Las reformas a la salud, pensiones y otras propuestas por el gobierno de Gustavo Petro generan hoy el apoyo de las mayorías y el rechazo de sectores extremistas en Colombia.
Este martes, decenas de miles de personas se reunieron en las principales ciudades de Colombia, incluida esta capital, para apoyar los cambios que impulsa el gobierno con la mira puesta en un país en paz y en camino al desarrollo
En la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, en un acto de socialización y pedagogía de las políticas gubernamentales, el jefe de Estado hizo un llamado al país a dar el paso hacia un pacto social, a través de las reformas a la salud, pensional y laboral que harán su trámite en el Congreso.
«¿Por qué no damos un paso hacia un pacto social de verdad? ¿Por qué no se ha leído el resultado de las elecciones que acaban de pasar? Es que el pueblo no cambió en las urnas simplemente por una moda», enfatizó.
Recalcó que el cambio que necesita el país no se puede lograr sin el pueblo y «será más y más profundo en la medida que la mayoría de la sociedad» acompañe al gobierno.
Advirtió que «no hay mucho tiempo para ese pacto» y explicó que se trata de «un pacto que permita ver otra época, un pacto que permita que este país encuentre algo que es natural en muchos pueblos del mundo: la democracia y la paz».
Las movilizaciones en apoyo a la iniciativa transcurrieron de manera pacífica en todas las ciudades colombianas donde tuvieron lugar.
En cambio, este miércoles la oposición convocó a marchas contra el gobierno y sus propuestas de reformas y en diversas ciudades mostraron signos de violencia, incluso contra periodistas.
Expresiones racistas, xenófobas y difamatorias como ocurrió contra los maestros del Cauca en la capitalina Plaza de Bolívar, golpes y destrucción de símbolos fueron algunas de las características de la movilización de los sectores derechistas.
«Muy simbólica nuestra oposición. ¿Qué daño les hace el arte y la paz?», expresó Petro al referirse a las acciones de los extremistas que en Medellín derribaron una réplica de la escultura de la Paloma de la Paz del destacado artista Fernando Botero.
«Destruir la Paloma de la Paz es devolvernos a los años de guerra y dolor. El valor simbólico por parte de la oposición en Medellín, puede ser mucho más grande que el de su consecuencia real», manifestó por su parte Álvaro Narváez, secretario de Cultura de la alcaldía de Medellín
Subrayó que esa obra representa la memoria de 23 víctimas, y una cicatriz que aún no cierra.
El gobierno de Petro, el primero de izquierda en Colombia, impulsa un conjunto de proyectos de ley para lograr un cambio en el país que permitan cerrar las brechas entre las élites adineradas y los sectores más desposeídos históricamente.
La reforma al sistema de Salud, mediante la cual el gobierno busca que ese servicio sea un derecho y no una mercancía es una de las que más aviva las históricas contradicciones de clase.
El proyecto de ley denominado El Cambio hacia una Salud para la vida consta de 152 artículos y se rige por el principio de universalidad.
«Vamos a transformar el sistema para cubrir todo el territorio nacional, sin excepciones, e incluir a todos los ciudadanos sin necesidad de tener un carnet de afiliación», explicó el jefe de Estado el pasado lunes.
La reforma, considerada una de las más importantes propuestas por el gobierno de Petro enmarcada en su política de Paz Total, subraya que la salud es un derecho y no debe ser un privilegio o un negocio.