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Gobierno de Iván Duque expulsa a un diplomático cubano en medio de una conmoción nacional por la violenta represión del Estado colombiano a la protesta social. La Habana considera "infundada" la decisión y señala que esta busca desviar la atención de la represión violenta del Gobierno contra la protesta social.
 

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba respondió este viernes con una enérgica protesta la decisión del Gobierno de Colombia, encabezado por Iván Duque, de declarar persona "non grata" al primer secretario de la embajada cubana en Bogotá, al que ha acusado de desarrollar "actividades incompatibles" con su cargo diplomático.

La decisión de Bogotá llega en medio del rechazo internacional al Estado y Gobierno colombianos por la violenta represión de las manifestaciones y protestas que, desde hace diez días, sacuden el país, lo cual parece estar en el fondo de la decisión de Duque al respecto.

La Cancillería colombiana informó de esta expulsión, basada en un supuesto incumplimiento de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas e intentó matizar la decisión con la declaración de que, "pese a estas circunstancias, el propósito de Colombia es privilegiar la relación diplomática y de cooperación con la República de Cuba".

El Gobierno cubano, sin embargo, no tardó en expresar su "enérgica protesta" por la medida de Bogotá.

El director general para América Latina y el Caribe de la Cancillería de La Habana, Eugenio Martínez Enríquez, confirmó que el embajador colombiano en La Habana fue convocado para trasladarle el malestar.

Martínez se pronunció al respecto: "Denunciamos esta decisión infundada, que constituye un acto inamistoso y afecta el normal funcionamiento de la Embajada de Cuba en Colombia".

Asimismo, el diplomático cubano defendió que los diplomáticos de La Habana cumplen "con seriedad y rigor" sus obligaciones.

En esa dirección, emplazó al presidente Iván Duque a detallar "los supuestos motivos para esta insólita decisión".

La Cancillería cubana expresó que la  "injustificada acción pretende desviar la atención de la comunidad internacional y la sociedad colombiana de la represión violenta de las fuerzas militares y policiales contra los manifestantes, que han provocado decenas de muertes y cientos de heridos".

La decisión de la Cancillería colombiana se produce después de rechazar las declaraciones del presidente argentino, Alberto Fernández, sobre la magnitud de la represión de la protesta social por parte del gobierno de Iván Duque.