A pesar de que hay sequías extremas, grandes inundaciones y un aumento constante del nivel del mar por el derretimiento de los hielos en los polos, el debate sobre la existencia del cambio climático no está saldado.

El Banco Interamericano de Desarrollo y Latinobarómetro realizaron un estudio para saber si los ciclones tropicales, las oleadas de calor y otros desastres naturales son percibidos como consecuencia del cambio climático o, por el contrario, como fenómenos que siempre estuvieron presentes en la naturaleza pero a veces azotan con mayor frecuencia.

“La conciencia social ambiental emerge como un capital fundamental para organizar esfuerzos de mitigación y adaptación al cambio climático, dando lugar a una gobernanza ambiental en la región”, se lee en el informe.

Los datos revelan que sólo el 32% de la población de la región piensa que no existe el cambio climático, mientras 62% piensa que sí. Los países que más rechazan la existencia del cambio climático son los países de Centroamérica y Ecuador, donde el 55% dice que no existe el fenómeno.

En el Cono Sur la situación es la opuesta; es la región que más acepta la existencia de este fenómeno, siendo Uruguay el país donde hay menos ciudadanos que dicen que no creen en el cambio climático (11%).

Más allá de la creencia si existe o no, está la percepción de quién es el responsable. El informe se señala que “curiosamente” incluso los que niegan la existencia del fenómeno, identifican quién es responsable.

El 83% de los latinoamericanos dicen que los humanos son los responsables. “El sentido de culpa inunda el imaginario colectivo de la región, de que somos nosotros los que hemos infringido este mal”, cita el informe.

A su vez, 69% de los habitantes de América Latina opinan que es un “problema urgente” que hay que enfrentar de inmediato. Es más, el 71% considera que hay que darle prioridad a la lucha contra el cambio climático, sin importar sus consecuencias negativas en el crecimiento económico.

No obstante, se aclara que “como la población no se siente la beneficiaria del crecimiento económico, el costo de esta posición no es tan grande, en su percepción. En otras palabras, no se trata realmente de asumir una pérdida conocida, sino más bien un posible beneficio incierto como fruto del desarrollo económico”.

El informe concluye que la posición medioambiental de cada país está determinada por la experiencia de lo que le ha pasado en su entorno inmediato con el agua, el aire, el mar, la flora y la fauna.

Sputnik / La Radio Del Sur