La periodista Oprah Gail Winfrey, estadounidense nacida en Misisipi, quien fuera
presentadora de televisión, productora, actriz, filántropa y crítica de libros, en el
año 2013 recibió el reconocimiento de la medalla presidencial de la libertad, la
condecoración civil más alta de los Estados Unidos. En su discurso, reciente,
enero 2018, contra el acoso sexual en la ceremonia de “Globos Oro” logro poner
de pie a todo el auditorio y fue considerado el más destacado de la noche, al
sostener; “Ser Integro es hacer lo correcto, sin necesidad de tener
espectadores, la Integridad verdadera consiste en hacer lo correcto, aun
sabiendo que nadie sabrá si lo hiciste o no”.
El Gobierno nacional acaba de disponer mediante el decreto 1499 del 2017, la
Implementación del Modelo Integrado de Planeación y Gestión – MIPG,
abordando la puesta en marcha de dicho modelo en siete dimensiones, cuatro que
tienen que ver con el ciclo administrativo del PHVA; así: i) Direccionamiento
estratégico y planeación, ii) Gestión con valores para el resultado, iii) Evaluación
para el resultado, y la iv) es la dimensión de Control Interno.
Dos dimensiones transversales, asociadas a; i) la Información y comunicación, y ii)
Gestión del conocimiento y la innovación; así mismo, puso una dimensión, que la
ha denominado como el corazón de toda esta práctica, que se llama la i)
dimensión del talento humano. Todo este Modelo de Gestión – MIPG, Impulsado
de manera trasversal por los principios de Integralidad y la legalidad.
Ello implica definir una política de, Gestión Estratégica del Talento Humano –
GETH, para su ingreso, permanencia y retiro, por cuanto el MIPG, tiene como
propósito principal convertirse en una maniobra para el cambio cultural, en tanto
se trata de llevar a la práctica y cotidianidad de las entidades nacionales y
territoriales el: (i) reconocimiento de la ciudadanía, respondiendo activa y
efectivamente a sus derechos y deberes, (ii) la certeza de que las entidades
administran con integridad los recursos públicos, es decir, aquellos que aportamos
los colombianos, y sin los cuales no se podrían garantizar efectivamente los
derechos y resolver las necesidades y problemáticas de la ciudadanía, (iii) la
necesidad y continuidad en las políticas, es decir, reconocer que la gestión se
adelanta siempre sobre procesos que tienen ya algunos desarrollos, con lecciones
aprendidas, (iv) la capacidad de colaborar y construir de manera conjunta al
interior de las dependencias, entidades, sectores, departamentos y municipios, y
el estado como un todo, y (v) la rendición constante de cuentas a la sociedad por
las acciones y resultados alcanzados.
Para estos efectos, (Knott, Muers y Aldridge, 2008), ha manifestado que por
“cultura” se entiende como un conjunto de costumbres, creencias, suposiciones,
tradiciones actitudes, normas sociales y conocimientos socialmente construidos y
compartidos, que orientan el comportamiento y otorgan sentido al mundo entre las
personas de una sociedad o un grupo social. Así las cosas; el “cambio cultural” se
refiere en tanto; (i) las intervenciones para influenciar actitudes, valores y
aspiraciones subyacentes y el modo como estos se manifiestan en el
comportamiento, como al, (ii) proceso dinámico por el cual las pautas de
comportamiento se convierten en establecidas como parte de actitudes y valores
profundos.
Para conseguir resultados diferentes, la Administración Pública no puede seguir
con procesos similares a los que se usaron en el pasado. Las políticas públicas
tradicionales, los instrumentos técnicos, y las normativas formales no ofrecen
horizontes diferentes ni actuación si no se aplican y apropian de formas
novedosas. La estrategia de la Integridad como eje transversal para el “cambio
cultural” que propone el MIPG, se acentúa en un ejercicio comunicativo y
pedagógico alternativo e innovador enfocados en promover cambios concretos en
las percepciones, actitudes y comportamientos de los servidores públicos y
ciudadanos, para generar así transformaciones culturales tangibles alrededor de la
gestión pública, que permitan aumentar la confianza de la ciudadanía en las
instituciones públicas al promover servidores que entienden la Integridad como un
código que concreta los valores del servicio público cargados de bienes como:
honestidad, compromiso, justicia, diligencia y respeto.
Noticula: existen promotores de la actividad política, que aspiran a tener la
calidad de servidores públicos, desarrollando ejercicios cargados de; demagogia,
falsos discursos, improperios, injurias, ultrajes, agravios, ofensas, manipulaciones,
mentiras, irrespetos, leguleyadas, constreñimientos, hasta justificar la violencia.
Febrero 11 de 2018.
