Para este viernes está previsto el lanzamiento del módulo de aterrizaje automático Luna-25, de la Agencia Espacial rusa Roscosmos, el cual tendrá la tarea científica de estudiar la composición del suelo de la luna, así como analizar los componentes de polvo y plasma de su exósfera y detectar agua.
Por primera vez en la historia moderna de Rusia, una nueva sonda robótica será lanzada a la Luna con el propósito de comprobar la presencia de hielo en la superficie cercana a su polo sur.
Luna-25 será la primera estación en realizar un alunizaje suave en la región circumpolar, donde el terreno es difícil, pues todos sus predecesores aterrizaron en la zona ecuatorial del satélite terrestre, refiere Sputnik. En esta zona, el nuevo módulo de aterrizaje tratará de detectar agua, descubierta no hace mucho por los científicos mediante equipos remotos.
De acuerdo a RT, esta misión ayudará a determinar si los polos lunares son lugares ideales para construir las futuras bases que habitarán los humanos en la Luna.
El lanzamiento, programado inicialmente para julio de 2022, se pospuso en varias ocasiones. Los principales objetivos de la misión son perfeccionar las tecnologías de aterrizaje suave en zonas polares de la Luna y realizar la exploración del área designada cerca del polo sur del satélite natural de la Tierra.
Sonda será lanzada del nuevo cosmódromo Vostochny
Inicialmente, se planeó que el lanzamiento de la sonda se llevaría a cabo desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, donde se realizaron en el pasado los despegues de los dispositivos interplanetarios soviéticos y rusos, incluidos los lunares. No obstante, Roscosmos decidió cambiar el sitio del lanzamiento, así como todo el programa lunar ruso, al nuevo cosmódromo Vostochny, ubicado en el Lejano Oriente de Rusia.
Esta decisión se basó en que Luna-25 es una sonda relativamente pequeña, por lo que un cohete mediano es suficiente para colocarla en la órbita terrestre baja prevista.
Para esta ocasión, Luna-25 será lanzada a bordo de la etapa superior Fregat, que está instalada en el cohete Soyuz 2.1b. El Fregat es un derivado del cohete Molniya-M, que envió muchas estaciones interplanetarias al espacio.
Para llegar a su destino y llevar a cabo sus tareas científicas, Luna-25 deberá completar varias etapas de vuelo. En primer lugar, el cohete Soyuz 2.1b colocará al Fregat en la órbita terrestre. Posteriormente, esta etapa superior entrará en una órbita de transferencia lunar. A una distancia de 3.000 kilómetros de la Tierra, el Fregat se separará de Luna-25 para que esta continúe con su trayectoria.
Rusia continuará explorando la luna
El módulo de aterrizaje automático Luna-25 allanará el camino para las futuras misiones lunares rusas. Se tiene previsto lanzar la estación Luna-26, que tendrá el objetivo de tomar fotografías desde la órbita lunar para la elaboración de mapas detallados de nuestro satélite.
Posteriormente, le seguirá Luna-27, que tendrá una plataforma de perforación que podrá tomar muestras del suelo lunar a una profundidad de alrededor de un metro, para inmediatamente transferirlo a instrumentos para su análisis. Por último, Luna-28 deberá entregar a la Tierra muestras del suelo polar, preservando todas las sustancias volátiles presentes en esta.
El director científico del Instituto de Investigación Espacial de la Academia de Ciencias de Rusia, Lev Zeleni, aseguró en una entrevista que la Luna es “el séptimo continente de la Tierra” y que la humanidad está “condenada a explorarla”.
La historia tras Luna-25
La anterior misión lunar rusa, Luna-24, fue lanzada en los tiempos de la Unión Soviética, en 1976.
A mediados de la década de 1990 se propuso construir una estación orbital cuyo vehículo de descenso estuviera equipado con instrumentos con la capacidad de detectar agua congelada en un cráter polar. Este módulo de aterrizaje se denominó inicialmente como ‘Lunar-Glob’.
No obstante, el proyecto no prosperó, puesto que se decidió dar prioridad al estudio de Marte. En la década del 2010, la corporación estatal Roscosmos propuso crear una sonda robótica para realizar investigaciones en el polo sur de la Luna, la cual recibió el nombre de ‘Luna-25’.
Componentes de Lun-25
El módulo de aterrizaje tiene una base de cuatro patas, que contiene propulsores de aterrizaje y los tanques de combustible, así como un compartimiento superior en donde están alojados los paneles solares, el equipo de comunicación, las computadoras y la mayor parte del instrumental científico.
Se estima que la masa seca de la estación es de unos 615 kilogramos y se espera que su peso con el combustible, al momento del lanzamiento, sea de unos 1.750 kilogramos. El dispositivo mide 3,17 metros de alto por 3,7 de ancho.
El módulo de aterrizaje tiene un Brazo Robótico Lunar (LRA, por sus siglas en inglés) de 1,6 metros de largo para extraer y recolectar las muestras del suelo lunar, conocido como ‘regolito’, a profundidades de 20 a 30 centímetros. El LRA está equipado con una herramienta de adquisición de muestras y un tubo para almacenarlas.
Luna-25 está integrado también por ocho instrumentos científicos. El primero de estos es el ADRON-LR, un espectrómetro de rayos gamma y neutrones para estudiar el regolito superficial. El ARIES-L será el encargado de detectar la partículas cargadas y neutras en la exosfera polar. El LIS-TV-RPM es un espectrómetro infrarrojo que mide el agua superficial y el hidróxido (OH) y está montado en el LRA.
El espectrómetro de masas LASMA-LR medirá la composición de muestras de regolito del LRA mediante ablación láser, mientras que el detector PML estudiará el polvo en la exosfera polar.
El STS-L es un sistema de imágenes panorámicas y locales, mientras que el THERMO-L estudiará las propiedades térmicas del regolito. El módulo de aterrizaje también llevará un panel retrorreflector láser. Se prevé que las velocidades de transmisión de datos a la Tierra sean de 4 megabits por segundo.