El pasado 4 de julio se cumplieron 56 años desde cuando el Comandante Nicolás Rodríguez Bautista, junto con otros 15 compañeros hicieron la Primera Marcha guerrillera con que fundaron el ELN; para refrescar la historia en la voz del principal de sus protagonistas, hemos hecho esta entrevista.
Aureliano Carbonell: Comandante ¿cómo ve la situación de la lucha revolucionaria en el país, 56 años después del momento fundacional?
Nicolás Rodríguez: En Colombia, después de medio siglo de haberse iniciado la rebelión armada, se han incrementado las condiciones objetivas y subjetivas que le dieron lugar, lo que sigue ratificando la validez y la importancia de la lucha revolucionaria y la insurgencia en el país.
Las condiciones para la lucha revolucionaria medio siglo después, salvo excepciones que vive Colombia, son similares en el continente. Hoy, después de ensayos importantes que han trasegado por la vía política y legal, le enseñan a los pueblos las dificultades del tránsito pacifico e institucional. Algunos consideramos que sigue siendo válido e indispensable el derecho a la rebelión y la acción armada e insurgente para alcanzar el poder, porque las oligarquías no permiten ese tránsito por la vía política.
El hecho de que en Brasil haya surgido una corriente que tiene contradicciones con el imperialismo, que buscaba una nueva vía y que haya sido aplastada y judicializada, como aconteció con el Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), es revelador. Que haya una actitud tan compleja en Venezuela, con una experiencia democrática clara y que sin embargo sea violentada por las oligarquías criollas y el imperialismo, dice mucho. Está la dolorosa experiencia de Chile, cuando Allende en 1973, la de Zelaya en Honduras en 2009 y la más reciente, la de Bolivia y el golpe a Evo en 2019.
Venezuela, a pesar de la brutal agresión que está sufriendo, está siendo una excepción. Pero en las otras experiencias. Con métodos ilegales los Estados Unidos y las oligarquías criollas han roto dinámicas de carácter democrático y de transformaciones, lo que le sigue dando validez al camino de rebelión y lucha armada.
En la coyuntura actual, el ejemplo más claro de lo que es la oligarquía colombiana y de lo que hace esta con los revolucionarios que buscan desde lo político proyectar una lucha por el poder, es lo que ha ocurrido con el Proceso de Paz que intentaron las FARC, que en este momento está prácticamente desahuciado, por la actitud de perfidia, terrorista y criminal de la oligarquía que no ha permitido la salida política de manera civilizada y le ha puesto todo tipo de engaños y trabas a ese Proceso.
Van a la fecha 218 ex combatientes asesinados después de la firma de la paz, hay perseguidos, judicializados y también varios de los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) han sido desplazados por los paramilitares, el más reciente es el de Ituango, Antioquía.
Las clases dominantes no han permitido la acción política de un movimiento guerrillero que entregó las armas y que se desmovilizó buscando una salida en los espacios democráticos.
Ahora bien, este pensamiento de mirar el hilo histórico y de pensar en el futuro, no modifica ni afecta la postura clara del ELN y de sus últimos congresos, de persistir en la acción política y en la búsqueda de la paz con justicia social, y transformaciones. Otra forma de ser de la actual dirigencia del país, que mediante un nuevo pensamiento, se permita vivir en justicia y en equidad.
Quisiéramos encontrar en la clase gobernante una postura de respeto a la democracia, de respeto incluso a su misma Constitución, donde se supere el terrorismo de Estado, donde se supere la persecución al contradictor político, donde se respeten los Derechos Humanos y donde se reconozca que la lucha popular es lícita y necesaria.
El día que ese proceso de democracia avance, no habrá razón para empuñar las armas porque nos sentiremos interpretados en unos desarrollos de justicia, de equidad social y de soberanía.
La paz es el objetivo y el derecho final de los pueblos, con ese criterio sigue actuando el ELN, nunca renunciaremos a la salida política al conflicto, ni a la búsqueda de la paz.
Los 16 de la Primera Marcha
AC: El 4 de julio de 1964, arranca la Primera Marcha guerrillera del ELN ¿por qué se considera este el momento fundacional?
NR: Tiene que ver con el simbolismo que representa el acontecimiento, por primera vez se reunían los hombres, se arranca como grupo guerrillero y se reafirma el compromiso de ir hasta las últimas consecuencias.
AC: En la Primera Marcha participaron con usted 16 compañeros, ¿cuál era la procedencia de cada uno?
NR: El grueso éramos campesinos, excepto Fabio Vásquez, que era el Comandante, él es de procedencia más urbana aunque sus primeros años los vivió en el campo junto a su familia, de donde fueron desplazados en la violencia de los años 50 del pasado siglo. Venía de formarse en Cuba. Había otro compañero de nombre Alfredo Rovira, un muchacho de Bogotá, también venía de Cuba y allí se había conocido con Fabio. Otros compañeros de procedencia urbana y obrera, se fueron incorporando después.
De regiones distintas a la de San Vicente, estaban dos compañeros de apellido González de la región de El Hato en Simacota, su familia y uno de ellos había estado muy comprometido con las guerrillas de Rafael Rangel en la década del 50. Otros dos eran de Santa Elena del Opón, Santander, Domingo Leal y Salvador Afanador.
Varios compañeros habían participado antes en las guerrillas de Rangel, después del 9 de abril de 1948, cuando asesinaron a Jorge Eliecer Gaitán, ellos eran Luis José Solano Sepúlveda, Hernán Moreno Sánchez, Jorge González, Domingo Leal, Pedro Pablo Rodríguez, los otros dos con alguna formación guerrillera, eran Fabio y Rovira, que la adquirieron en Cuba.
AC: ¿Cuándo se decide adoptar el nombre del ELN?
NR: Fue decisión del núcleo principal de los compañeros que conformaban la organización en ese momento, luego que Fabio regresara de Cuba. Por ello cuando nosotros nos incorporamos ya los brazaletes estaban marcados como Ejército de Liberación Nacional. En ese núcleo inicial, además de Fabio, estaba Manuel Vásquez, Víctor Medina Morón y Ricardo Lara, sin duda se me escapan otros nombres, quizás otros de los que no tengo conocimiento.