El Ministro de Salud ruso, Mijaíl Murashko, y el director del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, Alexánder Guíntsburg, participaron este miércoles en una rueda de prensa en la que detallaron cuánto tiempo se necesitó para elaborar la vacuna contra el coronavirus —que fue registrada el día anterior y se convirtió en la primera en el mundo—, por qué la evalúan como segura y en qué volumen se producirá; además, respondieron a las críticas al fármaco que llegaron desde algunos países.
Sputnik V pertenece al grupo de las vacunas vectoriales. Esto significa que se basa en un virus portador que transmite una información genética del virus contra el cual debe proteger la vacuna, lo que provoca una respuesta inmune. Antes de iniciar el desarrollo de la vacuna contra el nuevo coronavirus, el Centro Gamaleya ya usó el mismo mecanismo para su trabajo en los medicamentos contra el ébola o el MERS-CoV.
Los especialistas probaron la vacuna en varios animales, entre ellos dos especies de monos, y luego realizaron ensayos clínicos. Durante todo el período de investigación, monitorearon todos los indicadores esenciales, como la generación de anticuerpos y reacción del sistema inmunitario.
Creada en 5 meses
Guíntsburg señaló que el Centro Gamaleya creó el medicamento en unos 5 meses. En ese contexto, subrayó que la tecnología utilizada para el desarrollo de la vacuna "no es única" e investigadores en otros países también la usan. "La tecnología justifica plenamente, creo, las esperanzas que se depositaron en ella. Actualmente, como saben, la tecnología no es única, en el sentido de que la usan en el Reino Unido, China y en otros países", afirmó, agregando que la variante que usan los científicos rusos "es más perfecta, desde nuestro punto de vista y desde el punto de vista de la comunidad internacional de expertos [del nivel] más alto". Dijo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue informada sobre la tecnología, que fue probada ya en publicaciones, discusiones y "desafíos de la vida", mientras que los medicamentos, que fueron creados con su uso, sirvieron de protección contra el ébola en África.
Según el funcionario, la plataforma, usada en el trabajo sobre Sputnik V, sirvió también de base no solo para la vacuna contra el ébola y sus tres variantes, ya registradas en Rusia, sino para la vacuna contra el MERS-CoV (la segunda etapa de sus pruebas clínicas ya concluyó) y aproximadamente otros 4 fármacos que están siendo desarrollados y cuyos ensayos clínicos ya se iniciaron. En ese contexto, Guíntsburg precisó que "más de 3.500 voluntarios recibieron esta vacuna, hecha en la misma plataforma".
En cuanto a los resultados de las pruebas del fármaco, Guíntsburg afirmó que serán publicados en una revista rusa o extranjera tras una evaluación por la comunidad de profesionales. Opinó que esto puede ocurrir en dos semanas.
Producción
El ministro de Salud ruso anunció que el primer lote de la vacuna será producido en 2 semanas. A su vez, Guíntsburg detalló que el volumen de fabricación del medicamento previsto para diciembre y enero en su centro alcanzará los 5 millones de dosis al mes.
En su opinión "ahora no tiene sentido hablar" sobre su precio, mientras que Denís Logunov, subdirector del apartado científico del Centro Gamaleya, aclaró que el costo aproximado de medicamentos similares en el extranjero es de entre 5 y 30 dólares. Sin embargo, previamente Murashko ya había afirmado que la vacuna será gratis para la población rusa y que los gastos relacionados los cubrirá "totalmente" el presupuesto estatal.
La producción de Sputnik V se orientará principalmente al mercado nacional, destacó el ministro. "Creo que en primer lugar la fabricación, que [se realizará] en la Federación Rusa, estará orientada al mercado interno, ya que tenemos que satisfacer la necesidad de nuestros ciudadanos", afirmó.
Sin embargo, Murashko indicó que Rusia planea colaborar con otros países para que allí también se organice la producción. "Esas negociaciones se están llevando a cabo. El Fondo de Inversión Directa de Rusia se unió al trabajo para exportar directamente las tecnologías y el medicamento. La producción en otras plataformas es posible", dijo.
Monitoreo de la salud de los vacunados y estudios adicionales
Murashko señaló que un sistema especial permitirá vigilar el estado de salud de las personas vacunadas, mientras que una aplicación móvil, que de momento está en desarrollo, se convertirá en una plataforma en la que los pacientes podrán reportar cómo se sienten.
En cuanto a la posibilidad de la creación de otra variante del medicamento para vacunar a los niños, Guíntsburg reiteró que se usará el mismo fármaco, advirtiendo que todavía hay que realizar "un gran trabajo adicional" para determinar la dosis necesaria y el modo de administración apropiado. Al respecto, hizo hincapié en que estos ensayos "están regulados completamente por la ley" rusa que solo permite probar un medicamento en menores cuando concluyan todos sus ensayos clínicos en adultos.