Más de 50 años de agresiones militares, económicas y políticas contra Cuba pisarán suelo cubano para dejar claro que el Imperialismo nunca pierde. El momento es realmente histórico. La historia al revés. Ya se alegran en la Isla y fuera de ella los que ven en ello una era de progreso para Cuba. La política del buen vecino que no ha dejado de ser ni revuelto ni brutal. El Imperialismo yanqui en el cual no debíamos los revolucionarios confiar “ni un tantito así”.
¿Porqué no visita el premio Nobel de las guerras la Wenezuela Bolivariana? Tan al alcance de la mano en el Caribe del ALBA! Las políticas del Imperio están muy bien definidas. La revolución bolivariana se ha convertido en la llama del socialismo en América Latina. A Cuba esa mecha se le ha apagado. A la revolución bolivariana hay que seguirla castigando con el mazo. A la cubana con la zanahoria. No hay medias tintas en la lectura política de esta realidad. ¿Cuál es la conciencia que de ello tiene y tendrá el pueblo cubano?
El pueblo cubano ha defendido a un costo sobrehumano la independencia de la nación y el país. Ese ha sido el valor distintivo político de la revolución cubana. La independencia frente a los EEUU, una metrópoli feroz con quién no da su brazo a torcer. Si al enemigo no lo puedes derrotar por la fuerza, hazlo acercándote a él. Qué representa para esta clave de la libertad y el progreso de Cuba la visita de un criminal de guerra que esconderá las garras para desembarcar en la Habana con la sonrisa cínica del “yo no he sido”. Significa ponerle el broche a la decisión imperialista de derrumbar en Cuba todo intento de reasumir la revolución socialista. Así lo dejará claro en todos y cada uno de sus discursos oficiales y los informales con la oposición derechista que han amamantado financiera y políticamente durante todos estos años. Hemos ablandado a palos a este pueblo. Ahora vamos a hincharlo y hundirlo definitivamente con nuestra penetración económica y financiera directa. Ya nos estábamos quedando fuera. El bloqueo será suspendido en función de esta línea de acción. Ya se hace. Los capitales yanquis exigen entrar directamente al fomento de la economía privada a la que ha dado luz verde el PCC. La creación a grandes pasos de la burguesía mediana propietaria es el fin número uno. Lo demás irá cuesta abajo en esa rodada, puesto que el estado cubano se adentra en el camino del capitalismo de estado. Un juego macabro se cierne sobre Cuba.
El pueblo está desarmado. Ni conciencia de clase ni democracia. Atado por el PCC espera con ilusión que llueva café. El trabajador asalariado no vacilará en pasarse al sector privado, como ya lo hace, en busca de un mejor salario y fuera del autoritarismo de la burocracia estatal que lo ahoga. Más vale comenzar la aventura de asalariado del capital privado que seguir por más tiempo, ya van más de 50 años, bajo la explotación del capital estatal. Por el momento se convierten en asalariados precarios al mejor estilo de los marginados del capitalismo latinoamericano. Ya suman los precarios en manos de los propietarios privados el 27% de la población trabajadora del país. La alienación nos ampara y nos favorece.
¿Cuál es la alternativa? En realidad ninguna, a menos que atenerse al capitalismo de estado que se instaura en el país. Emprender el rumbo de la revolución socialista exige la liberación del pueblo, de la clase trabajadora. En Washington y la Habana los que tienen las amarras saben que eso no entra en juego. La comunidad de intereses entre la gran burocracia cubana y la oligarquía yanqui es un hecho sin que lo hayan exprofesamente pactado.
Para que la revolución socialista se abra paso hay que asumir:
que la propiedad privada sobre el capital en Cuba No entre en juego más allá de las formas de reproducción simple del capital,
que la clase trabajadora cubana tenga la libertad para emanciparse y reorganizar TODO el sistema de relaciones sociales de producción en torno a la libre asociación cooperativa,
que el capital estatal se socialice para ser gestionado por el pueblo, por la clase trabajadora,
que el estado de la burocracia se descomponga y se rearme como un estado comunitario,
que el paso sea del socialismo vulgar, tal como lo identificara Marx y lo pusiera en viciada práctica el PCC, a la radical transformación del modo de producción y distribución. Ni trabajo asalariado ni propiedad privada sobre el capital. Toda la reproducción ampliada del capital en manos de los trabajadres y bajo el control social de la democracia protagónica del pueblo.
que el estado comunitario se convierta en garante de este proceso de empoderamiento popular y reorganización del sistema socioeconómico.
Que la democracia deje de ser burguesa para hacerse directa y protagónica.
La hipocresía de la diplomacia de los dos Gobiernos sustituirá la diplomacia del pueblo. El Presidente Obama será, por supuesto, recibido con honores de Jefe de Estado. El pueblo será alineado por el PCC en filas con banderitas yanquis y cubanas. Mucho pueblo saldrá espontáneamente a ver de cerca a este afroamericano manido encargado de los crímenes de estado que el Imperialismo sigue y seguirá cometiendo. Para muchos en la Isla es una suerte de esperanza negra. Así llegó y fue recibido en Polonia en el aniversario 25 de la contrarrevolución capitalista, como un héroe, satisfecho y enchido por la misión cumplida de convertir el país y la sociedad en una neocolonia del capital yanqui y el europeo.
¿Saldrá esa otra Cuba, el pueblo a manifestar contra uno de los genocidas más connotados del Imperialismo yanqui? ¿Se llenarán las plazas, avenidas y calles en este repudio? ¿Se levantarán bien alto los carteles, abajo el Imperialismo, abajo Obama, fuera el bloqueo imperialista, devuelvan el territorio de Guantánamo, indemnicen a Cuba y los cubanos por tanta muerte, Cuba sí Yanquis No, revolución socialista capitalismo NO, independencia y emancipación?
¿Se le hará beber nuestro vino de plátano con su gran sabor amargo a este representante de la oligarquía yanqui y de las derechas neofascistas del mundo? ¿Se pondrá la militancia partidista supuestamente comunista a la altura de este hecho histórico de tanta relevancia para la suerte del socialismo en Cuba o cerrará filas con lo políticamente correcto que le impondrá la dirección del PCC?
Todo acercamiento, toda relación económica y política con los EEUU que no esté condicionada por la decisión y la marcha decidida del pueblo hacia la revolución democrática socialista pondrá a Cuba, más temprano que tarde, de rodillas en el conjunto del capitalismo periférico que nutre al Imperialismo yanqui. No será menos con el capital corporativo y financiero de apellidos distintos que ya desea inundar el país buscando la mano de obra calificada barata que abunda por cuenta de la revolución social habida, la renta de la tierra y el valor competitivo que la geoeconomía le ha dado a la Llave del Golfo.
La repetición de los espejitos de colores más que una ignominia moral será la aprobación política de la subartenidad de Cuba y el camino hacia la moderna esclavitud. O shabrá socialismo o será la barbarie.