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Un tratado es por antonomasia un acuerdo en que las dos partes llegan a un consentimiento de mutuo beneficio. No se puede decir lo mismo del acuerdo entre estos dos personajes. Gorbachov firmó una capitulación en el sentido pleno de la palabra en el cual los beneficios fueron de amplia ventaja para el imperio del norte y completamente desfavorables  para su contrincante, y los pueblos que buscan su liberación, su autonomía, su identidad y soberanía, como veremos en este artículo.

 La unión soviética fue obligada a cambiar de sistema de gobierno, los organismo de integración socialista como el CAME (comité de ayuda mutua económica), fueron destruidos; los de defensa como el pacto de Varsovia, sufrió igual suerte; la unión soviética fue desvertebrada y los diferentes países integrantes   pasaron al campo capitalista, Rusia está actualmente rodeada por completo de bases militares situadas en los antiguos países que constituían la unión soviética y el pacto de Varsovia; la consigna era: armaos los unos, desarmaos los demás, y el proyecto a largo plazo del capitalismo es arrinconar a los Rusos hacia el polo donde no constituyan ningún peligro para occidente.
¿No es esto una traición en todo el sentido de la palabra?

¿No es esto un acto de alta traición alta patria, castigado con la pena de muerte?

Pero las consecuencias hacia afuera no pudieron ser más nefastas, veamos:

Semanas después de la caída del muro de Berlín, EEUU - sin nadie que se le interponga en sus ambiciones -, invade a Panamá el 20 de Diciembre de 1989, constituyéndose en la piedra inaugural del nuevo desorden mundial, lo cual se ha confirmado en las 3 décadas siguientes cuando la primera potencia del mundo se ha convertido en un policía mundial, que dicta el camino por donde deben caminar todos los países, un régimen criminal, inhumano, ilegitimo,   es el mundo unipolar que marcha al compas de lo que le dicta el imperio, un peligro seguro para cualquier país soberano, independiente, que busca su identidad propia, o que pretenda hacerlo.

Con el nombre de operación “causa justa”, se ordena la invasión a Panamá, que fue también la de toda América, aunque esto trata de ocultarse e invisibilizarse para bien del imperio. Con esto EEUU se estrena como el amo del mundo.

Manuel Antonio Noriega era un militar común y corriente, formado en la escuela de las Américas de EEUU (fabrica de dictadores anticomunistas), que hizo parte de la nómina de agentes secretos de la CIA, para servir al “mundo libre”, más concretamente en labores de contrainsurgencia. Por aquel entonces su jefe en la CIA era George Bush, el mismo que ordenó la invasión a Panamá ya como presidente de EEUU.

Este personaje cometió varios errores: se convierte en dictador y en el negocio de la droga, algo que poco interesa al gobierno. Pero el que sí llenó la copa algo imperdonable para el imperio fue el distanciarse de su amo y asumir posturas independientes, como el relativo al proceso de paz en centro América. Esto disgustó profundamente al gobierno del norte, quien planeó la invasión  y simultáneo derrocamiento del presidente para entronizar en su lugar un títere incondicional, cuyo nombre no vale la pena ni siquiera nombrarlo, y así asegurar al mismo tiempo el control del canal.  Otro pretexto que se adujo con todo el cinismo del caso, lo cual es tan común en la diplomacia Americana, fue “proteger la vida de los ciudadanos estadounidenses presentes en ese país, restaurar la democracia y los derechos humanos, combatir el narcotráfico y asegurar a futuro la neutralidad del canal”. Cortina de humo y pretextos para deshacerse de este personaje y tomarse el país.

Para lograr este objetivo EEUU organiza una demostración de fuerza descomunal contra un país pequeño en habitantes y territorio, fácil de dominar sin tanta arrogancia y prepotencia. Fue la mayor campaña militar llevada a cabo por este país, después de la guerra contra Vietnam. Tropas de asalto que venían de las diferentes bases militares ubicadas en el Caribe, portaban armas contundentes y experimentaron nuevos aviones, helicópteros, ametralladoras, cañones y vehículos de asalto – que luego usarían en la desmembración de los países de la península Balcánica, Afganistán, Pakistán, Irak, Libia -, fue un corto recorrido para ocupar el territorio pero  a su paso arrasaron con toda la infraestructura y lo que encontraban a su paso; su devastadora acción dejó una cifra de 7.000 muertos, la mayoría civiles que no estaban en la resistencia. Los barrios más pobres de la capital, como el Chorrillo, fue bombardeado inmisericordemente.

En la medida que caían los pocos  reductos de resistencia que enfrentaban la invasión, quedó claro que Noriega no contaba con el respaldo popular, y en los últimos momentos pidió asilo en la sede del Nuncio Apostólico. El Vaticano, precedido por el papa Juan pablo II, un archianticomunista de tiempo completo, no le concedió el asilo, y como muestra del “sentido humanitario del papa”, lo entrega a las tropas invasoras en los primeros días de Enero de 1990. Noruega, era un tipo pusilánime, miedoso, fanfarrón, sin carácter, cobarde, no enfrentó a los invasores hasta las últimas consecuencias, ni tampoco tuvo la valentía de suicidarse como lo hizo Salvador Allende. El botín cayó en manos del invasor como manzana madura, aunque el costo humano, la destrucción de barrios enteros, fue alta.

Noruega es trasladado a EEUU donde es juzgado como narcotraficante, condenó a su antiguo socio de la CIA, en un juicio secreto, para que nadie escuchara las denuncias de Noruega sobre sus vínculos con esta entidad criminal y sus acciones no santas que hacía en nombre de su amo. Es condenado a 40 años de cárcel, pero a los 20 lo sueltas para entregarlos a Francia; cuando allí se dan cuenta de su precario estado de salud, y tener varias enfermedades terminales lo envían a su país donde muere el 29 de Mayo del 2017.

Así paga el diablo a quien mejor le sirve.

Este pequeño artículo es suficiente para mostrar al mundo el tremendo mal que hizo Gorbachov al dejarle a EEUU el camino libre y pavimentado para que se convierta en el amo del mundo en busca de sus fines egoístas y mezquinos. Con esta invasión se violó fragante mente los principios universales escritos en la carta de la ONU de soberanía, autonomía, independencia no intervención en los asuntos internos de los demás países, la independencia, firmados por el país del norte. Pero si se mostró bien a las claras quien es el líder del nuevo mundo unipolar, consecuencia directa de este tratado e inaugurado con esta masacre.
Es verdad con este tratado se destruyeron algunos arsenales de armas, prohibida la construcción de otras, pero EEUU, que siempre se sale con las suyas, creó nuevas armas de mayor alcance, precisión y destrucción, con lo cual el acuerdo fue reducido a la mínima expresión.

En estas circunstancias, la reunión convocada para reducir las tensiones de una posible guerra de destrucción masiva, están más presentes que nunca.

Esta “derrota” temporal del socialismo oxigenó y reanimó a los movimientos de derecha y extrema derecha, y así vemos como el Nazismo que habíamos considerado, sepultado y un capitulo en la historia, ha tomado fuerza considerable en Europa, pisando fuerte, sobre todo en Alemania.