El homicidio de ocho personas, cuya autoría es atribuida a la banda paramilitar Los Rastrojos, hecho ocurrido el pasado sábado en la vereda Totumito, de Tibú, Norte de Santander, Colombia, ha generado el desplazamiento masivo en la zona rural del norte de Cúcuta, ciudad fronteriza con Venezuela.

Tras lo que ya es considerada en el vecino país como la masacre de Tibú, cerca de 450 personas, entre ellas 23 adultos mayores, 132 niños (cinco en condiciones de discapacidad) y varias de decenas de migrantes venezolanos, decidieron, por temor a perder la vida, abandonar sus viviendas y refugiarse en la escuela Rafael García Herreros, en el casco urbano del corregimiento Banco de Arena, reseñó el diario colombiano El Tiempo.

Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar, organización dedicada a la defensa de derechos humanos en Norte de Santander, expresó que aunque los pobladores temen perder sus pertenencias y el patrimonio familiar, decidieron marcharse de la zona de violencia.

Los Rastrojos operan en la frontera entre Colombia y Venezuela, por el departamento de Norte de Santander y el estado Táchira, y son señalados de tener vínculos con el diputado de Voluntad Popular Juan Guaidó, a raíz de unas fotografías que se difundieron al público en las que aparecen el político criollo con miembros del grupo paramilitar colombiano.