Aviso

 

Los humanistas que luchamos por una nueva Colombia, exigimos un corazón grande, humilde, y generoso; por la Paz y la profundización de la democracia.

Desde el 28 de abril 2021,  nuestro país se estremece en una ola gigantesca de hombres,  mujeres, indígenas, campesinos y jóvenes rebozados de entusiasmo y alegría, y en canto rebelde acrisolado en las calles, en la barriada, en la universidad, en el parche juvenil.  Todos juntando las rebeldías por una nueva Colombia.

Hoy, las fuerzas democráticas y alternativas, en luz de esperanza y paz para Colombia, estamos convocadas a edificar el rumbo de nuestra historia, dejando a un lado las nimiedades y vanidades que históricamente no han permitido entregarle a nuestro pueblo el regalo más preciado, la paz, el amor y la ternura a los más débiles.

Es hora de que nuestras inteligencias  se junten en un colectivo de hermandad y unidad.  No hay campo para las intrigas, ni para conspirar a favor de los egos.  Pasemos a la historia como una generación de colombianos, quienes junto a la enérgica ánfora juvenil prendió la llama de la vida, la paz y la dignidad.

Traemos a colación una breve cita de ese maravilloso ensayo de nuestro titán de las letras, Gabriel García Márquez -Un país al alcance de los niños-:  “En la esquina de los dos grandes océanos se extendían cuarenta mil leguas cuadradas que Colón entrevió apenas en su cuarto viaje, y que hoy llevan su nombre: Colombia. Lo habitaban desde hacía unos doce mil años varias comunidades dispersas de lenguas diferentes y culturas distintas, y con sus identidades propias bien definidas”.

Sí. Definamos nuestra propia identidad, la identidad de ser un pueblo más generoso y humilde, que no  nos separen océanos  ni murallas para poder edificar los cimientos de una Colombia grande y generosa. Es hora de que los sectores alternativos aglutinados en tres grandes corazones, Coalición de la  Esperanza, Alianza Verde y el Pacto Histórico, integrados por  un ramillete de hombres y mujeres luchadores y luchadoras de la vida, hagamos un solo corazón, una sola bandera, una sola esperanza, materializando el corazón de la unidad.

Angélica Lozano, Gustavo Petro, Sergio Fajardo, Jorge Enrique Robledo… permítannos, por lo menos a un grupo de quindianos que amamos la vida y la paz, latir en un solo corazón, el corazón de la generosidad, articulándonos en el ventrículo izquierdo de la válvula de la unidad; sin incurrir en el riesgo de un paro cardiaco, producto de las vanidades y caudillismos, que históricamente han naufragado en la izquierda con su fango de incertidumbres.

Unámonos por la memoria  de nuestros muertos, perseguidos, desaparecidos, torturados.  Desde el Quindío, queremos ser el marcapaso de la unidad en  la izquierda, conformando una sola lista unitaria a la Cámara de Representantes, integrada por las tres fuerzas alternativas en mención.

Ponemos este humilde escrito de unidad a consideración de los cuatro grandes exponentes de la política alternativa de Colombia:  Lozano, Fajardo, Robledo y Petro.  ¡Es hora de enderezar el timón y salir de las borrascas caudalosas de la ignominia regentada en los jinetes apocalípticos de la guerra en Colombia!

Es imperativo que permitan que nuestro sueño de unidad popular se materialice en la realidad, para así en el  2022,  arroparnos en la bandera de la dignidad y de la paz con justicia social… ¡Es posible! ¡Creemos que sí! Si ustedes lo permiten.

Nos resistimos a creer que de no permitirlo, pasarán a la historia de Colombia como los seres más mezquinos de la izquierda democrática alternativa.

Desde el Quindío, clamamos por la unidad de las ciudadanías libres, soñadoras, ejemplarizantes, conscientes y vigorosas junto a una juventud que reclama actos firmes y esperanzadores de sus dirigentes, capaces de superar escollos para bien del presente y futuro de esta generación llena de sueños, anhelos y tareas por realizar de la mano de un planeta que grita como ser vivo, también por sus derechos.