Este jueves cuando se cumple la cuarta jornada de paro cívico indefinido en Bolivia, su presidente, Luis Arce advirtió que será necesaria la organización social para defender la democracia, recién recuperada hace un año en ese país, refieren agencias.
El Gobierno de Luis Arce cumplió recientemente un año en el poder, y desde el 8 de noviembre los departamentos de Santa Cruz y Potosí se convirtieron en el centro de las protestas que amenazan con derrocarlo en caso de que no derogue la ley 1386, aprobada con mayoría parlamentaria oficialista.
El presidente boliviano asegura que la ley 1386, de Estrategia Nacional de Lucha Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y Financiamiento del Terrorismo, es utilizada como excusa por la oposición para afectar al Gobierno.
«Somos un Gobierno del pueblo y para el pueblo. Nunca vamos a hacer nada que afecte el bolsillo, la propiedad de nuestras hermanas y hermanos, de los más pobres, los más humildes. Olvídense hermanos», dijo el presidente durante una reunión con campesinos de La Paz.
La agencia de noticias Sputnik reseñó que las protestas y el paro no se sienten en La Paz. Pero sí en Tarija, Cochabamba, Santa Cruz y Potosí, donde se registra interrupción del tránsito, cierre de comercios, enfrentamientos entre quienes quieren trabajar y quienes quieren parar.
Las protestas contra su Gobierno son encabezadas por el sector gremial —el de los pequeños comerciantes— porque aseguran que la ley 1386 va a quitarles sus ganancias. Este rumor echaron a correr semanas atrás legisladores de la oposición y cívicos, quienes convencieron a algunos dirigentes de movilizarse.
El miércoles, en Cochabamba y Santa Cruz, donde el paro se cumple parcialmente, también hubo marchas vespertinas, mientras que Arce tuvo encuentros en esta jornada con campesinos de La Paz y mineros de Oruro afines a su Gobierno, quienes le expresaron su respaldo, refiere EFE.