Gracias al Paro Nacional el régimen retrocedió en su pretensión de seguir echando la crisis en hombros de las capas medias y de los empobrecidos. En su terco intento descargó lo más cruel de su represión contra los manifestantes hasta dejar en el suelo el prestigio de sus Fuerzas Armadas.
Cuando la mayoría del país clama por un cambio en el modelo socioeconómico y en la Doctrina de Seguridad Nacional, la respuesta de Uribe ha sido acudir a sus escuadrones narcoparamilitares para que ataquen a los manifestantes, argumentando que el régimen enfrenta una ‘revolución molecular disipada’, porque según le recomienda su asesor neonazi, el chileno López Tapia: “si usted no detiene un proceso con tintes ideológicos en los niveles bajos, no espere tratar de revertirlo cuando ya llegó a validación y legitimación. No lo va a poder hacer nunca. O lo combate a nivel bajo, o está perdido”.
Otra vez las élites dominantes pretenden resolver los problemas del país por la vía represiva en lo que son expertos, dejando a un lado la tarea de cambiar el modelo capitalista neoliberal y la Doctrina de Seguridad con que lo resguardan. Con esto creen que van a mantener la estabilidad del régimen, asunto que preocupa mucho a los Estados Unidos porque mantienen a Colombia como peón de sus planes de Guerra perpetua en el continente.
Para imponer una salida neonazi a la crisis colombiana, Uribe llama a sus aliados tradicionales para conformar un Frente Nacional, pero la presión social que busca cambios para Colombia no se va a dejar torcer el rumbo del camino democratizador emprendido, en que lucha contra la tiranía corrupta, por el Proceso de Paz, un modelo económico amable con la gente y el Planeta, una solución que sustituya la fallida ‘Guerra contra las drogas’, y unas relaciones internacionales de cooperación y paz.
El derecho a vivir en paz y dignidad, el pueblo colombiano lo conquistará por medio de la lucha emprendida, porque ni el imperialismo ni la oligarquía se lo van a regalar. A este esfuerzo histórico, el Ejército de Liberación Nacional seguirá aportando su ‘grano de arena’, para sumar fuerzas con los millares de sectores democráticos, progresistas y revolucionarios que rechazan el camino neofascista de Uribe y le oponen una confluencia para desarrollar la paz, democratización y soberanía de Colombia.
Comando Central
Ejército de Liberación Nacional
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