Queda en la historia este 4 de agosto, cuando la Corte Suprema ordenó la detención del ex Presidente Uribe, decisión revirada por sus seguidores entre ellos Duque, ¿prosperará este intento de aplicar justicia a un caudillo que lleva 40 años mandando ‘sin Dios ni Ley’?
La detención domiciliaria la cumple Uribe en su hacienda de 1.311 hectáreas, a 790 kilómetros de Bogotá, donde los Magistrados buscan que no obstruya el proceso judicial, pero nadie garantiza que desde allá no siga mandando a través de Duque, porque esta es su tercera Presidencia, ganada con los dólares y las armas de los Carteles mafiosos, igual que las dos primeras.
El 7 de agosto de 2022 debe concluir este tercer Gobierno de Uribe y así a él lo alejen de Bogotá, Duque seguirá gobernando a Colombia a favor de sus patrocinadores: los Carteles mafiosos, los banqueros y Trump; quienes tratan de tapar el fraude electoral que consumaron en junio de 2018, con la que le arrebataron la Presidencia al candidato que tenía la mayoría de los votos.
De nada han servido los 12 millones de votos que depositó Colombia en la Consulta Popular contra la corrupción realizada en agosto de 2018; tampoco sirvió el Acuerdo de Paz firmado en noviembre de 2016, porque recrudecieron la matanza de opositores al régimen. En los 2 primeros años de la administración de Duque han exterminado al 60 por ciento de los líderes populares desde la firma del Acuerdo. Hoy Colombia sufre un clímax de corrupción y de Genocidio político.
Nunca antes Colombia había sido doblegada como vasalla de Estados Unidos de manera tan brutal como en este tercer Gobierno de Uribe; ni nunca había cundido el empobrecimiento en el país como ahora. Y como si fueran pocas las pestes, por la indolencia del Gobierno, el Covid-19 está abatiendo a miles de colombianas y colombianos, que pudieran salvarse.
Colombia merece un régimen que sirva al pueblo, que no lo ataque ni lo hunda en la miseria, ni permita que caudillos y potentados extranjeros saqueen nuestros Bienes Comunes.
La movilización y la lucha de las mayorías nacionales conseguirán la verdad y la justicia para las millones de víctimas, y gracias a esta presión social, Colombia llegará a ser la nación soberana, en paz y equidad por la que todos luchamos.
Comando Central (COCE)