Pese a que las autoridades iraníes han enfatizado en reiteradas ocasiones que su programa defensivo no es negociable, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, pidió hace unos días conversar con Irán sobre sus capacidades misilísticas.
En declaraciones durante su reciente viaje a Bahréin, Kerry afirmó que apoyará a los regímenes árabes del Golfo Pérsico contra el programa de misiles del país persa. Irán tiene que “aclarar a todos que está dispuesto a restringir las actividades cuyos motivos son ambiguos”, señaló el jefe de Diplomacia estadounidense.
Tras los exitosos lanzamientos de los misiles balísticos iraníes ‘Qadr F’ y ‘Qadr H’ con alcances de 2000 y 1700 kilómetros, respectivamente, el Occidente ha lanzado una nueva ola de acusaciones contra Irán. Francia, el Reino Unido, EEUU y Alemania alegaron en una carta enviada al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) que las nuevas pruebas de misiles de Irán contradicen la resolución 2231 de este organismo.
Esto ocurre mientras las autoridades iraníes insisten en que la resolución 2231 no impide a Irán llevar a cabo ensayos de misiles. Explican que el texto de esta resolución pide a Teherán que “no emprenda durante 8 años ninguna actividad relacionada con los misiles balísticos dirigida a transportar armas nucleares, incluidos los lanzamientos que utilicen esa tecnología”.
Después de que el CSNU no logró un consenso para aprobar medidas antiraníes, debido a la oposición de Rusia, las autoridades estadounidenses trataron de acusar a Irán de violar el acuerdo nuclear mediante interpretaciones nuevas de este pacto. El presidente estadounidense, Barack Obama, calificó las pruebas de misiles de Irán de “provocativas” y contra “el espíritu” del acuerdo nuclear.
Obama lanza estas acusaciones contra Irán, mientras durante los últimos meses, Washington ha adoptado medidas que se consideran contrarias a sus compromisos en el marco de este acuerdo.
En enero, EEUU aprobó una nueva normativa, según la cual, los extranjeros que hubieran visitado Irán, Irak, Siria o Sudán después del 1 de marzo de 2011, no podrán ingresar a territorio estadounidense sin visado. Los expertos políticos consideran esta ley como una nueva sanción al país persa, lo que a su vez viola el acuerdo nuclear.
Por su parte, el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, recalcó en un discurso que el caso nuclear no fue nada más que una excusa occidental, por lo que una vez solucionado este caso, EEUU recurrirá a nuevos temas como los derechos humanos para presionar a Irán.
Kerry manifestó su apoyo a los países árabes del Golfo Pérsico, mientras algunos de reinos, incluida Arabia Saudí, que gastan miles de millones de dólares al año para comprar los armamentos a EEUU y sus aliados, son los principales responsables del aumento del terrorismo en Irak, Siria y Yemen.
Tanto durante los diálogos nucleares entre Irán y el Grupo 5+1 como después de lanzamientos de los misiles balísticos en Irán, las autoridades persas han enfatizado que no permiten ninguna injerencia extranjera en su programa defensivo.
Aunque las autoridades estadounidenses todavía no han aceptado que el programa de misiles de Irán no es negociable, algunos medios de comunicación occidentales han admitido esta realidad.
El portal National Interest indica que sin una capacidad militar defensiva y disuasiva, Irán se siente débil para hacer frente a sus enemigos. “Irán considera primordial la continuación de su programa de misiles. Nosotros debemos esperar que Teherán utilice todos los medios necesarios para su protección (…) Ni las amenazas del presidente estadounidense, ni las sanciones del Congreso de EEUU son capaces de influir en la voluntad de los iraníes para desarrollar su programa de misiles”, agrega.