La República Islámica de Irán, anunció el pasado 3 de julio el envío de cuatro nuevos buques con combustibles y aditivos para la refinación a Venezuela, esto como parte de los acuerdos de cooperación que impulsan ambas naciones.
Este anuncio se realiza luego que un juez de una corte del Distrito de Columbia, a petición de fiscales federales, ordenara el decomiso de cualquier otra embarcación iraní que tuviera como destino el territorio venezolano.
Robo y “sanciones”
Como parte de las acciones emprendidas por la administración de Donald Trump, en su estrategia de asfixia contra la economía y el pueblo venezolano, estuvo el robo de Citgo en el primer trimestre de 2019; empresa venezolana, filial de Petróleos de Venezuela, que además de generar ingresos al país, permitía la adquisición de equipos y aditivos químicos necesarios para la refinación de gasolina.
Ante este hecho, y para evitar que se generara una crisis energética en el país, Venezuela firma un convenio con la petrolera rusa Rosneft para el envío de la gasolina que requería, ante la imposibilidad de realizar la refinación en Venezuela como consecuencia de las medidas coercitivas que contra la petrolera venezolana impuso EEUU.
Es así como para febrero de 2020, la administración del magnate estadounidense, pone en práctica su política de medidas coercitivas y extraterritoriales contra la empresa rusa, en su afán de boicotear cualquier ingreso de gasolina a Venezuela, hecho que provocó una caída abrupta en los inventarios de combustibles en el país en medio de la llegada de la pandemia del Covid-19.
Radicalización de la guerra
El bloqueo que impulsa EEUU, se ha enfocado en la radicalización de la persecución y asfixia económica, teniendo como eje central en este 2020, los combustibles, principal fuente para la producción en cualquier país, actividad que en Venezuela ha venido en franco crecimiento en una política de reimpulso de la actividad económica interna para satisfacer las necesidades de la población.
Esta guerra de los combustibles, busca principalmente, poner freno a la producción interna en la búsqueda de generar las condiciones humanitarias, que justifiquen una posible intervención militar o un estallido social, que derive en el derrocamiento del Gobierno Bolivariano, tal y como lo ha señalado en innumerables ocasiones el Jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de EEUU, Craig Faller.
“Hoy enfrentamos una crisis humanitaria sin precedentes, que es catalizada por la crisis en Venezuela y que amenaza la paz regional y presenta un desafío de seguridad generacional”, dijo Faller en agosto de 2019 y luego en noviembre señaló: “Como comandante, tengo que decir que hay otras opciones y que el ejército de Estados Unidos es el más poderoso de toda la Tierra y estamos preparados para ello”.
Irán rompe el bloqueo
Con el país registrando una grave escases de combustible, en mayo Irán anuncia el envío de cinco busques a Venezuela con combustibles y aditivos para poner en marcha las refinerías venezolanas, acción que se tradujo en la ruptura del bloqueo energético que EEUU imponía con ferocidad a Venezuela.
Ante esto, la administración Trump inicia una guerra de amenazas contra los buques que tuvieron su mayor tenor en la movilización de la cuarta flota en acción disuasiva, lo cual tuvo como respuesta la advertencia de Irán al señalar que cualquier acción contra sus buques sería considerado como un acto de piratería.
“Irán se reserva el derecho a tomar todas las medidas oportunas y necesarias, incluidas acciones decisivas (…) para asegurar sus derechos legítimos y sus intereses contra semejantes políticas de acoso y prácticas ilegales”, señaló el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohammad Javad Zarif.
Pese a las amenazas y movimientos disuasivos por parte de los militares estadounidenses, los cinco buques arribaron a Venezuela escoltados por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana hasta atracar en puerto seguro.
Legalización de la piratería
Así como hicieron con Citgo, el pasado 10 de agosto, cuando una corte federal en agosto de 2018, ordenó la confiscación de los activos de esta empresa de capital venezolano, este 2020 con la orden emitida por el juez James E. Boasberg, la estrategia Trump busca generar un entramado jurídico alrededor de las acciones de piratería, al ordenar la “confiscación” del combustible de los cuatro buques que zarparon a territorio venezolano y que llegarán en los próximos días.
Al respecto, un grupo de 14 veteranos de la inteligencia estadounidense, enviaron una carta a Trump donde le advierten sobre el peligro de jercer una acción de este tipo contra las embarcaciones provenientes de la nación persa.
“Es cierto que EEUU toma la delantera en el Caribe, (sin embargo) no tiene la ventaja táctica en el Golfo Pérsico —pese a la formidable cantidad de armas estadounidenses ya desplegadas en la región de Asia Occidental- creemos que Irán podría escoger al Golfo (Pérsico) como el sitio para vengarse por cualquier cuarentena o más acciones beligerantes respecto a Venezuela”, reza la misiva publicada por HispanTv.
Asimismo, señalan lo contraproducente que han sido la política de bloqueo implementada por la administración Trump, pues a su juicio ha obligado a Venezuela a recurrir a lo que militarmente EEUU señala como “aliados no tradicionales”.
En este nuevo capítulo de la “legalización” de la guerra contra Venezuela, que ahora apunta por justificar jurídicamente el bloqueo naval contra el país, han sido calificada como medidas “desesperadas”, de la administración Trump, que pocos meses de unas elecciones presidenciales, busca trata de conseguir un triunfo que dé al traste con la larga lista de fracasos que lo han llevado ser calificado como “el peor presidente”, según el New York Times.