Compañeros luchadores estudiantes, obreros, intelectuales que se agrupan bajo las banderas del POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO, compañeros luchadores que simpatizan y apoyaron han apoyado a Clara López en las urnas. Estos son momentos difíciles, el partido político más visible de oposición por la izquierda en Colombia atraviesa por un grave momento: nada más
ni nada menos, que la presidenta del partido ha decidido franca y descaradamente pasar a engrosar las filas del campo enemigo, al aceptar el Ministerio del Trabajo del gobierno Santos. Ya es tradición de los gobiernos burgueses, cooptar dirigentes de la clase obrera o cercana a esta, para que sirvan de correa de transmisión de sus planes de explotación. El Presidente Santos, fiel a este método, pretende ubicar en esta cartera un rostro “amigo de los trabajadores” para facilitar los despidos, la tercerización y la pérdida de derechos.
Durante la campaña electoral y los meses que siguieron, se hizo cada vez más evidente y plausible que el gobierno santista intentaría cooptar para su proyecto a sectores de la izquierda, también se hizo evidente el compromiso de esos sectores con el proyecto santista: escondidos tras la bandera de la paz vienen las privatizaciones, los recortes, el despojo y la legalización de la tercerización, entre otros detalles. Con la excusa del apoyo a la paz, Santos avanza en su plan de amarrar al movimiento social y popular.
Es posible que el Senador Jorge Robledo nos quiera hacer creer que “Clara no representa las posiciones del POLO”, tampoco lo hacía Samuel Moreno. A su modo, ambos traicionan los intereses y las ilusiones de los trabajadores que han confiado en ese partido. No debemos seguir creyendo en la teoría de las manzanas podridas, lo acontecido con el POLO es la consecuencia directa y natural de su programa, el Ideario de Unidad y la defensa del Estado Social de Derecho y de la alianza de los trabajadores y la izquierda con sectores de la burguesía nacional. Por eso la presencia de Clara López en el gobierno no es un hecho aislado. La indignación de Robledo es pasajera y seguramente no llegará a medidas como la expulsión ni siquiera la ruptura con ese sector del POLO, dado que necesita servirse del aparataje para su proyecto político.
No es casual que Clara reemplace a Luis Eduardo Garzón en el Ministerio del Trabajo. Él como ella, después de administrar “responsablemente” el asistencialismo con los negocios de la burguesía en Bogotá, y de intentar llegar a la presidencia, buscan su nicho dentro del gobierno de Santos. Lucho directamente en la Unidad Nacional y Clara López desde la unidad de la izquierda reformista, abrazaron con entusiasmo la campaña presidencial de Santos bajo la excusa de la paz.
Nuevamente se equivocan las voces “optimistas” que creen que Clara podría jugar un papel progresivo a favor de los trabajadores. La experiencia con el ministro Garzón es elocuente, una vez sentados del otro lado, los antiguos dirigentes anteponen los intereses de su nuevo patrón a los de los trabajadores. En este caso -como lo fue en su momento el tránsito de Maria Emma Mejía del Polo al gobierno- Clara López proveniente de una familia burguesa, tiene muchos menos lazos con el movimiento obrero de los que tenía Garzón y como lo decíamos en el 2014, ella se ha sabido servir de los trabajadores para llegar a cargos públicos[1], su discurso siempre de defensa del capitalismo “humano” da cuenta de lo que puede esperarse de ella[2].
Ante lo que estamos es una crisis política de la izquierda reformista, en la cual las direcciones políticas y sindicales están siendo cooptadas por el régimen, integrándose al gobierno santista velada o descaradamente, y desviando las luchas que se presentan en contra de todas las medidas y ajustes que contra el pueblo y los trabajadores adelanta el gobierno. Con estas acciones, se pone de manifiesto que la firma de los acuerdos, al tiempo que promete acabar con el conflicto armado, se convierte en un pacto reaccionario en el cual la política de las direcciones empeña a los trabajadores a cambio de muy poco.
Es por eso que llamamos a toda la militancia del polo, a sus simpatizantes y amigos, a romper de inmediato con ese partido y con su política de concertación y colaboración de clases, los llamamos a constituir de inmediato un frente de luchas contra Santos, Uribe y el imperialismo donde se agrupe la verdadera oposición en Colombia. No es la hora de integrarnos al campo del gobierno, es la hora de repudiar a los que lo hacen y unirnos en un frente de luchas revolucionario que realmente organice las luchas que necesitamos.
Comité Ejecutivo
PST-C
Bogotá, 27 de abril de 2016