Imposible reflexionar sobre el valor de la resistencia en Colombia sin aludir siquiera en unas pocas líneas a la resistencia heróica que en estos momentos realiza el pueblo palestino en la Franja de Gaza.
La resistencia que se libra allí desde décadas atrás es ante todo una defensa de la vida, del derecho a un territorio libre, con los derechos básicos a la subsistencia. En este preciso instante, los palestinos de Gaza están sin energía eléctrica, sin agua, sin servicios sanitarios, sin alimentos, sin refugios seguros. Los hospitales abarrotados desprovistos de energía no pueden operar las máquinas que sostienen la vida de miles de heridos y enfermos. Esta situación ya la han vivido en diferentes momentos del cruel apartheid ejercido por el Estado de Israel durante 75 años. Son tan crueles los bombardeos de venganza del ejército israelí que hasta la criminal OTAN le pidió que tuviera clemencia, y no se excediera en el uso de la fuerza. ¡Tan humanitarios!
Aunque en muchas zonas de Colombia, las comunidades campesinas vivieron situaciones parecidas, al día de hoy la resistencia que libran es por obtener otras reivindicaciones que afortunadamente están contenidas en las reformas estructurales (aún por aprobarse en el Congreso) y en el Plan Nacional De Desarrollo del gobierno del cambio, pero que requieren de otro nivel de resistencia para que se concreten. La resistencia en Colombia en la actualidad tiene que ver primordialmente con la lucha de ideas, la denuncia de la mentira, el desmonte de tendenciosas y falsas narrativas, la defensa del gobierno en las calles. Todo esto está conectado con la elevación del nivel educativo de la población que engloba la capacidad cognitiva, la facultad de discernimiento, la educación política, la conciencia social e histórica, el pensamiento crítico analítico, el compromiso con el medio ambiente.
La resistencia, concebida en los términos descritos, se materializa en distintos niveles:
*1. Resistencia política*. Es la más importante en esta coyuntura. Consiste en el apoyo a los candidatos progresistas para las próximas elecciones regionales del 29 de octubre. Incluye hacer denuncias documentadas de los candidatos de la derecha involucrados en corrupción y crímenes. Es increíble que en las tres ciudades más importante del país tengan una alta opción de ser alcaldes los representantes del uribismo arcaico y gansteril. En Bogotá toda la derecha, los neoliberales anti reformas, el partido verde, la centro derecha, se van a unir en torno a Carlos Fernando Galán, quien mancillando el nombre de su padre, representa las mafias de la contratación y la corrupción. En Cali, Alejandro Éder es financiado por los empresarios de los ingenios azucareros, de los alimentos, los mismos que apoyaron a los anteriores alcaldes Maurice Armitage y Rodrigo Guerrero. Los ingenios azucareros están vinculados a investigaciones por robo de tierras y desplazamiento de pobladores; hacen parte del circulo de María Fernanda Cabal, quien tuvo apoyo de los paramilitares en su carrera politica. Las familias Éder y Caicedo vinculados a estas empresas han apoyado al Centro Democrático y al Partido Conservador; ahora surge una denuncia por parte de un desplazado del departamento del Meta acerca del robo de 70 hectáreas de tierra que Alejandro Éder le hizo. Y en Medellín, Fico Gutiérrez tiene todo el apoyo de los grupos de poder de Antioquia, del uribismo y de grupos narcotraficantes como la banda La Cordillera de César Giraldo, alias “Calzones”.
*2. Resistencia cultural*. El arte y la cultura son expresiones de la inteligencia humana que siempre se han manifestado contra la barbarie y la inequidad. Los grupos artísticos, folclóricos y culturales pueden acompañar con mayor presencia la resistencia que el pueblo hace en las calles, también las candidaturas de los candidatos progresistas. El momento histórico reclama producción artística, teatral, musical, literaria, humanística, que retrate lo que estamos viviendo, lo que puede seguir, los errores en que se puede caer.
*3. Resistencia pedagógica*. La masa crítica progresista que eligió al presidente Gustavo Petro no puede dormirse en los laureles conformándose con la elección por primera vez de un presidente democrático y popular. Es necesario hacer pedagogía en todos los espacios que compartamos para que se cristalicen los cambios: en el bus, en el metro, en el sitio de trabajo, en la tienda, en el barrio, entre la familia, entre los compañeros de estudio. La pedagogía consiste en controvertir respetuosamente las narrativas que han colonizado las mentes de los más ingenuos. Cada quien tendrá su estrategia, la mayéutica, el diálogo reposado, las preguntas. La creatividad se impone a la hora de debatir con los contrarios.
El cambio es también hacer pedagogía en las calles cuando hacemos respetar el paso de cebra; muchos conductores hacen caso omiso de la preferencia que ese paso da a los peatones y cruzan sus autos con riesgo para aquellos. También se da cuando los ciclistas hacen respetar las ciclo vías que son invadidas por motociclistas y autos. apropiarnos de la cultura ciudadana es una base para avanzar hacia una cultura política de mayor calado.
Inspirémonos en los grandes resistentes del mundo y de nuestro país para librar una permanente y vigorosa resistencia contra la injusticia, la antidemocracia, el racismo, la corrupción, el multicrimen, la barbarie. Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Martin Luther King, Patricio Lumumba, Salvador Allende, Fidel Castro, César Augusto Sandino, Farabundo Martí, Monseñor Arnulfo Romero. Manuel Quintín Lame, Jorge Eliécer Gaitán, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro, Jaime Bateman, Alfonso Cano, Manuel Marulanda, Jesús María Valle, Héctor Abad Gómez, los sacerdotes de la Teología de la Liberación que fueron asesinados, las comunidades indígenas y campesinas masacradas, los trabajadores que cayeron en carpas de huelga luchando por sus derechos, las mujeres guerrilleras que murieron para que sus hijas tuvieran una vida digna, los estudiantes caídos apenas empezando la resistencia.
El genocidio del pueblo palestino está asociado al genocidio del pueblo colombiano. Las tácticas militares de “guerra contra el terrorismo” fueron traídas a Colombia desde Israel por un militar mercenario israelí de nombre Yair Klein. Su entrenamiento a los paramilitares colombianos llenó de sangre, dolor y desolación los campos de nuestro país. El terrorismo de Estado israelí fue importado por el Estado colombiano para destruir el movimiento popular campesino, profesoral, estudiantil, obrero. Los terratenientes, los ganaderos, la clase política tradicional, el empresariado codicioso y corrupto, en suma, los que trajeron e implantaron ese terrorismo de Estado a Colombia, son los mismos bárbaros Netanyahu, Sharón, Menahem Begin, Shimon Peres, Yitzhak Shamir. Uribe es Netanyahu. Vargas Lleras es Sharón.
Lo que ha logrado el Estado israelí con la Franja de Gaza al convertirla en el campo de concentración más grande del mundo es lo que ha querido hacer el Estado colombiano con amplias zonas del campo ricas en aguas, minería, agricultura. Para eso contrataron a Yair Klein. Uno de sus logros: las fosas comunes que inundó Hidroituango. Ahora, Netanyahu dice que los palestinos no son humanos sino animales. El ejército israelí ordena a los civiles evacuar Gaza cuando no tienen a donde ir. Un exterminio en vivo y en directo por Caracol. Coge fuerza la teoría de que el Estado israelí permitió los ataques de Hamas del 7 de octubre para tener un pretexto de arrasar con la Franja de Gaza y así exterminar palestinos, y apoderarse de esas tierras. El ejército israelí demoró 22 horas en llegar a la frontera con Gaza cuando atacó la Resistencia Islámica, una zona siempre custodiada con soldados. El largo sufrimiento de los pueblos palestino e israelí ha sido provocado por la política de apartheid del Estado israelí. Un terrorismo de Estado crea suicidas y resistencias que acuden a iguales tácticas. Israel está cavando su propia tumba.
Tigrillo lanudo
Octubre 13 de 2023