Aviso

 

Al  pueblo  llano de Israel

Estimados semejantes: Me dirijo a vosotros como un hombre del pueblo español en este caso,  a vosotros mis semejantes del pueblo de  Israel,  como uno  más de los miles de millones de seres humanos  de este Planeta que desde el mes de octubre del pasado año observamos horrorizados  la abominación en Gaza  ; una saña criminal fríamente  programada que no conoce límites.

Netanyahu y su equipo de psicópatas con uniforme, hijos de ese pueblo armado,  son los responsables  de más de treinta y tres mil muertos, más de la mitad niños y niñas; de los   bombardeos sobre viviendas ocupadas, hospitales y centros de refugiados  sin razón alguna que justifique esa atrocidad ,  mientas son encarcelados  y torturados en  cárceles abarrotadas e insalubres  niños y adolescentes supervivientes.

Asesinatos selectivos a médicos, personal sanitario,  ambulancias, cooperantes de la ONU, periodistas, y hasta  de quienes intentan acercarse a la franja  con intención de paliar el hambre y la sed de quienes allí viven en un infierno  en el que a diario mueren de hambre niños, niñas, o heridos por falta de asistencia,  provocan en cualquier humano digno de ese nombre el más vivo dolor y repudio.

El ejército israelí ya   ha logrado superar la crueldad nazi  que creíamos el límite superior del refinamiento criminal, el  límite imaginable de la deshumanización y la perversión moral. Netanyahu y los suyos  han logrado superar a las SS.

¿Cuál es la posición de la mayoría del pueblo israelí?  Las escenas que nos ofrecen los medios muestran un enorme rechazo a Netanyahu, al que acusan de incapacidad para rescatar a los rehenes en manos de Hamas, o el rechazo  minoritario a seguir con lo que ellos  y la prensa occidental llaman “ guerra”, pero ni una una sola manifestación de apoyo   al pueblo palestino o de rechazo a su exterminio. A  la gran mayoría, el pueblo palestino  les sobra de ese territorio al que llaman Israel o Estado Judío, en lugar de lo que es: Palestina okupada  progresivamente  desde 1948 por mandato de las Naciones Unidas, arrogándose un derecho que no posee. La tierra de Palestina no es vuestra. Por tanto, es una ocupación ilegítima desde el punto de vista del derecho internacional y de la ley de Dios dada a Moisés; la ley   del”  No matarás”  y del “No desearás los bienes de tu prójimo”  que Netanyahu- que se dice judío- debería respetar, y que  Biden- que se dice católico y va a  misa-  deberían respetar. Pero El ejército de Netanyahu, asesina sin miramientos a decenas de miles de hijos de Dios con  el apoyo moral y las armas que le envía su padrino Biden para que no cese el crimen.

Palestina no fue ocupada por el pueblo judío como tal, sino por colonos sionistas armados que no han cesado de expansionarse territorialmente hasta convertir la franja de Gaza primero en un campo de concentración a cielo abierto y a continuación, ahora mismo, en un campo de exterminio de norte a sur. Y no hay duda alguna que después iría Cisjordania.

¿Qué harás tú, hijo del pueblo llano?  ¿Seguirás  obedeciendo al gobierno criminal de una nueva versión de Hitler?  ¿Te unirás a la minoría de pacifistas junto a los ortodoxos que se niegan a coger las armas por respeto a los Mandamientos? ¿O  defenderás la tesis de los Dos Estados para acabar con este genocidio?  No te equivoques en ningún caso.  Sabemos que lo que dicen sobre los  dos Estados no es posible: solo es demagogia. ¿Estaría el ejército triunfante tras el genocidio dispuesto a ceder  generosamente lo que ha ido conquistando, las tierras, las casas, las propiedades confiscadas desde 1948? parecería un chiste si se lo contaran a Netanyahu, a su estado mayor y a los colonos francotiradores que disparan sobre niños. Porque forma parte esencial de la política sionista matar niños, impedir que la población palestina se reproduzca. Por eso mismo se bombardean hospitales con recién nacidos y madres parturientas. La abominación no tiene límite.

No son  posibles dos estados en estas condiciones. La única solución para evitar que se repita esta barbaridad  ya no puede ser otra que un solo Estado democrático, pluriétnico y con representantes elegidos por los ciudadanos sin distinción ni privilegios, dispuestos unos y otros, a buscar acuerdos – con la imprescindible ayuda de mediadores internacionales – para reparto del territorio según las leyes internacionales del derecho y las leyes universales de la justicia ética y moral. No es una tarea sencilla, y llevará tiempo si se quiere realizar. Pero ¿cuál es la alternativa? ¿Volver a la situación anterior, repetir una y otra vez este crimen a gran escala  hasta que no quede un solo palestino en su propia tierra? ¿O tal vez hacer tan pequeño el espacio que se les asigne a los supervivientes que apenas si puedan moverse mientras se obliga  al exilio a los que no quepan o se rebelen, si es que queda alguno?

¿Qué harás tú, hijo del pueblo de los colonizadores? ¿Serás como ellos, o te rebelarás contra lo que son como ellos?  Por mi parte, un hijo del pueblo como tú mismo,  no cesaré de dar aldabonazos a tu conciencia como un igual, un hijo del pueblo llano  a un semejante atrapado por el sionismo fascista.

 

Imagen de portada: Viñeta de Emilio Morales Ruiz