INVITAMOS A ORGANIZACIONES AMBIENTALES Y
CIUDADANOS INTERESADOS EN TRABAJAR POR LA
PROTECCIÓN DE LA RESERVA FORESTAL DEL NORTE
"Thomas van der Hammen".
Nos vemos este sábado 12 de marzo a las 8:00 am en el Auditorio
Central de la Universidad el Bosque (Av. Carrera 9 # 131A - 02)...
hay parqueadero para bicicletas.
EVENTO FACEBOOK: https://www.facebook.com/events/878123165650838/
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RESERVA Forestal THOMAS VAN DER HAMMEN
ALGO DE HISTORIA PARA SABER DE QUE ESTAMOS HABLANDO
La planeación –como política pública- es una conquista de la humanidad próxima a cumplir un siglo. En la segunda década del siglo XX la desaparecida Unión Soviética adoptó el primer Plan (Plan Quinquenal 1918-1923) de carácter obligatorio para garantizar que los derechos de los ciudadanos a la alimentación, al vestido, a la vivienda, a la salud, a la educación y otros servicios públicos básicos, tuvieran prioridad en la inversión oficial, siempre predicada -pero igual incumplida- antes que cualquier otra consideración. Este hecho copó parte del debate de fondo en Europa sobre las diferencias entre capitalismo y socialismo, esto es, entre producción caótica de bienes y servicios o intervención pública para primero garantizar los derechos de las mayorías. Posteriormente, los Estados Unidos (USA) para enfrentar la llamada crisis de los años 30s (1929-1932) adoptó el “New Deal”, que fue un Plan para garantizar ingresos básicos a crecientes franjas poblacionales en la miseria.
Fue una especie de occidentalización de la Planeación, sinónimo de “comunismo”, por haberse aplicando –hasta entonces- por la Revolución Bolchevique dirigida por Lenin en Rusia, arrasada por la 1ª Guerra Mundial y el despotismo del Zar Nicolás.
Al finalizar la 2ª Guerra Mundial (1939-1945) adquirió la estatura merecida al adoptarse el “Plan Marshall” para la reconstrucción de Europa; desde entonces ningún país del llamado “occidente” –incluido Colombia- duda de la bondad de la Planeación, ni de los Planes como mandato para los Gobiernos Nacionales, Departamentales y Locales.
Con lo que no se contaba era con la viveza típica de políticos corruptos y en la administración pública, de simular la planeación y los proyectos concretos como respuesta a los problemas básicos, para continuar favoreciendo en cada escala sus intereses individuales y de pequeños grupos, pero a nombre de las naciones, como lo prueba la exhibición de las conocidas y vergonzosas cifras de la misma corrupción (billonarias en salud y educación, desfalcos en vías, otras obras físicas) y en consecuencia las cifras de desnutrición (hambre), pobreza (ingresos insuficientes) y miseria de los pueblos.
EN COLOMBIA Y BOGOTA
La terrible situación de las mayorías en Colombia y de la Bogotá popular actual (70% en pobreza relativa, 13% en la miseria) es ilustrativa, pese a que desde mediados del siglo pasado se adoptó la Planeación como mandato de Ley y desde la Constitución de 1991 tiene -con la Participación- rango constitucional y que el Estado –se supone- es la garantía para que los desequilibrios “naturales” entre la sociedad se inclinen en favor de los más vulnerables. Todos sabemos que sucede exactamente lo contrario.
Hay abuso privado y permanente con lo público, desvergonzada danza de los millones para los avivatos y desconsideración con el drama de las mayorías. De frente una corruptela que las mismas entidades de control calculan en 8 billones de pesos anuales, antes de REFICAR y de ISAGEN, esos atracos vergonzosos al patrimonio de todos. Que no es algo nuevo, sino lo actual de los conocidos Coomevas y Saludcoops, Foncolpuertos, Metros, Dragacoles y Guavios del pasado.
Mayor simulación no hay, de hecho el Departamento Nacional de Planeacion DNP es un super-Ministerio desde el llamado Frente Nacional cincuenta (50) años atrás.
Desde entonces no hay Ministerio que no tenga su respectiva y flamante Jefatura de Planeación, en el Congreso Nacional los llamados “Representantes” pugnan por pertenecer a la Comisión del Plan, que nunca ha funcionado. El Gobierno Nacional, Departamentales y Municipales cuentan con sus Planes de Desarrollo como mandato constitucional y de ley, pero no hay soluciones para las gentes del común en los campos y ciudades.
En obediencia a la actual Constitución Nacional (Título XII, Capítulo 2, Artículos 339 a 344) la Ley 152 de 1994 ordena la Planeación y su aplicación en Bogotá (Acuerdos 12 de 1994 y 13 de 2000) se extienden en considerandos y resoluciones que cualquier desprevenido se preguntaría porqué Colombia y la capital no es un paraíso de gentes satisfechas. Hay principios como la autonomía, la coordinación, la prioridad del gasto público social, la continuidad, la participación -claro-, la sustentabilidad ambiental, la concurrencia, la complementariedad, la consistencia y demás entre los presupuestos en todas las escalas. Más democracia imposible -en los enunciados- porque -en la práctica- es una dictadura de corruptos.
La historia de cómo y para quien se “planea” es no creíble pero cierta. Pasa por las Comisiones de Ejidos en todos los Municipios y Provincias de Colombia y en la Bogotá de los corruptos igual. En la llamada Beneficencia de Cundinamarca es ilustrativo el ejemplo desmesurado de la Hacienda El Salitre que vincula apellidos como Mazuera y Barco, quienes usando y abusando de la información pública consumaron sus crímenes contra la ciudad pero aparecen como prohombres de la historia. No es sino extender las líneas de poblamiento, comprar barato y/o apropiarse de las tierras que ingresan al perímetro urbano y hacer “su agosto”, en este caso sus Modelias, Mazurenes, Milentas, Madelenas y demás eMes de Mazuera.
Lo del Hospital Universitario San Juan de Dios “no tiene nombre”. José Joaquín Vargas dona la Hacienda de El Salitre en 1922 “para que de sus explotaciones se mantengan los hospicios y asilos
para los menesterosos de la ciudad”. Hoy esa Hacienda va de la calle 24 a la calle 68 y de unas cuadras arriba de la hoy Carrera 30 a la Avenida Boyacá (Cra. 72). Hoy ahí queda “todo”, no solo la Universidad Nacional, el CAN, la Gobernación de Cundinamarca, los Clubes Militares y de la Policía, sino la Embajada de los USA, los grandes medios (con hasta dos o más edificaciones) como El Tiempo, El Espectador, La Republica, El Siglo, las Cámaras de Infraestructura y de Comercio, las sedes bancarias, Comfenalco y etc, etc, además de las dichas Urbanizaciones con M, El Salitre y mucho más. Mientras su legítimo dueño el Hospital de San Juan de Todos es un moribundo recibiendo respiración boca a boca. Y anuncia el nuevo Secretario de Salud que van a construir otros Hospitales donde hoy está el San Juan. No solo eso, Peñalosa ya anunció que el Proyecto CAN-Ministerios también va, lo cual significa apropiarse el mismo CAN, una porción de la Universidad Nacional (el Edifico Uriel Gutiérrez de la Rectoría incluido) y 23 hectáreas del Parque Simón Bolívar, además del despojo de propiedades y comercios en la vecindad de la Casa de Nariño, desde la calle 3 a la 11 y entre cras. 8ª a 10ª.
Otro buen ejemplo también lo constituye la Avenida Longitudinal de Occidente ALO, no importa que colapsen los pocos humedales que quedan. La Dra. Carolina Barco Isakson siendo Jefe de Planeación de Bogotá usó la información privilegiada de su cargo para favorecerse con la compra de terrenos que ingresaron al perímetro urbano, como su abuelo y padre en Norte de Santander. Después fue Embajadora en Washington y luego si Canciller de la República. Eso es hacer las cosas en orden. Porque “la planeación” da para todo.
El Consejo Nacional de Planeación CNP, los Consejo Territoriales –CTPs- en los Municipios y los Consejos de Planeación Locales –CPLs- han sido organismos de fachada, ni decir de sus Comisiones de Trabajo por Sectores Sociales y por Territorios. El ejemplo vivido y sufrido en la Localidad 3. Santafé en Bogotá (desde el CPL 2001-2003 y hasta el actual 2016-209) es de antología y similar en los Municipios y las Localidades del Distrito Capital.
EN BOGOTA Y SUS LOCALIDADES
Lo primero es el presupuesto para Localidades: Que se trata de máximo hasta el 20% del presupuesto del Distrito. Es mentira, es hasta el 20% pero del 20%, que son los ingresos corrientes de la ciudad. Resulta entonces máximo el 1/400 del presupuesto como promedio local. Bajo Mockus, Peñalosa y otra vez Mockus (finales de los 90s y primeros 2000) fue solo del 10% de ese 20%, la mitad del actual promedio local, ese fue el tamaño real del interés por la pobreza y la descentralización de esos Gobiernos. Con Lucho Garzón llegó al 20%/20% pero para hacer la misma parodia de una “planeación” equivalente a dilapidar cerca de un billón de pesos en veinte Fondos Locales para financiar propuestas pobres para pobres. De manera cínica aspiran –en cada nueva ocasión- a volver a ser Alcaldes Mayores y hasta Presidentes. Lo cual acaban de conseguir (2015) con la Alcaldía Mayor de Bogotá después de la papaya que le heredaron 12 años de Gobiernos de una mal llamada izquierda, por haber sido ejecutores del mismo modelo de ciudad
heredado de 40 Administraciones de derecha y dejar al completo desnudo la ausencia de una real propuesta alternativa.
Con el última Administración, de Gustavo Petro, la verdad es que hubo el agitar de algunas de las banderas alternativas –sobre medio ambiente, mínimo vital de agua, basura cero, defensa de lo público y otras- pero el solo agitar de las banderas no produce resultados transformadores.
Lo segundo, es la parodia de los Encuentros Ciudadanos y el jueguito del “teléfono roto” en que estamos inmersos aún: Una cosa dice el ciudadano, ejemplo, “tenemos necesidad de ingresos básicos”, otro lo que traducen los Alcaldes Locales, otro lo que acuerda con cada entidad distrital, otro lo que éstas sacan como términos de referencia para que unas ONG´s concursen por los recursos y otro lo que la ONG ganadora resulta haciendo en la práctica. Así, no es de extrañar que quienes dicen que tienen hambre reciban talleres sobre nutrición, ni los que abogan por ingresos y pidieron apoyo para organizarse en empresas comunitarias reciban conferencias sobre administración de negocios, cursillos de panadería y seminarios sobre modistería y salas de belleza. Es un viejo problema de la dirigencia política y administrativa en todas las escalas: “piensan pobremente cuando piensan en los pobres”. No ven soluciones en las necesidades mismas, sino como seguir viviendo de los problemas populares, como cualquier iglesia. No se quiere oír hablar de vida digna, empresas sociales del tamaño de nuestros problemas y sueños como pueblos, ni de nueva sociedad.
La planeación sería algo muy distinto, se trataría de aprender a planear planeando, a formular los proyectos formulándolos, como se aprende a nadar nadando. Porque no se trata de hacer una repartición de una torta que –en gracia de discusión- se haga de manera equitativa y transparente. Esa repartición no es planeación, ni llenar asistencias participación.
Los proyectos, para que sean respuestas adecuadas a las necesidades, deben partir de las dimensiones y características que en cada caso tienen, son elaboraciones científicas, no un juego de intereses entre los amigos de Concejales y Ediles de las administraciones para repartirse los bocados más grandes, ni las sobras, que es lo que se hace.
El ejemplo de los Comedores de Lucho Garzón sirve, no es lo mismo darle de comer a los pobres a que –con ellos y las redes de madres comunitarias- se organicen empresas y redes de comercialización de alimentos directo con los campesinos productores y restaurantes populares propios. Además, una cosa es mitigar el hambre y otra mitigar la pobreza, que es un asunto de ingresos estables y suficientes. No sirve la disculpa de que la pobreza es un asunto estructural. ¿Qué clase de disculpa es esa? La pregunta es: ¿Cómo es que se solucionan los problemas estructurales? ¿Qué tiene que ver el conocimiento -diagnósticos- y su traducción en proyectos concretos?
Lo dicho y denunciado, lo hecho hasta ahora no es planeación, ni participación, no se parte del conocimiento serio de los problemas, ni para su solución real. Los ambientalistas -ejemplo- partimos de un orden de prioridades ambientales y sociales graves, no importa que tengamos delegados en cuanta Comisión se inventen; si no hay gestión de riesgos por deslizamientos,
inundación y hacinamiento crítico, las laderas se deslizarán en invierno, la pobreza extrema seguirá en aumento y las planchas de cemento sin vigas de amarre seguirán aplastando a la gente.
La participación no puede seguir confundiéndose con asistir a reuniones, opinar sobre decisiones ya tomadas y demás comedias democráticas. La participación debe ser –de una parte- la garantía de que nuestros derechos se respeten y -de otra parte- la capacidad de incidir en los planes y proyectos que afecten la vida cotidiana de las comunidades.
En Santa Fe hemos estado tomando decisiones históricas y se lo proponemos a La Candelaria y a Los Mártires (afectadas por similares problemas) y más allá a toda la ciudad. Vamos a hacer Planes de Vida Digna, Buen Vivir y Bienestar Social por Barrio y por Vereda, compuestos por los Proyectos que respondan cabalmente a nuestros problemas de infraestructura, mejoramiento integral de barrios y veredas, cultura, recreación, en fin. Con los presupuestos locales, que son esa miseria que hablamos (En Santa Fe menos de 20.000 millones, pero si agobiada por los cartuchos de la descomposición social y el rebusque de la ciudad, incluida la prostitución -incluso infantil-, el desmanejo de residuos y el negocio de la pobreza) vamos a consolidar los procesos que enganchen literalmente los muchos millones que necesitamos para enfrentar en clave de hábitat digno los megaproyectos multimillonarios que gravitan sobre este territorio.
El bienestar social básico está urgido de que los principios de la planeación, como la subsidiaridad y la complementariedad (entre las coberturas locales, distrital y nacional), sean el soporte cierto de las “respuestas adecuadas” (tamaño y características) a los “problemas conocidos” (sinónimo de diagnósticos integrales y base de los proyectos) y que entre ellos haya la articulación, coherencia y consistencia que los constituya en Plan. De Vida Digna bien puede ser su apellido, que es similar al Buen Vivir, del cual nos hablan desde los Andes de Bolivia.
La danza de los millones del Plan Centro podrá ser, pero no a nuestras espaldas o –peor aún- en contra de nuestros intereses como pobladores tradicionales de éste territorio. Cuatro (4) billones o más para Ciudad Salud Región, cuatro (4) billones o más para San Victorino Cielos Abiertos, cuatro (4) billones o más para cada uno de los seis Proyectos Territoriales Integrales del Decreto 492 de 2007, US$5 millones de dólares o algo más kilómetro/transmilenio que nos fractura y circunda, crecimiento desbordado de las universidades privadas a expensas de los barrios populares y tradicionales “abiertos al turismo mundial y que viva en el centro quien pueda pagar vivir en el centro” -dijo Peñalosa- mientras le hace el juego al Proyecto CAN-Ministerios que nos anuncia otras dos o tres décadas de trancones, corruptelas, despojos y especulación inmobiliaria.
Con la Administración pasada intentamos el hierro caliente de “Salud, Universidad y Territorio” sobre el caso del despojo increíble del San Juan de Tod@s, desde la misma
Universidad Nacional y los trabajadores de la Salud. Algo se hizo con el telón de fondo de –cada cual con su estilo- la indiferencia de quienes dirigen. Lo vamos a volver a proponer a los trabajadores de la salud, al movimiento estudiantil desde este territorio.
Hay tareas para todos en este 2016, Encuentros Ciudadanos YA en todas las Localidades, propongamos allí Planes de Vida Digna en cada barrio y vereda y hagamos valer esto en las elecciones de Juntas Comunales el 24 de abril de 2016 y -a mitad de año- el proceso hacia un nuevo POT que incidirá en los 12 años próximos en cada parte, que deberán armonizar sus planes municipales con el entorno ambiental que los soporta.
Los usurpadores siguen con sus planes sobre nosotr@s, sin nosotr@s. Es su habilidad y su cinismo con los recursos públicos, cabalgan holgados sobre la incapacidad de la izquierda y un progresismo que demostraron no tener propuesta alternativa, y esto valga y fue, pero que desde las bases afectadas no intentemos tener nuestros propios Planes y renovar nuestros Mandatos Populares, sería claudicar sin haber intentado la dignidad.
SI NO ES DESDE AQUÍ, DESDE DONDE.
SI NO SOMOS NOSOTR@S, QUIENES
SI NO ES AHORA, CUANDO
MANDATO POPULAR DEL CENTRO:
NINGUNA DECISION SOBRE NOSOTR@S, SIN NOSOTR@S