Los perros robot están ganando cada vez más terreno no solo en el sector militar, sino también en tareas mucho más cotidianas. Además, van adquiriendo nuevas capacidades que hasta hace poco podían parecer fantasías futuristas o sacadas de una novela de ciencia ficción.
La empresa de robótica Ghost Robotics y el Ejército australiano han descubierto la manera de controlar a los 'roboperros' con el poder de la mente, permitiendo a los soldados dominar a sus 'mascotas' con una especie de telepatía digital. Para hacerlo posible, la inteligencia artificial analiza los datos de las ondas cerebrales y los transmite desde el córtex visual de una persona hasta el perro robot de última generación, utilizando un casco biosensor de alta tecnología y convirtiendo el parpadeo en un elemento clave.
"El proceso no es difícil de dominar. Es muy intuitivo. Solo tomó un par de sesiones, es más una cuestión de concentración visual. [...] No tienes que pensar en nada específico para operar el robot, pero necesitas concentrarte en ese parpadeo", explicó uno de los soldados, Damian Robinson, citado por Fox News.
Ghost Robotics no es la única compañía que se dedica a la fabricación de 'roboperros'. Otra empresa del sector, Boston Dynamics, ya ha creado robots que pueden correr, saltar o incluso trepar árboles. Pero mientras que sus creaciones se han utilizado principalmente con fines de investigación y entretenimiento, los robots de otras empresas podrían tener como tarea hacer cumplir la ley.
Cuerpos de Policía de EE.UU., Singapur y Corea del Sur han empezado a utilizar a perros robóticos para diferentes labores, como operaciones de búsqueda y rescate o control de multitudes. La Policía surcoreana recibió en 2018 a sus nuevos 'compañeros', que venían equipados con cámaras y sensores para detectar comportamientos sospechosos.
A su vez, en Singapur los 'roboperros' realizaron servicios de patrullaje, mientras que la Policía de Nueva York les delegó la inspección de paquetes sospechosos y la investigación de lugares peligrosos. Sin embargo, estas iniciativas recibieron duras críticas por parte de la sociedad.
Algunos expertos señalan que el uso de los vigilantes robóticos podría intimidar a los ciudadanos, además de causar daños o lesiones en caso de mal funcionamiento. Al mismo tiempo, otra preocupación importante se centra en la posibilidad de que alguien pueda tomar el control de la máquina con intenciones maliciosas.
Asimismo, también se debate la cuestión puramente ética de utilizar a perros robots en el sector policial, ya que podría tener como consecuencia la pérdida de responsabilidad y supervisión humana. Teniendo en cuenta todos estos aspectos, es esencial poner en la balanza los beneficios y los riesgos que supone esta tecnología para la sociedad y garantizar la seguridad de los ciudadanos. La implementación de regulaciones y pautas estrictas tal vez podría evitar el uso indebido de estas máquinas y garantizar que se utilicen con responsabilidad antes de soltarlas a las calles.