Aviso

 

Hemos llegado al reino pleno de la biopolítica moderna, a ese capitalismo degenerado que señala la decadencia de Occidente, que aun persiste en cubrirse con la palabra “democracia”, así esta se haya convertido en un cascarón vacío…Completa expresión del fracaso de los tradicionales postulados democrático-liberales que decían sustentarse en la vigencia de una sociedad civil, ilustrada y participativa, con teorías y discursos incluyentes y hasta emancipatorios, como el de los derechos humanos universales e inalienables.

En conclusión, hemos llegado al fascismo democrático, al demofascismo que constituye la apoteosis contemplativa y criminal a la vez, del desencanto y el cinismo. Fascismo de nuevo tipo que ya no reclama el entusiasmo ni la movilización total, que caracterizara a los fascismos anteriores. Ahora, masas de sujetos nominalmente “demócratas”, conviven extasiados dentro del pensamiento único, bajo convicciones de rebaño, movidos uniformemente por los medios de comunicación, con ausencia total de la crítica, de la oposición y de las diferencias.

Más a pesar de todas las evidencias del fracaso, o quizás gracias a ellas, persisten los defensores a ultranza del sistema democrático.  Incluso aquellos despistados o malintencionados de la llamada “izquierda”, que no cesan en la cantinela de que “la democracia es la menos mala de las formas de gobierno conocidas”, que insisten en darle validez y proyección a esta criminal mascarada…