Aviso

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Afinales de 2010 se iniciaba una serie de guerras inicialmente presentadas como levantamientos populares. Túnez, Egipto, Libia, Siria y Yemen se vieron arrastrados por aquella «primavera árabe», reedición contemporánea de la «Gran Revuelta árabe de 1915» iniciada por Lawrence de Arabia. La única diferencia es que ya no se trataba de utilizar a los wahabitas sino a la Hermandad Musulmana.

Todos esos acontecimientos habían sido minuciosamente planificados por el Reino Unido y desde 2004, como lo demuestran los documentos internos del ministerio británico de Exteriores revelados por Derek Pasquill [1]. Exceptuando el bombardeo contra Trípoli, la capital libia, esos hechos fueron provocados por la aplicación de las técnicas no violentas de desestabilización concebidas por Gene Sharp [2], así como de la guerra de 4ª generación de William S. Lind [3]

Al ser adoptado y aplicado por los ejércitos de Estados Unidos, el proyecto británico de «primavera árabe» se superpuso al del estado mayor estadounidense para la destrucción de las sociedades y Estados a escala regional, proyecto formulado por el almirante estadounidense Arthur Cebrowski, divulgado por Thomas Barnett [4] e ilustrado por Ralph Peters [5].

En el segundo trimestre de 2012, los acontecimientos parecían haber tomado un giro más apacible, de manera que Estados Unidos y Rusia acordaron en Ginebra –el 30 de junio– una nueva repartición del Medio Oriente.

Pero Estados Unidos no respetó su propia firma. En julio de 2012, una nueva guerra comenzaba, en Siria, y luego en Irak. A las acciones de pequeños grupos y comandos armados siguieron otras de gran envergadura con la participación de verdaderos ejércitos de yihadistas. Ya no era sólo una guerra de 4ª generación sino una clásica guerra de posiciones, adaptada a las técnicas de Abu Bakr Naji [6].

Esta vez, conforme a los trabajos de Robin Wright [7], la voluntad de impedir la reapertura de la «ruta de la seda» también vino a superponerse a los dos objetivos anteriores, cuando China anunció su intención de trabajar en el restablecimiento de esa vía comercial internacional.

Los acontecimientos parecieron favorecer nuevamente el regreso a la calma durante el último semestre de 2017, luego de la caída del Emirato Islámico (Daesh), pero los promotores de estos conflictos habían invertido tanto que los partidarios de la guerra se negaban a renunciar a alcanzar sus objetivos.

Vimos entonces un intento de reactivar las hostilidades alrededor del tema kurdo. Intento que sufrió un primer fracaso en Irak, para después sufrir otro en Siria. En ambos casos, la violencia de la agresión empujó a Turquía, Irán, Irak y Siria a unirse contra el enemigo externo.

En definitiva, el Reino Unido ha decidido seguir adelante con su objetivo inicial de dominación a través de la Hermandad Musulmana y para ello acaba de constituir un «Pequeño Grupo», cuya existencia ha sido revelada por el periodista francés Richard Labévière [8]. Esta nueva estructura secreta incluye sólo 5 países: Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Arabia Saudita y Jordania.

Por su parte, Estados Unidos, en aplicación del «Giro hacia el Asia» de Kurt Campbell [9], acaba de decidir concentrar sus fuerzas en contra de China.

Mientras tanto, la opinión pública occidental sigue creyendo que el único conflicto, que ya ha devastado todo el Medio Oriente ampliado, desde Afganistán hasta Libia, es una sucesión de guerras civiles por la democracia.

Thierry Meyssan