Las broncas, la rabia, pero también la Dignidad y Rebeldía caminan y corren por las calles y carreteras de esta nación. Los de abajo, los excluidos, los cada día más pobres siguen diciendo ¡No Más! Con su voz y acción se hacen sentir en todos los rincones de Colombia.
El poder y sus medios gritan, desinforman, nos tratan de vándalos cuando no de terroristas. Pero desde hace ya un tiempo nos empezamos a mamar de un poder fascista de una elite narcoterrorista que ha secuestrado el Estado. El miso Estado que está utilizando todos los medios para aumentar sus ganancias a costa de nuestra miseria. El proceso capitalista instaurado creó una clase burguesa criminal que mantiene al país en un atraso secular y entregada al capital transnacional, siguiendo los dictados de los gobiernos imperialistas y sus organismos multilaterales.
La crisis de la pandemia ha servido para hundir aún más en la miseria a la mayoría de colombianos. Las cifras oficiales (DANE) así lo demuestran. En el año 2020 – 21 un 42.5% de la población colombiana, es decir 21.5 millones de seres humanos han caído en la pobreza, 15% de la población, es decir 7.6 millones de colombianos están en la pobreza extrema: existe un desempleo del 14.5% y un subempleo o informalidad del 51.2%. La deuda externa del país en plena pandemia subió a cerca del 60% del PIB y así podríamos seguir citando cifras oficiales.
Aprovechando este panorama desolador la burguesía y los títeres en el gobierno pretenden imponer reformas y acciones tiránicas (Reforma tributaria, a la salud, a las pensiones, fracking, aspersiones de glifosato) con la disculpa que la “caja de la nación está agotada” y queda solamente para unas cuantas semanas. El pueblo en las calles y sobre todo los jóvenes han empezado a entender que esta crisis no ha sido producida por los de abajo, quienes solo reciben miserias, migajas. Y están diciendo ¡Basta Ya!
Ante la represión asesina de esta burguesía y su sistema, es preciso redoblar las luchas y tomando un respiro reflexionar, rápidamente asumir los aprendizajes y dar un salto adelante en la autonomía y las diversas manifestaciones de Poder Popular.
En las calles de los barrios, en la festiva y rebelde algarabía, en las diversas expresiones artísticas y culturales, en la Olla Comunitaria y el compartir del alimento, en cada una de estas expresiones de Rebeldía, Rabia y Sueños, está la Escuela de Formación Popular para hacer y construir la Revolución profundamente Humana y de Vida para todos los que hemos sido excluidos, ninguneados, para los nadies que somos todos.
La democracia burguesa más vieja del continente se derrumba de manera patética, mientras tibios y troyanos tratan de salvarla por todos los medios, ya que saben que con ella caerán al basurero de la historia. La Historia la escribimos nosotros, hay que seguir, hasta hundir al poder y a sus defensores.
Frente a este panorama es necesario en palabras de un amigo “construir formas de organización de los no organizados”. Formas nuevas, creativas, alegres, que nos permitan a los excluidos de siempre incidir en la toma de decisiones. Tarea nada fácil conociendo las profundas desconfianzas que tenemos que superar, pero ese es el reto, ese es el camino.
Reencontrarnos, escucharnos, hacer un gran esfuerzo para entendernos desde nuestras diferencias y sentires, Hacer realidad el tan mencionado PODER POPULAR. Poder para el buen vivir, Poder para ser FELICES, Poder para la VIDA.