La panela se conoce en Venezuela desde 1586. La familia La Cruz, residente en un pequeño poblado en los Andes venezolanos, la elabora desde hace 200 años.
Miles de abejas revolotean por todo el trapiche. Es un lugar donde se elabora artesanalmente la panela o papelón. Así la llaman en Venezuela, aunque el nombre depende de cada país: por ejemplo, piloncillo en México, en algunos del Sur le dicen chancaca, en Centroamérica raspadura o atado de dulce.
La familia La Cruz vive en un pequeño poblado en los Andes venezolanos. Desde hace 200 años se dedican a extraer el jugo de la caña de azúcar y con él elaboran la panela. La máquina que tienen para hacerlo la compraron en la primera mitad del siglo XX; fue una de las primeras con motor. Antes de esa época la familia trituraba caña con piedras.
“El papa mío y el abuelo la compraron en el año, por ahí, en el año 1938, 1940. No había nacido ni yo y el papa mío estaría como de 18 o 20 años. Se le ha ido metiendo mejoramiento a sus repuestos”, nos cuenta el dueño del trapiche, Azael La Cruz.
Pese a que es un galpón abierto, la alta temperatura abruma. No existe rincón donde no se sienta calor. “Es un trabajo fuerte… Sin fuego no hay calor y sin calor no hay panela”, comenta mientras coloca en el horno el bagazo que resta para que se queme. “De la caña se aprovecha todo; no hay desperdicio”, asegura José Pico Rondón. Él sabe lo que dice; lleva una década en este trabajo.
El proceso de preparación de la panela es manual. El guarapo o jugo lo van pasando de pileta en pileta con grandes cucharones. Se ve cómo las burbujas se reproducen en cada una de esas calderas. En la última, la mezcla empieza a espesarse. Con enormes palas de madera, baten y baten hasta que se solidifica. Entonces toma un color café, muy brillante.
Douglas La Cruz es heredero de esta finca y hace de todo un poco, “pues el trabajo es este, viene de muy atrás, de la familia, de generación en generación”.
Es hora de formar los bloques. Vemos cómo levanta un rústico y ancho molde de madera con 24 divisiones y en cada una de ellas vierte el dulce. Ahora toca esperar hasta que cuaje y seque.
Cada bloque se empaqueta para la venta. Se estima que los ocho trapiches de esta zona, Campos Elías, logran comercializar más de 4.000 pacas por mes.
En la actualidad la panela se utiliza para postres y bebidas tradicionales. Se conoce en Venezuela desde el año 1586.