Los Territorios Campesinos Agroalimentarios -TECAM- son figuras territoriales orientadas dentro de los Planes de Vida de las organizaciones y comunidades campesinas. Son el resultado de procesos organizativos, sociales, políticos y culturales; así como de la movilización nacional. Se caracterizan por su identidad campesina y sus actividades de producción agrícola, pecuaria, entre otras.
Estas figuras organizativas promueven la defensa de la soberanía territorial y alimentaria, forjan el reconocimiento de los derechos del campesino y buscan garantizar la permanencia en el territorio.
Así lo afirma Robert Daza, miembro del Coordinador Nacional Agrario CNA, en el departamento de Nariño, “El concepto de Territorio Campesino se empieza a configurar a partir de 1990, acuñado en la Vía Campesina”. Los territorios campesinos son una apuesta política que le sale al paso a los “territorios para el agronegocio o Zonas de Desarrollo Empresarial”.
Robert hace una comparación de la aplicación de las formas de producción en los territorios campesinos y los agronegocios. Dice “En los territorios campesinos existe biodiversidad, existe trabajo en armonía con la naturaleza, cuidado del agua, de las semillas, y están habitados por familias campesinas”, es decir el objetivo es proteger el medio ambiente y la vida. En los territorios de agronegocios, o aquellos territorios utilizados para el monocultivo, se encuentra el concepto de la mercancía o acumulación de la economía, por ejemplo, los cultivos de caña en el norte del Cauca, los cultivos de palma de africana y los cultivos de solla en el sur del continente. El impacto que genera es negativo porque acaba con la vida y la diversidad biológica.
Los territorios campesinos son milenarios, son el resultado de una construcción histórica y cultural. Muchos de estos han sido usurpados por los terratenientes o las agroindustrias. Por ejemplo, el Valle del Cauca, antes de 1960, era un territorio campesino, asegura Robert Daza; “allí vivían nuestros abuelos, quienes fueron los que colonizaron esas tierras para la agricultura. Pero luego de esa época de la violencia entre liberales y conservadores. Fueron expulsados de allí y los mandaron a las tierras de ladera, tierra improductivas”.
“La colonización – despojo, ha sido la espiral de la construcción de los territorios campesinos. Los campesinos han ido domesticando las tierras para el cultivo, luego a través de la violencia, las leyes; los poderosos del país con sus bandas de paramilitares, el ejército, la policía, despoja las tierras, desplazan a la gente de allí y se posicionan ellos para establecer sus grandes negocios”, afirma Daza.
Los aspectos que dan origen a los territorios campesinos son la configuración de culturas, lenguajes, relaciones económicas, humanas, de comunicación, costumbres en la comida, el vestir. Es decir, conservan las tradiciones históricas para darles incidencia y posicionarlas políticamente a nivel nacional como internacionalmente (ONU). Robert Daza asegura “las transnacionales de la agricultura decidieron acabar con el campesinado, no solo en Colombia sino a nivel mundial. Es por esta razón que los campesinos y sus formas organizativas construyeron una línea de argumentación, que sustente porque los campesinos y campesinas tenemos el derecho de seguir existiendo, no como un pueblo sin tierra y sin territorio, sino como unos pueblos con historia, con cultura, pero también con una tierra donde poder desarrollar nuestro proyecto de vida”.
Los territorios campesinos agroalimentarios reconocen la territorialidad campesina, así como lo han logrado los indígenas y las comunidades afrocolombianas. También buscan el reconocimiento del campesino como sujeto de derechos. Fortalecen los procesos organizativos campesinos y son una herramienta de defensa del territorio. Garantizan la permanencia en el territorio. Protegen la vida y la cultura campesina.