Desde el 18 de enero arrancó la Caravana Humanitaria, la cual durante tres días dialogó con las comunidades de varias poblaciones de la zona rural de Buenaventura y en las cuencas de los ríos Calima y San Juan, en los departamentos del Valle y Chocó. Dos delegaciones de 80 personas conversaron con las comunidades negras e indígenas, las cuales denuncian la crisis humanitaria que viven por cuenta del conflicto armado y social en la región. De otro lado, militares armados del Ejército Colombiano hicieron presencia donde estuvo la caravana, a la cual hostigaron, a pesar de los acuerdos de que no habría fuerza pública. Los caravanistas también denunciaron la presencia de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
Juan Carlos Cuéllar, gestor de paz del ELN, dijo: “Bienvenida la participación del pueblo Wounaan al proceso de paz con el ELN. Para nosotros es fundamental la participación de las comunidades. Sin participación no puede haber proceso de paz”. Dichas declaraciones fueron realizadas, puesto que este pueblo indígena solicitó participar en el proceso de paz, como lo expreso el líder indígena Víctor Carpio, del resguardo indígena Unión Balsalito: “Queremos directamente con nosotros, los Wounaan, exigimos eso de manera respetuosa. ¿Cuándo nos tienen una respuesta, desde el gobierno nacional, sobre la participación Wounaan en la mesa de diálogos?».
Dayana Domicó, y quien es una de las delegadas del Gobierno Nacional en la mesa con el ELN, confirmó que todas las propuestas serán llevadas al segundo ciclo de diálogos que será realizado en México, el próximo 13 de febrero, cuando retomaran las negociaciones. Allí, los temas principales serán la participación de la sociedad en la construcción de la paz y el cese bilateral.
Las comunidades presentaron propuestas
Una de las primeras conclusiones de quienes participan en la Caravana es que el Bajo Calima y el Medio San Juan requieren la atención urgente de las instituciones y la sociedad colombiana debido a la grave crisis humanitaria que existe. El conflicto armado y el crónico abandono estatal van de la mano y han generado violencia y pobreza extrema contra las comunidades negras e indígenas.
Patricia Mosquera, quien junto a otras mujeres hace ungüentos y se encuentran organizadas en procesos de protección del medio ambiente y formación para las jóvenes y jóvenes, explica: “… Hemos estado resistiendo. Hemos sido desplazadas, estamos en un confinamiento, pero con la esperanza de que algún día vamos a poder lograr esa anhelada paz que tanto queremos y deseamos”.
El profesor Elver Posso Bonilla, rector del colegio San Pedro Claver en Cabeceras del bajo San Juan, dijo: “Gracias a la Caravana Humanitaria que ha llegado hasta nosotros. Nos ha dejado una gran expectativa, una esperanza y la confianza de que en este gobierno, esta parte del mundo, se pueda visibilizar”. El maestro expresó que una de las propuestas que las comunidades hacen es la construcción de una universidad que beneficie a la región.
Las comunidades narraron a las comisiones de la caravana varios testimonios sobre las dificultades que han tenido que enfrentar. Indígenas y afro de los municipios de Buenaventura, Litoral del San Juan y Medio San Juan han tenido que huir de su tierra hasta 4 veces, perdiéndolo. Otras han pasado meses y hasta años confinados en sus caseríos, sin poder salir al campo a trabajar, o pescar y mover víveres por el río.
Heriberto Valencia Chocue, Consejero Mayor de Derechos Humanos de la Organización Regional Indígena del Valle del Cauca (ORIVAC) expresó su preocupación sobre las garantías después de la Caravana Humanitaria: “¿Qué garantías vemos nosotros como pueblo Wounaan a partir de este momento? ¿Cuál va a ser el seguimiento que va a tener esta comisión en cabeza del gobierno, del ELN y de los garantes? Quedamos preocupados porque se van ustedes y después llegan los que no son amigos de la paz a tomar represalias. Tenemos que estar preparados compañeros indígenas Wounaan porque no sabemos que pueda seguir o que pueda pasar, porque los que no son amigos de la paz están al acecho”.
Militares y paramilitares hostigaron a la Caravana Humanitaria y a las comunidades
Uno de los hechos graves ocurridos es que el pasado viernes, minutos después de que uno de los grupos de los caravanistas llegaran al caserío de San Miguel, soldados armados atravesaron el caserío, pese a que se había acordado con antelación, que no habría presencia de la fuerza pública cerca al lugar donde se desarrollaban las actividades.
Un desacato y una provocación similar ocurrió ese mismo día cuando la caravana llegó al caserío de Negria. En el lugar había mas de una docena de soldados acampando, los cuales le tomaron fotos a las lanchas y a los caravanistas mientras embarcaban para desplazarse del lugar.
Otro de los incidentes vividos ocurrió al regreso de la Caravana Humanitaria en La Colonia, en la zona rural de Buenaventura, cuando hombres armados de las AGC hostigaron a los caravanistas. Gracias a la presencia de la Guardia Indígena no pasó a mayores.
Participación de la sociedad y organismos internacionales
A lo largo de la caravana humanitaria, la delegación de paz del Gobierno Nacional, la gestoría de paz del ELN, organizaciones sociales y de derechos humanos, representantes de la sociedad civil, la iglesia, la Defensoría del Pueblo, periodistas y medios de comunicación alternativos, entre otros participantes que recorrieron los albergues de las poblaciones desplazadas en Dagua y Buenaventura, y escucharon a las comunidades del consejo comunitario de Bajo Calima, en Zona Rural de Buenaventura, así como a las de Pángala, Copomá, Panamacito, Palestina y Docordó, en los municipios de Litoral del San Juan, Istmina y Medio San Juan, en Chocó.
La Caravana Humanitaria también contó con la participación de representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como representantes de las embajadas de Suecia y Noruega entre otros organismos internacionales.
Esta no es la primera Caravana Humanitaria realizada en la región; sin embargo, y como reconoció el Defensor del Pueblo Municipal del litoral del San Juan, Cleider Andrés Palacios: “A diferencias de otras caravanas, es la primera vez que implico la venida de funcionarios del gobierno nacional autorizados para interlocutar con la comunidad”. También dijo el representante de la defensoría que espera que con el proceso de paz se pueda llegar a un punto de acuerdo en el que se silencien los fusiles y que ese sea el comienzo de la construcción de una nueva Colombia que pueda garantizar derechos básicos a su población.
Sin embargo, aunque hubo presencia de los delegados de paz del Gobierno Nacional faltaron representantes de otras entidades como ministerios e instituciones estatales, a pesar de que habían sido invitados.
La Caravana Humanitaria señaló que esté, es un ejercicio participativo y de recolección de información que permitirá la planificación e implementación acuerdos sobre alivios humanitarios acordados en la mesa de conversaciones de paz entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).