Tras la liberación de la región de Al-Amiriya, en el norte de la antigua ciudad de Palmira, las fuerzas gubernamentales sirias avanzaron hacia las regiones norteñas y occidentales de la urbe y, después de once meses, recuperaron el control de la perla del desierto sirio (Palmira) de manos del grupo terrorista Daesh. Mientras tanto hay que considerar varios puntos con respecto a la importancia de esa victoria.
En primer lugar, esta victoria es un éxito simbólico ya que esta ciudad es uno de los principales emblemas de la cultura siria y descrita por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) como el lugar de cruce de varias civilizaciones. Tras la toma de Palmira, en mayo de 2015, las preocupaciones mundiales se incrementaron por la pérdida de miles de años de civilización. Sin embargo, enfocar la atención en esa ciudad histórica podía tener consecuencias inversas, como muchos advirtieron de que Daesh utilizaría la destrucción de los monumentos históricos como una herramienta para provocar miedo. De hecho, tras ocupar Palmira, Daesh utilizó su anfiteatro para perpetrar las ejecuciones como el caso del ex jefe de Antigüedades, de 82 años de edad. Además dinamitó un templo de dos mil años de Bel y destruyó el Arco del Triunfo de Palmira.
El segundo, es la importancia estratégica de Palmira. De hecho, la recuperación de esa ciudad, pese a que se registró un gran número de víctimas durante su liberación, se considera el fracaso más fuerte que ha sufrido Daesh desde que declaró su califato en enero de 2014. La ciudad de Tadmor, cerca de Palmira es una entrada estratégica para las zonas orientales de Siria. Es decir, esa ciudad es la entrada de la provincia de Al-Raqa (norte) con solo 50 kilómetros de distancia. Por otra parte, Palmira ahora se perfila como la base central para extender las operaciones contra Daesh en diversas zonas, entre ellas Deir al-Zur y Al-Raqa. Al-Raqa es la base principal de Daesh y la provincia oriental de Deir al-Zur es otra fortaleza clave y rica en petróleo. Palmira asimismo facilita la toma del control de las zonas cerca de la frontera con Irak. Quizás se pueda decir que la liberación de Palmira es un golpe mortal a Daesh ya que el Ejército sirio ha aumentado su moral y se considera a sí mismo la fuerza más efectiva para erradicar a los terroristas.
De hecho tras la liberación de Palmira, las fuerzas sirias están decididas a avanzar hacia otras zonas como Deir al-Zur, Al-Raqa y Al-Tanf. En este nivel, el Ejército sirio intenta restringir las rutas de transporte y suministro de los terroristas antes de recuperar el control de estas provincias.
La tercera importancia se refiere a la participación de las fuerzas extranjeras, especialmente de Rusia. Al atacar 150 veces a los terroristas cerca de Palmira, lograron matar a más de 100 terroristas, destruir cuatro tanques, tres artillerías, 12 bases, seis almacenes de municiones y realizar 40 ataques durante 24 horas y el apoyo aéreo a las fuerzas terrestres, Rusia probó que a pesar de declarar la retirada de una parte de sus fuerzas aéreas, sigue apoyando al Gobierno sirio y mostró una vez más su eficacia en la lucha contra el terrorismo en comparación con la llamada coalición anti-Daesh, liderada por EEUU, de manera que el comandante de los Halcones del Desierto (Fuerzas populares sirias) agradeció a Rusia y subrayó que la victoria de Moscú “cambiará el juego”.
Por lo tanto, en este tiempo critico, tras la entrada de Rusia en la crisis interna de Siria y el cambio de muchas ecuaciones a favor del gobierno central, la recuperación de Palmira ha facilitado la liberación de otras ciudades, especialmente el califato de facto de Daesh en Al-Raqa, para las fuerzas gubernamentales.