Hace casi tres meses, en un balance acerca de la actitud de la Casa “Oscura” hacia nuestro país, resalté como aspectos positivos el hecho de que Washington había ¿permitido? la creación de la primera empresa de biotecnológica cubana-estadounidense, la Innovative Immunotherapy Alliance SA, así como los contactos de La Habana con Google y los de la Federación Cubana de Béisbol (FCB) y las Grandes Ligas de Béisbol (MLB, por sus siglas en inglés), con el consentimiento de la Asociación de Jugadores de la MLB (1). Sin embargo, hoy reconsidero mi apreciación sobre el último aspecto, ante otro reflejo de las entrañas anticubanas de Donald J. y comparsa.
Por estas horas es noticia, un par de respuestas/repudio desde la Mayor de las Antillas al incremento de la agresividad Made in USA: por un lado, el Canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, rechazó las acciones del asesor de seguridad nacional del gobierno de Estados Unidos, John Bolton, quien busca recrudecer la política hostil de su nación al retomar el Memorando de Lester Mallory, que data del seis de Abril de 1960, y superarlo en brutalidad, monroísmo y macartismo a través del intento chantajearnos (2) por nuestro acompañamiento a la Revolución Bolivariana a tono con Fidel Castro (3) —como en este minuto, frente a otra jugarreta de la OEA de Trump (4).
Por otro lado —una vez que The Washington Post difundió que la administración de DJT canceló un acuerdo de cuatro meses entre la Major League Baseball y la Federación Cubana de Béisbol, diciendo que la federación era parte del gobierno cubano y que el comercio con él era ilegal según la ley actual—, se trajo a colación que la FCB había anotado que “el Acuerdo con MLB busca frenar el tráfico de seres humanos, fomentar la cooperación y elevar el nivel del béisbol. Cualquier idea contraria es falsa noticia. Los ataques con motivación política contra el Acuerdo logrado perjudican a los atletas, sus familiares y a la afición”; al tiempo que la coalición Engage Cuba, cuya dinámica procura armonía entre los polos del Estrecho de la Florida, calificó la mencionada cancelación como acto cínico, cruel y gratuito (5).
Entretanto, el repudio también hizo acto de presencia en predios gringos.
Desde Miami se conoció que las Grandes Ligas reaccionó a este asunto aludiendo: “Nos mantenemos en nuestra posición en el acuerdo, que es ponerle fin al tráfico humano de peloteros desde Cuba’’; que son palpables las jugarretas de John Boltony Marco Rubio al respecto; y que un entendido compartió su parecer, a saber:
“Cancelar este acuerdo es el último golpe fuerte de una administración que busca quitarle al gobierno cubano todos sus recursos sin ningún tipo de cuidado por el bienestar o el apoyo al pueblo cubano’’. “La decisión de hoy es una victoria para los traficantes humanos del Caribe y una derrota para todos aquellos impactados por esta política’’ —manifestó Ric Herrero, director ejecutivo del Cuba Study Group (6).
Concluyo: la decisión de interrumpir el acuerdo beisbolero entre las Grandes Ligas y nuestra Federación, quizás como ninguna otra, desnuda las malaventuras yanquis reflejadas en la actitud de Trump vs. Cuba camino a no tolerar vínculos civilizados con la Isla iniciados por su antecesor en la Oficina Oval (7), al margen del daño que ello causa al empresariado estadounidense (8) y a la familia cubana en general (9) —posición que debe ser Rechazada por las personas opuestas al injerencismo internacional. ¡Amén!
Referencias:
6.- https://www.elnuevoherald.com/deportes/beisbol/article228984524.html.
9.- https://kaosenlared.net/trump-mas-ataques-a-caracas-y-la-habana-2/.