“Una solución podría ser que hagamos un túnel hasta La Habana para que podamos traer a la Delegación de Paz”, dice Antonio García, jefe militar del ELN. En esta tercera parte de la entrevista, García habla acerca del asesinato de Uriel y el proceso de diálogos con el Gobierno de Iván Duque.
Desde hace cuatro años comenzó el proceso de Diálogos de Paz entre el Gobierno colombiano y el ELN. Sin embargo, desde enero de 2019, cuando la insurgencia realizó un ataque militar en la Escuela de Cadetes General Santander, el Gobierno suspendió el proceso. Además, desde esta fecha, la administración de Duque ha incumplido los protocolos que se habían pactado desde un comienzo, en caso de que la mesa se rompiera.
Por su parte, el ELN ha manifestado su intención de continuar buscando una salida negociada al conflicto. En varias ocasiones, incluso durante la pandemia, ha programado ceses al fuego unilaterales, y ha instado al Gobierno a que estos sean de carácter bilateral.
Sin embargo, la respuesta ha sido siempre negativa.
Los medios de comunicación Brasil de Fato, Marcha Noticias, Peoples Dispatch, Colombia Informa y Resumen Latinoamericano, realizamos una entrevista exclusiva a Antonio García, jefe militar e integrante del Comando Central del Ejército de Liberación Nacional -ELN-.
En esta tercera entrega, el jefe guerrillero reflexiona sobre uno de los últimos ataques militares contra el ELN: el asesinato de Uriel. Asimismo, nos cuenta cuáles son las expectativas de la insurgencia con respecto a la posibilidad de dialogar con el Gobierno y de que la Delegación de Paz retorne a Colombia.
El asesinato de Uriel fue presentado como un triunfo por parte del Gobierno ¿Han pensado en otra persona que pueda desempeñar la labor que venía haciendo Uriel?
Uriel es una figura emblemática en el país, el continente y en el ELN. Es una voz del Ejército de Liberación Nacional que busca transmitir, que busca llegar al corazón de las gentes, desde el pensamiento y la acción del Ejército de Liberación Nacional. Que lo hizo de una manera osada, atrevida.
Y lógico, estamos en una guerra que ha ido cambiando, que ha ido mutando hacia nuevas formas de confrontación. Y lo hemos dicho: estamos hoy en una guerra de inteligencia y contrainteligencia con el Estado colombiano; en una guerra especializada donde varios de nuestros compañeros han sido muertos, más precisamente asesinados. Las fuerzas militares han tenido posibilidad de capturarlos, de reducirlos porque en algunos casos han estado desarmados debido a situaciones de seguridad o actividades que se desarrollaban.
Sin embargo, han optado por el uso de los francotiradores en una situación operativa que perfectamente podía desencadenarse en una captura o en otra situación, pero no en usar la fuerza letal cuando no se necesita. O sea que estamos ante un uso no adecuado de las modalidades operativas, porque ellas se deben usar de acuerdo a las circunstancias operacionales. La muerte de Uriel es esa.
Vamos a seguir en la lucha por hacer llegar nuestra voz, en la lucha de comunicar nuestras ideas, de interactuar con el país y de generar opinión. Por supuesto que sí. Y nuevos compañeros y compañeras lo vienen haciendo y muy seguramente habrán más Urieles. Porque el ejemplo que él deja y la proyección de su lucha, pues es interesante y lo vamos a seguir a seguir haciendo.
Hay retos técnicos de seguridad que tendremos que revisar. También errores que muy seguramente cometemos cuando adelantamos este tipo de tareas, pero buscamos que cada vez nuestra actuación sea mejor, de mejor calidad, con mayor. Y ese es el interés nuestro en seguir proyectando esa imagen, ese mensaje de Uriel y el legado que nos deja.
¿Se seguirá insistiendo en continuar con los Diálogos de Paz con el Gobierno de Iván Duque?
El ELN no está insistiendo en dialogar con Duque. Lo que estamos planteando es que se respeten unos acuerdos que se hicieron con el Gobierno anterior y que fueron unos acuerdos de Estado. Porque si no lo hacemos, hacia futuro, va a quedar la posibilidad de que cualquier acuerdo pactado con un gobierno sea incumplido.
Eso lleva a que la política internacional -lo que son los acuerdos de Estado- se modifiquen y de ahí la posibilidad de que cualquier Estado del mundo pueda violar acuerdos internacionales. Entonces estamos ante una modificación política internacional demasiado grave. No es que el ELN esté insistiendo, sino que está haciendo ver que el Gobierno Duque cometió un error demasiado grave y que a futuro no va a ser posible ir a una mesa de negociación porque los futuros gobiernos van a incumplir. Se dejó esa puerta abierta y Duque la debe cerrar.
¿Qué se piensa hacer con la Delegación de Paz que está en La Habana?
Bueno, lo que está pensado es que la delegación debe regresar a Colombia. Y hemos trabajado con el Gobierno colombiano, con los garantes, para que la delegación regrese. Nosotros tenemos que mirar que se cumplan los protocolos como están establecidos y eso significa que la delegación debe retornar a Colombia.
Ya … si es una negativa, si no se puede, pues tendríamos que considerar qué alternativas hay para que los compañeros regresen a Colombia. Tenemos que buscar una solución. Una opción podría ser, por ejemplo, que hagamos un túnel hasta La Habana para que los podamos traer. Pues ya toca mirar a ver cómo organizamos esa tarea, a ver si es viable.
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