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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y su homóloga de Brasil, Dilma Rousseff.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, advirtió contra los pasos de la derecha latinoamericana para desconocer la soberanía de los pueblos de la región.

“La derecha del continente desconoce la Soberanía Popular ¿qué pretenden desaparecernos? Alerta, alerta que Camina…”, escribió el domingo Maduro en su cuenta en la red social Twitter.

 

 

La derecha del continente desconoce la Soberanía Popular ¿que pretenden desaparecernos? Alerta,alerta que Camina...

El mandatario bolivariano lanzó esta advertencia poco después de que se conociera la decisión de la Cámara Baja de Brasil contra su homóloga brasileña, Dilma Rousseff.

 

De acuerdo con los resultados oficiales, 367 diputados  —el 71,53 por ciento del foro— votó favor de iniciar un impeachment contra la mandataria, y por tanto el proceso sigue adelante. Ahora el Senado de Brasil deberá organizar una comisión y decidir en los próximos 10 días si finalmente aprueba o no el juicio que intenta destituir a la mandataria.

 

Funcionarios involucrados en casos de corrupción, como el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, arremeten contra la jefa de Estado brasileña por supuestamente haber permitido maniobras contables  para maquillar los resultados del Gobierno en 2014 y 2015, modificar presupuestos mediante decretos y acumular deudas y contratar créditos con la banca pública.

En redes sociales movimientos políticos y populares del mundo expresan solidaridad con la etiqueta

 

 

 

 

 

El mandatario venezolano retuiteó mensajes de solidaridad con Rousseff y afirmó que la presidenta brasileña y su predecesor Luiz Inácio Lula da Silva "enfrentan un golpe de Estado". De hecho, considera que los gobiernos progresistas, como el suyo, son parte de una ofensiva estadounidense.

 

En América Latina se han aplicado en los últimos años mecanismos institucionales para destituir a presidentes mediante la acción del Parlamento, tal fue el caso delentonces mandatario hondureño, Manuel Zelaya en 2009, mientras que en 2012 corrió la misma suerte el jefe de Estado paraguayo, Fernando Lugo

 

La votación a la moción de censura contra Rouusseff llevó a decenas de miles de personas a las calles. Se temían brotes de violencia, por lo que la Policía instaló un muro de casi un kilómetro de largo y dos metros de alto frente al Congreso para separar a los partidarios y detractores de la presidenta, pero la sesión terminó casi sin incidentes y los pocos que hubo no llegaron a mayores.