Aviso

 

Las denuncias de interceptaciones ilegales y monitoreo secreto de periodistas nacionales y extranjeros, incluso estadounidenses, junto a defensores de derechos humanos, han amplificado el escándalo más sensible que podía afectar al Ejército colombiano y salpicar al gobierno del ultraderechista Iván Duque, inmerso en otro escándalo de malversación de fondos públicos.

Y peor aún, podría cortar el chorro de millones y millones de dólares con los que Estados Unidos viene sosteniendo a los gobiernos ultraderechistas colombianos. Las denuncias de interceptaciones ilegales y monitoreo secreto de periodistas y defensores de derechos humanos serán seriamente examinadas al momento de determinar la asistencia militar de Estados Unidos a Colombia, dijo influyente el senador estadounidense Patrick Leahy.

 

Semana Noticias conoció un contrato a través del cual se pagaron más de $3.350 millones a una agencia para poner en marcha una estrategia de posicionamiento, en redes, del presidente Iván Duque.

Bajo la figura de prestación de servicios y en medio de la pandemia por la que atraviesa el país por el coronavirus, la Presidencia de la República suscribió un contrato, por medio del Fondo Paz, con la empresa Du Brands SAS por un valor de $3.350 millones, que tiene como objetivo el posicionamiento del presidente y de la Presidencia en redes sociales. 

Fondo Paz es un mecanismo del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre) cuyo fin es impulsar y materializar los programas para la paz. Este fondo fue creado en 1997 (Ley 368) y su tarea esencial es la «financiación de programas de paz encaminadas a fomentar la reincorporación a la vida civil de los grupos alzados en armas».

 El senador del Polo, Wilson Arias, volvió a denunciar los millonarios contratos que adelanta el Estado para fortalecer el Esmad en medio de la emergencia por la COVID-19. Ya lo había advertido cuando se compraron 5 tanquetas por $ 8.000 millones. Ahora, Arias señaló en su cuenta de Twitter que el pasado 20 de abril la Policía suscribió un contrato por $9.500 millones para la adquisición de 81.000 gases lacrimógenos, 13.000 cartuchos calibre 12, 23.775 esferas marcadoras, 11.000 granadas de aturdimiento y 5.000 multi impacto.

 

La crisis que vivimos ha traído a colación diferentes conceptos e interpretaciones, que pretenden explicar el porqué de los acontecimientos actuales. Ante la inminente saturación de información, resultado de la gran cantidad de fuentes que brindan su punto de vista, llegó a mí un concepto que había leído hace ya varios años y al cual no había dedicado tiempo, debido al tinte conspirativo que encontraba en él. Sin embargo, sumido en la crisis actual, y sobre todo observando la paupérrima situación de las clases populares, este concepto ha cobrado todo su sentido en mí.

Llamado “La doctrina del Shock”, este concepto fue acuñado por la periodista Naomi Klein en su libro “La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre”.

 

Ofrecemos esta entrevista del comandante Pablo Beltrán, integrante del Comando Central del Ejército de Liberación Nacional ELN, y jefe de su Delegación de paz.

El ELN, se alzó en armas en 1964. Desde 1989  ha adelantado  Conversaciones de paz con 5 gobiernos. El gobierno de Juan Manuel Santos y  el ELN avanzaron en una Agenda para poner fin al conflicto. La última ronda de  negociaciones la realizaron en la Habana Cuba, donde actualmente  la Delegación de Diálogos del ELN continúa trabajando por la solución política del  conflicto armado de Colombia.

El gobierno de Iván Duque Márquez, desde su posesión en agosto de 2018, desconoció la Agenda de Conversaciones, incluidos los protocolos de seguridad y retorno del ELN a Colombia;  y desde enero de 2019 rompió  los diálogos con el ELN.