la justicia y el mismo Estado.
¿Y el sur? Israel y Estados Unidos invadieron hace apenas unos días el territorio mapuche, silencio continental. El ejército de Norteamérica patrulla poblados y calles de ciudades argentinas con la comodidad y la frescura con las que lo hace en las selvas de Colombia, silencio. El sanguinario y solapado ejército francés monitorea con su satélite y con su tradicional olfato de carnívoro comerciante y desde la Guyana toda la selva, otra vez silencio. Holanda y Bélgica “investigan” la selva. Silencio y más silencio desde todas las orillas, ni los académicos, ni las instituciones, ni el periodismo, ni los partidos, ni las organizaciones sociales hablan de esta invasión ante los ojos de todos, pero invisible, una de las razones de la “invisibilidad” son los dineros de la “cooperación internacional”.
En claro. Lo que ocurrió en diciembre en Tabatinga con los ejércitos de Perú, Colombia, Brasil y Estados Unidos, entre otras actividades, fue una feria de armas en donde Estados Unidos exponía su oferta bélica, y el mercado de armas no se hace sin guerras reales o ficticias, pero lo más seguro y rentable es que sean reales porque dejan como “valor agregado” las ruinas en dónde invertir. Para eso, para entrar por primera vez y oficialmente como ejército extranjero en el Amazonas, necesitaban a Dilma Rousseff y a Lula en la cárcel, maniatados, con las bocas cerradas. Pero los medios sí hablan todos los días sobre Venezuela.
Los gobiernos latinoamericanos de este momento son esencialmente mercenarios, gobiernos y funcionarios: fiscalías cada una con una estrella roja y norteamericana en la frente, procuradurías con dos estrellas mercenarias en los ojos, ejércitos culi prontos; la policía y la justicia patrullan las mismas calles del delito, no para que no suceda el delito sino para garantizar sus acciones.
En esta guerra de posiciones que comienza, los aliados naturales de Colombia son los mismos países hermanos que ataca. Las agresiones físicas de Colombia contra Ecuador, o las agresiones políticas contra Cuba, son apenas incidentes frente a lo que puede pasar con Venezuela. Son estos otros tiempos; los conflictos son locales, pero la estrategia es mundial, por algo China y Rusia merodean en el Caribe y más adentro.
¿Qué hacer?, ¿seguir contando líderes sociales muertos?, ¿evaluar los daños?, ¿encargar después del fuego la reconstrucción de las ciudades de Bogotá y Caracas al Banco Mundial? Cuando no hay Estado ni pueblo ni oposición, solo nos va quedando el territorio amenazado y el tejido local; es en los territorios, en las comunidades y en la cultura en donde hoy se disputa la soberanía y el mundo real.
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http://www.elojodelcangrejo.com/cartografias/__trashed/