Entre el 22 y el 24 de mayo se realizó en Ginebra, Suiza, la Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales y sobre su destrucción. Colombia participó ya que es un Estado parte de la Convención. Sin embargo, la torpe implementación de los Acuerdos para la paz con las FARC y el fin de las negociaciones con la insurgencia del ELN, por parte del gobierno de Iván Duque condenan al Estado colombiano para un nuevo incumplimiento ante la comunidad internacional.
Efectivamente, la participación en esta Convención fue muy importante y, de hecho, todos los Estados que la ratificaron estuvieron presentes. ¿El motivo? El Plan de Acción de Oslo que será definido en noviembre de este año orientará el trabajo de desminado durante los próximos 5 años, hasta el 2025. Esta fecha es el plazo para los 32 Estados que aún tienen que terminar su trabajo de desminado, Colombia es uno de ellos, así como los Estados de Iraq o Yemen.
Estado colombiano
Colombia entró hacer parte de la Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales y sobre su destrucción en el año 2001, durante el gobierno de Andrés Pastrana. Desde entonces Colombia, como cualquier país que la ratifica, tuvo 10 años para desminar completamente el territorio bajo su control. No obstante, en el año 2011 el gobierno de Juan Manuel Santos tuvo que pedir una prorroga para el 2021, pero el desminado tampoco se cumplió.
Para el Estado colombiano será muy difícil concretar este trabajo en los próximos dos años, pero tal vez para el año 2025 pueda hacerlo si el Presidente Iván Duque logra implementar eficazmente los Acuerdos para la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC-, y restablecer las negociaciones con la insurgencia del Ejército de Liberación Nacional -ELN-. Juan Carlos Ruan, director de la Unidad de Apoyo a la Implementación (-ISU- en inglés) coordinó la Convención y afirmó que Colombia “es un país muy complejo, con muchos retos diferentes, y aunque uno quisiera pensar que en 2025 podría lograr desminar completamente a su territorio, las varias incertidumbres adentro del país hacen que sea muy difícil saberlo”.
En Colombia se han registrado 11.751 víctimas por minas antipersonales y munición sin explosionar, a la fecha del 30 de abril 2019. Estadísticamente, durante los accidentes causados por minas antipersonas, 1 de cada 5 personas muere y en lo corrido de este año ya se registran 58 víctimas en nuestros territorios. Desafortunadamente, no hay datos que definan exactamente cuántas y en dónde se encuentran las minas en Colombia. “Todavía”, sigue Juan Carlos Ruan, “se pueden hacer muchos avances en términos de llegar a entender muy bien cuál es la contaminación que resta. Eso, en las áreas seguras, porque no se puede trabajar donde hay conflictos”.
Avanza el desminado en el suroccidente
La Campaña Colombiana Contra Minas -Cccm- define el desminado humanitario como “el único proceso que garantiza la no repetición y la recuperación plena de los suelos. Su objetivo es ubicar y demarcar las áreas sospechosas de minas antipersonales y otros artefactos, a través de estudios que cuentan con el apoyo de las comunidades, para posteriormente destruir los artefactos mediante estándares que contienen especificaciones técnicas que garantizan que las tierras desminadas sean seguras”.
Ester Martínez Martin, coordinadora de proyectos y monitoreo de la Cccm nos compartió el trabajo de su organización en nuestros territorios: “Estamos activos en tres departamentos: Cauca (municipio de Balboa), Putumayo (Municipio de Puerto Asís, Puerto Guzmán, Puerto Carcedo, Puerto Leguizamo, San Miguel) y Huila (Municipio de Algeciras). Después de los Acuerdos de Paz con las FARC hemos podido acceder a otros territorios y trabajar, desde hace tres años, en el desminado humanitario con el apoyo del Servicio de Acción de Minas de las Naciones Unidas (-Unmas- en inglés) y el Fondo de las Naciones Unidas para los Niños (-Unicef- en ingleś).
Además de trabajar en el desminado humanitario, la Cccm se ocupa también de apoyar a las víctimas de las minas, y forma parte de la Mesa Nacional de Educación en el Riesgo de Minas, encargada de la coordinación y acompañamiento de las acciones de educación para prevenir accidentes causados por minas.
La Campaña Internacional
Desde su inicio, en 1999, la Cccm ha hecho parte de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersonal (-ICBL- en inglés). Su director, Héctor Guerra, nos contó que la campaña nació gracias a la contribución de la sociedad civil: “Nosotros hemos trabajados sobre este tema desde 1992, y a través de nuestra labor ganamos el premio Nobel de la Paz en 1997. Queremos construir nuestros objetivos desde la voz de las sobrevivientes. Efectivamente, las ideas surgen desde el trabajo activo con las víctimas, las cuales participan concretamente en la Campaña”.