Aviso

El Nevado del Ruiz forma parte del Parque Nacional Natural Los Nevados, con volcanes o elevaciones cubiertas por glaciares en descenso desde 1985 por el calentamiento global. 

 

Autoridades alertan a comunidades aledañas al volcán a estar atentas a los avisos oficiales y a mantener la calma.

El Servicio Geológico de Colombia precisó este sábado que, pese a la disminución de su sismicidad en relación con semanas anteriores, sigue latente la amenaza de erupción del volcán Nevado del Ruiz (220 kilómetros al occidente de la capital Bogotá).

La entidad aseveró la existencia de varios indicadores que demuestran que la actividad volcánica sigue muy inestable y no descarta que el volcán pueda hacer erupción en días o semanas.

Al respecto, los especialistas se basaron en parámetros como la detección satelital de anomalías térmicas importantes en el fondo del cráter, la salida recurrente de ceniza y la persistencia de una leve deformación del terreno, así como las variaciones y disminución en la salida de dióxido de azufre.

“Además, en ocasiones anteriores, después de presentar cambios importantes en su actividad, el volcán Nevado del Ruiz ha mostrado una aparente calma antes de hacer una erupción importante, así que debemos seguir preparándonos”, alertó el Servicio Geológico colombiano.

En consecuencia, la entidad alertó a las comunidades aledañas a estar atentas y mantener la calma. «Ante cualquier cambio importante en la actividad del volcán Nevado del Ruiz, les avisaremos de inmediato», destacó.

 

Con una altitud de 5.321 metros sobre el nivel del mar, el Nevado del Ruiz resulta un estratovolcán compuesto por muchas capas de lava que se alternan con ceniza endurecida y otros piroclastos. Además, se considera el más septentrional de los volcanes activos del cinturón de los Andes, ubicado entre los departamentos de Tolima y Caldas.

Al menos con tres periodos eruptivos importantes, el 13 de noviembre de 1985 una pequeña erupción enterró la cabecera urbana de Armero (departamento de Tolima). En esa ocasión murieron unas 25.000 personas, en lo que se considera la segunda erupción volcánica más devastadora del siglo XX, solo superada por la erupción del Monte Pelée (isla de Martinica) en 1902.