Aviso

 Sépase bien, ninguno de los capturados es integrante del ELN, son personas que actúan por cuenta propia y jamás van a encontrar dicho vínculo pues no tenemos cultivos, tampoco laboratorios, menos pistas o rutas, no traficamos con precursores químicos para el procesamiento, no hay otro tipo de actividad que nos relacione con dicha actividad, ni la van a encontrar, porque no existe. 

Nunca en la historia de Colombia se había visto tanto golpe al narcotráfico, sindicando específicamente a unos supuestos responsables, ni en tiempos de Pablo Escobar o de Rodríguez Gacha. Se trata de un manejo mediático, de una estrategia de desinformación cuya intención es desprestigiar a una organización revolucionaria alzada en armas, que el Estado no ha podido destruir por medios convencionales, ni políticos, ni militares.

Estaba presupuestado aniquilar al ELN propinándole golpes militares a su comandancia nacional, así como también producir desmovilizaciones masivas en sus Frentes de Guerra. Los planes del Gobierno establecieron el año 2018 para culminar la destrucción del ELN. Al no poder concretar dicho propósito continuaron ejecutando operaciones de

inteligencia, igualmente fracasadas y se vieron obligados a adelantar operaciones conjuntas con la DEA, la CIA y el FBI, el trío de agencias tenebrosas de los gringos en un plan para mostrar al ELN como una organización vinculada al narcotráfico.

Dicho plan fue diseñado mientras Pacho Santos estaba como Embajador en Estados Unidos (EEUU), junto con la Fiscalía General de la Nación y Generales de las Fuerzas Armadas y de la Policía vinculados a la inteligencia. Por supuesto que hay nombres de estos personajes.

La esencia del plan radica en direccionar decenas de millones de dólares de estas tres agencias, ellas tienen el dinero, para comprar clorhidrato de cocaína; ese dinero lo entregan a los Carteles mexicanos quienes colocan operadores, compradores, que son enviados a los territorios donde compran la mercancía a los productores, ahí buscan intermediarios incautos que reciben el dinero y a cambio de una fácil ganancia compran la cocaína para ellos, luego son capturados, les quitan la droga y los judicializan. Son los que muestran y quieren hacer pasar por integrantes del ELN; pero, la mayor parte de la cocaína que es comprada con ese dinero sale al exterior o al mar por rutas que controlan los carteles y las tres agencias gringas, donde finalmente la DEA, la CIA o el FBI la recogen para culminar el ciclo del negocio en los principales países consumidores.

Efectivamente estamos ante un gigantesco Cartel del narcotráfico encubierto en las tres agencias emblemáticas de los EEUU, las tres dicen combatir el crimen organizado y en particular el narcotráfico, al final se quedan con toda la cocaína, tanto con la incautada como con la que sacan por medio de los carteles. Muchos de dichos embarques son llamados “envíos controlados”, supuestamente operaciones para capturar narcotraficantes; negocio redondo y ahora dicen que son miembros del ELN quienes están involucrados en dichas actividades.

En síntesis este gran Cartel gringo disfrazado de autoridad y amparado en las fachadas de unas instituciones que dicen combatir el crimen organizado, es responsable de al menos 5 delitos: 1) comprar cocaína, 2) incitar a personas a cometer delitos, 3) uso de dineros públicos de EEUU para comprar cocaína, 4) transportar cocaína y comercializarla, y 5) blanqueo de dineros provenientes del narcotráfico.

Sépase bien, ninguno de los capturados es integrante del ELN, son personas que actúan por cuenta propia y jamás van a encontrar dicho vínculo pues no tenemos cultivos, tampoco laboratorios, menos pistas o rutas, no traficamos con precursores químicos para el procesamiento, no hay otro tipo de actividad que nos relacione con dicha actividad, ni la van a encontrar, porque no existe.

La normatividad interna del ELN es clara respecto al deslinde categórico con el narcotráfico, si alguno de sus integrantes resultare involucrado en dichas actividades se le realiza un juicio implacable y ejemplarizante y se le aplica la justicia en correspondencia a dicha normatividad, asunto que las tres agencias conocen perfectamente y saben cómo es.

Gran parte de los dineros del narcotráfico terminan en las arcas de los Estados, instituciones, autoridades y funcionarios que dicen combatir dicho delito y la totalidad de sus ganancias se blanquea en el sistema financiero internacional; desde cuando el Cartel de Medellín la Fiscalía gringa negociaba con los narcotraficantes Tiempo de Pena por dinero. También es conocido que la Fiscalía colombiana en 1993 y 1994 ayudó y participó en la negociación de la viuda de Pablo Escobar con los paramilitares de todos los pelambres y el Cartel de Cali, quitándole gran parte de su fortuna, luego la Fiscalía gringa negoció con los Rodríguez Orejuela y otros carteles de menor estirpe. Álvaro Uribe Vélez legalizó los principales capos del narcoparamilitarismo exculpándolos del Genocidio cometido durante décadas contra el pueblo colombiano y negociando con la justicia estadounidense, pagando con sus narcofortunas una rebaja de penas, así están regresando al país a “paz y salvo” para reanudar sus antiguos negocios.

Estamos ante una división del trabajo o de negocios del gran ciclo de la cocaína: la venta en el mercado internacional lo centralizan las tres agencias, y el ciclo de la legalización del dinero que resulta por fuera de este gran Cartel, lo realiza la Fiscalía de EEUU.

Hemos sido claros en expresar que el ELN sólo cobra un impuesto a los compradores. Es muy posible que estas tres agencias no quieran pagar dicho impuesto, pues son los verdaderos dueños del capital que utilizan los compradores, de todas maneras terminan llevándose la cocaína para venderla en el mercado internacional y comparten utilidades con los Carteles mexicanos. ¿Será que están molestos con ese pequeño impuesto con el que en algo tratamos de ayudar o beneficiar a las comunidades? En ese caso podría ser un tema a negociar y les podríamos hacer alguna rebaja, aunque los compradores comunes y corrientes no ponen reparos, son menos hambrientos al dinero. Al final, la institucionalidad gringa, las tres agencias, la Fiscalía, El Tesoro, el Sistema Financiero, terminan quedándose con el dinero de los narcotraficantes y del narcotráfico, a las buenas o a las malas, entonces ¿quién vive del narcotráfico?, ¿quién es el narcotraficante?

¡Ah!… ellos no lo son, pues todo lo hacen dentro de su “legalidad”, así quien no es “puro”.

Sí, claro… puro cuento, pero gringo.