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De esto no se habla en la prensa, sólo hablan de cuantos mueren. Pero esto es una extensión de las víctimas de la invasión imperialista en Afganistán, Siria, Libia, Irak

 

Efraín Chury Iribarne: ¿Qué significa que Lula vuelva a la vida política para ayudar a Dilma Rousseff?

 

JP: Parece que está en peligro de caer el gobierno de Dilma Rousseff y no hay ningún problema para entender las razones: la corrupción, el estancamiento, el ajuste económico que recortó los beneficios sociales; y el hecho de que el gobierno después de muchos años de colaborar con la derecha, se encuentra con que fue abandonado por sus socios del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). Esta situación precaria pone en cuestión las alianzas con el llamado centro izquierda, y abre la posibilidad de que vuelva al poder la derecha dura.

 

Pero es una lucha triangular, por el hecho de que la oposición a Dilma viene de dos lados: de la derecha neoliberal, los grandes capitales que ya quieren cambiar el gobierno para avanzar en sus intereses y poner la crisis en los hombros de los trabajadores; y del otro lado los trabajadores, que  están sufriendo los ajustes económicos, los recortes de salarios, el aumento de la inflación y la desocupación.

 

En esta situación, los gobiernos del pasado, como Lula y Mujica buscan alguna forma de sostener la posición del centro que está en proceso de desintegración. El problema es que no tienen ningún argumento fuerte. Lo único que utilizan con alguna efectividad es que la oposición es peor.

 

Es decir, no están en posición de reivindicar la política actual, no están en posición de defender a los funcionarios corruptos de sus partidos, buscan alguna forma de distraer al público hacia las debilidades, prejuicios y políticas negativas de la oposición. Pero ellos mismos están muy cuestionados, Mujica por vender el país a los grandes capitalistas del agro negocio, entregó cientos de miles de hectáreas en condiciones muy cuestionadas. Y Lula porque vendió su influencia en varios países como Venezuela y Cuba, para conseguir contratos para los grandes constructores brasileños.

 

Esas son prácticas comunes entre todos los políticos burgueses, pero como ellos se presentaron como representantes de los trabajadores, representantes populares, son particularmente vulnerables porque han tomado una posición moralizante. Y cuando se descubre que los moralistas están en los burdeles, tiene un impacto mucho más negativo.

 

Con las sumas que están en juego –miles de millones- porque los constructores para construir por ejemplo en Cuba, tenían que conseguir préstamos millonarios en dólares para financiarlo, y eso lo consiguieron a partir del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, préstamo que obtuvieron por la influencia del PT. Por tanto hay un nexo entre Lula, el banco estatal y la empresa constructora.

 

Ese es el problema que tiene el gobierno de Brasil, está implicado en la venta de influencias como cualquier partido burgués, pero son más susceptibles porque son vulnerables a esas prácticas al presentarse como un partido diferente, popular, moralizante, etc.

 

EChI: ¿Qué lectura haces de los problemas fronterizos de Venezuela con Colombia?

 

JP: El caso de la frontera entre Venezuela y Colombia es un tema muy caliente, porque los contrabandistas, paramilitares y las incursiones en Venezuela, son patrocinados por el presidente Santos.

 

Santos busca de alguna forma desplazar los conflictos internos hacia afuera. Él maneja a los militares que están vinculados a los paramilitares que utilizan para hostigar a Venezuela. Y más allá del hostigamiento político, están ganando cientos de millones de dólares, porque en Venezuela un litro de gasolina cuesta centavos, mientras que en Colombia se puede vender a 3 o 4 dólares, entonces hay enormes ganancias que obtienen los paramilitares y los militares que los protegen.

 

Ahora, Santos no es un santo. Negocia con las FARC mientras está matando dirigentes y activistas sociales.Cada año de su Presidencia fueron asesinados 25 sindicalistas y ahora también dirigentes populares de la organización paragua que se llama ‘Marcha Patriótica’. Es un asesinato más selectivo que el anterior, porque Álvaro Uribe mató a cientos de sindicalistas cada año, pero para Santos el objetivo particular son los trabajadores en la gran minería, que es el sector eje de su política. Por tanto tiene triple política en ese marco: primero matar sindicalistas, segundo matar dirigentes populares, campesinos e indígenas; y tercero hostigar a Venezuela.

 

Eso lo hace mientras habla de paz y se presenta como intentando buscar soluciones pacíficas. Pero es un asesino de la misma índole que los anteriores. Yo no se qué tipo de acuerdo de paz uno puede imaginar con un Presidente que busca provocar un conflicto fronterizo con Venezuela y eliminar el sindicalismo. Ese es el peligro. La imagen de Santos puede parecer más pacífica que la de los anteriores pero en realidad es un gran peligro, porque una vez que termine el conflicto interno con las FARC va a desplazar toda su fuerza militar a la frontera.

 

Es muy hipócrita el presidente Santos. Habla de consideración para los habitantes desplazados, los colombianos desplazados de la frontera que tiene que volver a Colombia. Pero debemos anotar que la razón por la cual salieron a Venezuela es porque las condiciones en la frontera de Colombia son miserables, la tasa de pobreza extrema son de las peores de América Latina, al nivel de Haití. Por eso es muy hipócrita Santos al decir ahora que muestra consideración humanitaria para los refugiados colombianos.

 

EChI: ¿Qué expectativas hay en Grecia de lo que se viene?

 

JP: Las expectativas son muy bajas. Hay un enorme desencanto en Grecia. Hay una depresión colectiva en muchos sectores mayoritarios. El problema es que la vieja oligarquía derechista se siente feliz por los acuerdos firmados, pero la gran mayoría de los votantes no tiene mucho para elegir. Están los viejos partidos de la derecha, los socialistas, la Nueva Democracia y los otros partidos, y ahora la nueva derecha de Syriza que ofrece más de lo mismo. Y la izquierda radical, recientemente formada, no tiene estructura, organización ni inserción.

 

En todos los países hay políticos que dicen que hay que elegir el mal menor. Los griegos, tal vez un 24 o 25%, dicen que van a repetir con Syriza, otro 20% va a volver a la vieja derecha, y la izquierda radical -Unidad Popular se llaman- tiene menos del 5%. El proceso electoral es un proceso de degradación, de fragmentación del electorado inconcluso porque ningún gobierno electo podrá conseguir mayoría…

 

Entonces tratarán de formar una alianza entre la vieja y la nueva derecha para gobernar el país. La incógnita es qué va a pasar una vez que terminen las elecciones y el gobierno empiece a implementar este nefasto acuerdo. Por esa razón Syriza llamó a elecciones rápidamente, antes de tener que aplicar las medidas regresivas.Pensaron que primero podrían ganar las elecciones y luego implementan las medicinas amargas.

 

Las elecciones son un engaño y no van a reflejar lo que pasó en el acuerdo. Eso va a ocurrir después. Al final de cuentas a mediano plazo van a volver las luchas callejeras, las protestas, las barricadas y los gases lacrimógenos. Por tanto, las elecciones son un capítulo más en esta larga tragedia que vive Grecia provocada por la traición de Alexis Tsipras y el equipo de Syriza.

 

EChI: ¿Qué pasa en Ucrania?

 

JP: Sabemos que hay varios conflictos actualmente. Uno es entre el gobierno de Kiev, los gobernantes que resultaron del golpe de Estado de la OTAN. Después están los federalistas demócratas en el Este de Ucrania, en Donestk, que buscan mayor autonomía y democracia. Y tercero, están los fascistas que son cada vez más poderosos en Kiev, que buscan aumentar la guerra y forzar al gobierno a lanzar una invasión de Donestk, atacar a Rusia en Crimea, lanzar la tercer guerra mundial.

 

Y atrás de esto están los poderes de la OTAN que por un lado apoyan a los gobernantes en Kiev, y por otro están incorporando a fascistas en el Ejército para atacar Donestk. Es un papel contradictorio, EEUU tiene a sus títeres en el gobierno, pero es un gobierno muy desgastado y en bancarrota, sin apoyo popular; por otro lado tiene a los fascistas que son las fuerzas de choque que utilizan contra los federalistas.

 

Y Rusia quiere terminar el conflicto. Busca de alguna forma una salida negociada, está respaldando un cese al fuego con Holanda, Francia y Alemania, pero los norteamericanos no quieren permitir que terminen las sanciones y haya un cese al fuego permanente, buscan mantener las tensiones como pretexto para mantener el cerco a Rusia. Entonces hay muchos factores complicados.

 

Este fin de semana los fascistas bombardearon a la policía en Kiev. En tanto, el Congreso de Kiev aprobó una legislación que favorece la descentralización de poderes y alguna autonomía en Donestk. Es inadecuada, pero un paso hacia un camino diplomático. Por eso los fascistas atacaron con mucha fuerza a la capital y casi tomaron el congreso.

 

La situación sigue sin terminar porque las tres fuerzas en conflicto no tienen una base común para alcanzar una solución. Y eso me parece otra tragedia, otro desplazamiento de miles de refugiados políticos.

 

EChI: ¿En qué otros temas estás trabajando?

 

JP: Bueno, el tema que quiero considerar aquí es la cuestión de los refugiados de guerras. En los diarios en el último tiempo -incluso en diarios de centro izquierda como ‘Página/12′ (de Argentina) o ‘La Jornada’ de México; ni hablar de la gran prensa burguesa como ‘New York Times’, ‘Financial Times’– hablan de ‘emigrantes’, como que son personas que quieren salir de sus países y llegar a Europa, pero mueren en el camino, sufren hambre, persecución, violencia, para escapar de “algo”, pero no mencionan el “algo”. No mencionan el hecho de que no son emigrantes, son refugiados de guerras imperialistas.

 

En Siria, antes de la invasión de OTAN y sus títeres extremistas, antes de la guerra, apenas cinco mil emigrantes salían del país. Ahora son cientos de miles los que buscan salir del país. Pocos buscaban salir porque tenían casa, familia, granja, etc. Con la guerra se destruyó todo: la economía, la vivienda, la seguridad, y vino el terror.

 

Lo mismo pasó en Afganistán. Antes de la ocupación norteamericana muy pocos salían del país, porque tenían casa, familia, animales para alimentarse. Con la guerra destruyeron todo, y vino el terror. Igual pasó en Irak, muy pocos iraquíes salían del país antes de la invasión imperialista; pero después, son millones los que buscan salir porque hoy viven entre conflictos de diferentes sectas y la ocupación de la OTAN.

 

Ni hablar de África, donde miles de africanos buscan salir de África para llegar a Italia, corriendo riesgo de vida. La desesperación vino después de la guerra contra Libia, un país que absorbía más de un millón de africanos, dándoles empleos, Gaddafi tenía programas de subvención de viviendas, medicina, educación, empleos. Y cuando derrocaron al gobierno de Gaddafi, cuando fomentaron la guerra entre las tribus y diferentes grupos, todos los africanos que terminaban en Libia, ahora usan a Libia como trampolín para ir a Italia, Alemania. Y de eso no se habla en los medios de comunicación.

 

La fuente de los refugiados -porque no son migrantes, son refugiados- es la destrucción de las guerras imperialistas. Pero de esto no se habla, sólo hablan de cuantos mueren, pero eso es una extensión de las víctimas de la invasión imperialista en Afganistán, Siria, Libia, Irak. De cualquier lugar que salen los refugiados, son países que han sido atacados por las potencias imperialistas. Ahora se quejan los imperialistas de qué se va a hacer con los refugiados. Y los pueblos que se quejan, los racistas y demás en Alemania, deben mirar hacia adentro y ver que es porque sus gobiernos destruyeron las casas y empleos en esos países- Por lo tanto, deberían oponerse a sus gobiernos para que terminen las agresiones y para que inviertan en la reconstrucción de esos países.

 

Ese es el problema, el electorado alemán –los democristianos o socialdemócratas- no se ha preguntado sobre si ellos mismos son responsables por el enorme flujo de refugiados, y dejar esa mentira de considerarlos migrantes.

 

Extractado por La Haine