
El grabado sobre roca fue una necesidad de expresarse de los indígenas y seguramente sin pensarlo se convirtió en un legado en pleno corazón de Caracas.
Solo en el Waraira Repano hay varios petroglifos que han sido documentados, fotografiados y testimoniados por muchos cultores e investigaciones.
Su distribución en la cordillera de la Costa y el Orinoco venezolano indica dos corredores viales de la movilidad de los pueblos indígenas. Eso significa que son rutas que inclusive pueden datar desde un período precerámico hasta el cerámico.
En ese tránsito, los glifos son demostración del paso de diferentes culturas indígenas que dejaron su huella y simbología registrada en las rocas, particularmente en el Waraira, destacó a Últimas Noticias la antropóloga Nelly Pittol.
Explicó que la existencia de glifos en el Waraira; lo que dice es que a lo largo de toda la cordillera hacían vida muchos grupos y, aunque todos eran caribes, hubo diferentes etnias y es de gran importancia para la comprensión de la cultura.
Más que conocer lo que dicen los glifos, estos permiten hacer una lectura de que los indígenas se preocuparon en dejar huellas y mostrar lo que eran.
“Es por eso que en muchos petroglifos podemos encontrar escenas de animales, de cacerías, representaciones solares y escenas de maternidad, un fenómeno como una mano con seis dedos, pies con seis dedos”, acotó la antropóloga.
Se cree que los elaboraron después de que domesticaron la agricultura y los animales; dejaron la caza y la recolección que les ocupaba todo el tiempo.
“Ya tenían unos cultivos más estables y eso les permitía tener una mayor capacidad o tiempo libre para poder realizar estas impresiones sobre piedras, que no se hacían en un día, porque se hacían con una arenisca, cincel y otros elementos”, dijo.

Inventario
En la parte del Waraira que se extiende por el municipio Sucre, hay petroglifos muy conocidos como en la Quebrada Galindo. Es la piedra más grande que tiene un gran número de glifos.
Conocido también como Piedra de los Indios, posee varios grabados punteados y antropomorfos, zoomorfos y geomorfos como espirales. En opinión de la antropóloga, este es uno de los más amenazados.
De acuerdo con el Catálogo de Patrimonio Cultural del IPC de 2017, está fragmentado y en regular conservación. En El Marqués también se conoce el de La Julia, con una única figura antropomorfa y que está bien preservado.
Sin embargo, en otras zonas, con el paso del tiempo, el urbanismo y el poco cuidado han sido relegados a escombros y desaparecieron, como un grupo importante que hubo en el área de Baruta y El Hatillo, donde uno de los identificados es el Petroglifo de Tusmare.
Pittol recalcó que en la zona de Guatire y Araira del Waraira también había otros grabados, sobre todo de figuras estelares, pero en Araira fueron destruidos y movidos con una máquina en la ejecución de una carretera; por tanto, no se han vuelto a encontrar.
Asentó que uno está fracturado y en proceso de ser mudado “porque la gente amenaza con seguir dañándolo”.
Asimismo, en Guatire hay varios identificados en las haciendas Santa Rosa y Santo Cristo con grabados de motivos antropomorfos. Alrededor de la zona se estima entre 12 y 15.
En el catálogo del IPC se refiere que en los municipios Plaza y Zamora de Miranda, de igual forma, está la hacienda Palmasola, en la que se localizan rocas grabadas a unos 10 metros del río Arriba.
Se describen como piedras de casi dos metros que presentan puntos y líneas.
Puntualmente, en la hacienda Santa Rosa se encuentra una piedra de cinco metros con glifos consistentes de soles espirales y figuras diversas.
En la hacienda Zamurito también hay una piedra con grabados diversos, así como en la Sierra de la India.
En La Guaira hay localizados en la Fila de Indias, donde predominan las formas humanas y animales. Se calcula que fueron elaborados con surcos en rocas areniscas de grano grueso tipo esquisto. Otro está en el parcelamiento Los Bucares.
Arte
Los petroglifos son mitogramas que representan hechos pasados de hace 600 años antes de Cristo. Solo ese hecho es motivo de inspiración para muchos que los plasman en sus trabajos, “tomando en cuenta sus formas y sus significados, pero respetando sus características estéticas y conceptuales”.
Así lo expresó Roberto Díaz, artista plástico, cuyo deseo es perpetuar y valorar con su enfoque creativo las huellas que dejaron los indígenas.
Uno de los que más le inspira es el de Zamurito, el cual sigue investigando. “Me gusta mucho porque es el único en la zona que tiene siluetas zoomorfas y antropomorfas; se representa una mujer dando a luz y seguidamente a su lado izquierdo una jaguar que se transforma”, puntualizó.
Datos
UCV. En la Biblioteca Central de la Universidad Central de Venezuela también se exhiben petroglifos con figuras de animales, seres humanos y geométricas. Datos afirman que provienen de Fila de las Llanadas, estado La Guaira, según el catálogo del IPC.
En Carabobo, Amazonas, Bolívar y otras zonas del país también se han localizado los petroglifos.