Un extenso reportaje del diario neoyorquino pone en entredicho el proceso contra Hernán Giraldo, el exjefe paramilitar obsesionado con las niñas vírgenes, quien es tratado "como una persona sin antecedentes penales" en Estados Unidos.
Cuando en el país se debate qué rumbo tendrán los acuerdos de paz con las FARC luego de la refrendación el próximo 2 de octubre, uno de los diarios más importantes de Estados Unidos critica el proceso al que se sometieron los paramilitares durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe hace nueve años.
En el artículo publicado en The New York Times, Deborah Sontag cuestiona los beneficios que vienen recibiendo los jefes paramilitares que fueron extraditados a los Estados Unidos. Aunque la historia recoge 40 casos, se centra en el proceso judicial que lleva Hernán Giraldo Serna, apodado el ‘Patrón‘, uno de los fundadores del Frente Resistencia Tayrona en Santa Marta.
Tras la desmovilización de los grupos paramilitares y durante el proceso de Justicia y Paz, el país conoció los vejámenes y las aberrantes prácticas de violencia sexual desarrolladas durante años por esos grupos. Casos como el de Giraldo, que violó centenares de niñas vírgenes menores de 15 años, fueron conocidos por la justicia y la opinión pública.
Sin embargo, como detalla el diario neoyorkino, en la estrategia que se impuso durante el gobierno del expresidente se privilegió la lucha contra la drogas y no la oportunidad de resolver los "crímenes contra la humanidad" que habían cometidos los desmovilizados.
"Los hombres extraditados con Giraldo han recibido un tratamiento relativamente indulgente para ser narcotraficantes importantes que, además, han sido acusados de terrorismo por cometer masacres, desapariciones forzadas y desplazar a pueblos enteros", detalla el reportaje.
En todo el proceso que llevan los exjefes paras en los Estados Unidos sólo se les ha judicializado por narcotráfico y no por los crímenes que cometieron en el país. De ahí que el texto exalte la vocería que asumirá en las próximas semanas la hija del miembro del M-19 Julio Henríquez, Bela Henríquez Chacín, ante un tribunal en Washington.
Por primera vez, una víctima de los paramilitares será escuchada por las autoridades estadounidenses. Aunque se desconoce los efectos que pueda tener el testimonio sobre la sentencia, la situación para el diario pone en evidencia "silencio e impunidad" que han reinado para los exjefes paras extraditados.
"La mayoría, según hemos descubierto, fueron premiados generosamente por declararse culpables y cooperar con las autoridades de Estados Unidos. Fueron tratados como personas sin antecedentes penales pese a sus extensas carreras criminales en Colombia, y se les descontó tiempo en prisión por el tiempo pasado en cárceles colombianas —aunque el argumento oficial para extraditarlos es que cometían delitos desde el interior de esos penales", se lee en el artículo
Para Sontag, el Departamento de Justicia de Estados Unidos "llevó los casos de los extraditados en secreto, no sólo impidiendo el acceso a documentación básica para comprenderlos, sino ocultando información e incluso borrando a acusados como Giraldo de los sumarios".
Según describe, la mayoría de desmovilizados fueron "premiados generosamente por declararse culpables y cooperar con las autoridades de Estados Unidos. Fueron tratados como personas sin antecedentes penales pese a sus extensas carreras criminales en Colombia, y se les descontó tiempo en prisión por el tiempo pasado en cárceles colombianas —aunque el argumento oficial para extraditarlos es que cometían delitos desde el interior de esos penales".
Justicia interrumpida: Paramilitares en Colombia, presos privilegiados en Estados Unidos, como se titula el artículo, pone en tela de juicio no sólo el proceso que llevan actualmente sino también la celeridad con la que se llevó la extradición.
"Lo subieron a un avión de Estados Unidos junto a una buena representación de los paramilitares colombianos. Volaron rodeados de un silencio aplastante, enfadados porque el presidente de la mano dura, con quien “compartían ideología” en palabras de Giraldo, había roto su promesa de no extraditarlos".
Incluso, en la mente de varios exjefes ‘paras‘ no está regresar al país, y varios de ellos ya estarían pensando tramitar su permiso de residencia en el país del norte. "Aunque las autoridades colombianas tienen acusaciones formales contra ellos, dos ya tienen autorización para quedarse en Estados Unidos junto con sus familias. Tres más han pedido el mismo beneficio y se supone que varios más lo harán".
The New York Times vuelve a los cabos sueltos. El artículo de Deborah Sontag revive la polémica de las deudas pendientes de los paramilitares extraditados con las víctimas del conflicto y con la verdad, con lo que de paso le pone sal a la herida del expresidente Álvaro Uribe, que viene esgrimiendo el argumento de la impunidad como uno los puntos a valorar para votar No en el plebiscito.