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OEA y Procuraduría: en juego largo hay desquite 

Aunque para algunos ha sido coincidencia la postura del presidente electo, Gustavo Petro, frente a la Procuraduría y su reciente nombramiento del embajador ante la OEA, para otros es un mensaje contundente.

Hubo una particular coincidencia que, aunque para muchos pasó inadvertida, fue entendida por un sector de la clase política como una sacada de clavo de Gustavo Petro. Es bien sabido que Petro fue suspendido de la Alcaldía de Bogotá por una acción de la Procuraduría, entonces en cabeza de Alejandro Ordoñez, hoy embajador del gobierno de Duque ante la OEA. Luego de ganar las elecciones, una de las primeras propuestas de Petro fue la de eliminar la Procuraduría. Y, sin tener todavía su gabinete completo, la primera designación que hizo en la diplomacia fue la de Luis Ernesto Vargas como nuevo embajador ante la OEA. A muchos les llamó la atención que Petro tenga tanto afán de eliminar la entidad que en el pasado lo

sancionó y que, para rematar, su primer nombramiento diplomático fuera justamente la OEA, cargo que hoy ostenta el hombre que lo sacó de la alcaldía. Aunque lo anterior puede ser coincidencia, los zorros viejos del poder lo entendieron como un mensaje contundente.