El 8 de diciembre nombraron al General Austin como jefe del Pentágono. Ese mismo día ascendieron nuevos Generales en las Fuerzas Armadas (FFAA) colombianas, cúpula militar estructurada para seguir los dictados estratégicos que trazan en Estados Unidos (EEUU), con el nombre de Plan Colombia.
En las dos últimas décadas bajo el rótulo de Plan Colombia cobijaron operaciones antidrogas, que ahora son calificadas como un fracaso por la Comisión de Política de Drogas del Hemisferio Occidental (WHDPC, por su sigla en inglés) adscrita al Congreso de EEUU; mientras el componente antisubversivo lo consideran exitoso debido a las bombas guiadas que vendió la multinacional Raytheon y por millares de bajas por las que pagaron millonarias recompensas a sus perpetradores. A causa de ello lo clasifican como un negocio exitoso que debe proseguir.
El General Austin se retiró hace 4 años y se integró de inmediato a la Junta Directiva de Raytheon. Por su parte, los oficiales colombianos expertos en asesinar jóvenes inocentes y presentarlos como
guerrilleros -crímenes conocidos como Falsos Positivos-, también fueron ascendidos como ocurrió con los Generales Pinto Lizarazo y Rodríguez Sánchez; y con el General Rey Linares a quien Duque sostiene como Comandante de la Quinta División del Ejército, pese a que el país lo conoce como el transportador del narco Ñeñe Hernández en aviones de la Quinta Brigada, además debe responder por 13 Falsos Positivos, como el asesinato de una niña indígena Wiva de 13 años en la Sierra Nevada, por la que cobraron una jugosa recompensa.
La manguala entre las FFAA y las bandas mafiosas hace parte del Plan Colombia, al asignar la ejecución de la parte encubierta a los narcoparamilitares, quienes masacran, desaparecen y despojan a líderes sociales y políticos opuestos al régimen de dictadura mafiosa que han instalado en Colombia. No es coincidencia que el General Rey sea socio del Ñeñe y que este, por órdenes del ex Senador Uribe, haya colocado a los Carteles de la cocaína a intimidar y comprar los votos que hicieron a Duque Presidente en 2018.
La continuidad de la fracasada Guerra contra las drogas impide que Colombia salga adelante con una Solución Política del Conflicto, pero el anhelo de paz de las mayorías nacionales ejerce una presión social creciente para pasar la página de la Guerra, que haga viable a Colombia para ser una nación soberana, en paz y equidad.