Aviso

 

Para mantenerse en el poder usan el terrorismo de Estado, como lo acaba de hacer Trump con el asesinato de un científico persa el viernes pasado, igual hace Uribe en Colombia cuando persigue y extermina a la oposición, bajo el lema de “bala es lo que hay”.

La mafia colombiana hace 40 años era funcional al Estado, pero luego lo capturó y lo mantiene como un régimen de dictadura mafiosa, basado en su Ley Metálica de “plata y plomo”, que logra la cohesión social por medio de la corrupción de sus aliados y con el Genocidio político contra líderes sociales, opositores de izquierda y ex combatientes.

La plutocracia que manda en Estados Unidos (EEUU) protege al régimen colombiano de terror de Estado, porque aplica el capitalismo neoliberal y lo resguarda con la Doctrina de Seguridad, que clasifica a la población que protesta como el Enemigo Interno que debe ser perseguido y eliminado; operación anti subversiva que cobijan bajo el nombre de Guerra contra las drogas, por ello la DEA en Colombia hace entrampamientos (falsos positivos judiciales) y fumiga con Glifosato para atacar el Proceso de Paz.

Mientras las élites políticas se alistan para la campaña hacia las elecciones presidenciales de 2022, en las calles colombianas las mayorías luchan por cambiar el país y desarrollar el Proceso de Paz; mientras los primeros buscan gobernar el país con acuerdos de cúpulas, la gente movilizada busca transformaciones por medio de la presión social, única vía para arrinconar a los poderosos intereses elitistas que pretenden seguir dominando en Colombia.

A la vez que la campaña electoral presidencial enciende motores en las cúpulas, el régimen de dictadura mafiosa recrudece la persecución y exterminio de los opositores y líderes comunitarios, para neutralizar desde la cuna la conformación de un bloque de centro izquierda que le compita en 2022, así, ¿cómo puede avanzar una campaña electoral alternativa en medio del terror de Estado?

La gente en la calle exige otro modelo de desarrollo, cambiar la Doctrina de Seguridad, quitar la fracasada Guerra contra las drogas, erradicar la corrupción, que EEUU respete el Proceso de Paz y nuestra autodeterminación nacional, que el Gobierno cumpla con la Constitución y desarrolle un Estado Social de Derecho; este Programa permitirá a Colombia ser una nación en paz, equidad, soberana e integrada con América Latina para tener una sola voz ante las potencias mundiales.