Aviso

 

El mito fundador del imperio norteamericano estaba basado en una supuesta misión divina de propagar la democracia, pero estas elecciones presidenciales han desnudado de nuevo la antidemocracia del sistema, recrudecida por la facción de Trump.

El Canciller chino iguala la crisis de Estados Unidos (EEUU) a la de “una persona enferma que no se curará de sus dolencias pidiendo a otros que tomen medicamentos”; enfermedad que es una complicación de males sufridos por el pueblo estadounidense a quien le destruyen los derechos inalienables a la vida, la libertad y la felicidad; dictadura que justifica la rebelión que crece en las calles de sus ciudades.

Como el imperio engendra dictadura, exporta dictadura, en especial hacia los pueblos vecinos del continente quienes cada vez menos aceptan tal hegemonía, debido a que

toman un camino propio de desarrollo y de sistema político que tiene futuro en la integración de América Latina y el Caribe. Sólo una voz única permite hablar como iguales en un mundo que se configura de manera multipolar.

Para el pueblo colombiano es una oportunidad para avanzar en la democratización del país el hecho que el pueblo norteamericano luche contra la dictadura que lo sojuzga, porque el debilitamiento de la facción de la extrema derecha violenta en EEUU implica menos respaldo para Uribe y sus seguidores.

La lucha por arrinconar y debilitar al régimen de dictadura mafiosa de Uribe tiene una batalla importante en quitar al mal Gobierno de Duque, para neutralizar su plan de acabar con el Proceso de Paz, reducir las Cortes de nuevo a ser un Cartel de la toga y seguir entregando los bienes comunes a intereses extranjeros.

Dos convocatorias a Referendo hoy están enfrentadas en Colombia: la de los sectores democráticos que buscan quitar el Gobierno de Duque, y la de Uribe dirigida a extremar la dictadura, en la cual aspira a imponerse como en octubre de 2016, por medio de múltiples trampas y manipulaciones del electorado. Pero hay que recordar que “a un perro no lo capan dos veces”.

Solo el pueblo salva al pueblo, solamente la movilización y lucha de la gran mayoría de la sociedad colombiana seguirá debilitando a la dictadura de la extrema derecha violenta, para garantizar el desarrollo del Proceso de Paz y avanzar hacia las transformaciones democráticas, que nos permitan llegar a ser una nación soberana en paz y equidad.

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