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El Pelusa, que se corrompió por beber del cáliz de la alcantarilla y absorber el humus tóxico de los buitres carroñeros que festejaron a su costa, es también el héroe mítico que en mundial de fútbol de México´86 devolvió la dignidad al pueblo argentino que había sufrido una humillante derrota en la guerra de las Malvinas. “Su gol del siglo” supuso “un mazazo al colonialismo británico en Argentina y en América Latina”

Maradona siempre mostró empatía por los pueblos oprimidos, ya que nunca se olvidó de su humildísimo origen ni de las penurias que padeció cuando apenas era un mocoso que hacía maravillas con el balón en Villa Fiorito. Ya de enano daba inmensa alegría a los más

pobres que veían en él a un héroe que pudo abandonar el infierno de “los nadies”, elevarse, alcanzar la gloria (…)  hasta que, como nos recordó Galeano[1], “fue víctima de la ´exitoína´, la más devastadora de las drogas que lo convirtió en un dios sucio”.

“Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra” viene a decir mi honorable amiga Ilka Corado[2], escritora y poetisa guatemalteca (además de inmigrante indocumentada que conoce el barro de la barriada) que acaba de escribir el texto más humano y sincero que he leído hasta ahora sobre el astro argentino y que se puede explorar pinchando en este enlace “a Maradona lo que es de Maradona”.

El Pelusa, que se corrompió por beber del cáliz de la alcantarilla y absorber el humus tóxico de los buitres carroñeros que festejaron a su costa, es también el héroe mítico que devolvió la dignidad al pueblo argentino que había sufrido una humillante derrota en la guerra de las Malvinas. Aún recuerdo a la flota imperial británica con el príncipe Carlos de Inglaterra con el torso al desnudo “dispuesto para el combate” con el apoyo incondicional de los todopoderosos Estados Unidos de América.

Aquel ataque a las Islas Malvinas en 1982, donde varios buques británicos fueron hundidos o dañados por los cazas argentinos que contaron con el misil francés Exocet[3] dejó una huella indeleble en el país de Evita y Perón, y una herida “que sólo dejó de sangrar” cuando Maradona, que en los momentos de gloria contaba con inspiración divina, provocó una estrepitosa derrota a Inglaterra -en los cuartos de final- capitaneando la selección argentina en el mundial de fútbol de México´86.

Emir Kusturica, cineasta, guionista y músico serbio que hizo un documental sobre Maradona en 2008, reveló en su día que el ídolo argentino se había propuesto infringir una derrota histórica a Inglaterra para vengarse de la decisión de Margaret Thacher y Cía de lanzar la ofensiva contra las Islas Malvinas para perpetuar el colonialismo británico en Argentina y otros países de América Latina.

La orgullosa “armada británica” salió de México´86 con el rabo entre las piernas, pues el primer tanto de Argentina, el balón de la mano de Dios de Maradona, “hundió todos sus portaaviones” y el segundo, tras gambetear y dejar atrás a cinco jugadores ingleses, impactó en los morros del príncipe Carlos y de la reina de Inglaterra, que ese día -dicen las malas lenguas- se orinó y se la atragantó el vermú y la aceituna. Margaret Thacher (ex primera ministra británica entre 1979 y 1990) y su marido Denis, quien solía jugar al golf[4] en La Manga (Cartagena, Murcia) esa noche no pudieron acoplarse y maldijeron al Barrilete Cósmico que emergió como un tritón con tridente candente entre los náufragos de Las Malvinas.

Argentina ganó su segunda Copa del Mundo[5] ese año (tras derrotar a Alemania por 3 a 2) ante 114.600 espectadores, y Maradona, ya en el altar olímpico, conseguiría el balón de oro por su mágica actuación en el Estadio Azteca, que incluyó “el gol del siglo” contra Inglaterra. En casa se le recibió como al definitivo vencedor de la guerra de las Malvinas. Los argentinos volvieron a caminar con la cabeza bien alta.

También Maradona, que veneraba a Fidel Castro, sentía gran empatía por los débiles de todas las naciones y los desposeídos del Tercer Mundo y, en especial, por Palestina. Con ese país milenario que Israel, EEUU y Europa están borrando del mapa (gracias a sus eternas alianzas con el más fuerte) al tiempo que besan los pies del lobby judío.

Esa troika ha logrado que “el pueblo palestino” conozca el destierro en su propia tierra y tenga que soportar con los ojos desorbitados y ensangrentados como “el monstruo” apoyado por Occidente les devora las entrañas y les deja en un páramo que cada día se parece más al Tinduf de los saharauis (conocido también como el infierno de los infiernos).

”En mi corazón soy palestino”, dijo Maradona al ahora cuestionado presidente de la ANP, Mahmud Abbas, cuando se reunió con él en Moscú durante la Copa Mundial de Futbol Rusia 2018, informó el canal independiente MEE (Middle East Eye), que cuenta con corresponsales y columnistas en 24 países de la región.

MEE (El Ojo de Oriente Medio) que reproduce un artículo “The Palestine Chronicle” publicado el pasado 26 de noviembre, un día después de la muerte del astro argentino, agregó que “para los palestinos que viven bajo la ocupación israelí Maradona es una inspiración” que alienta la lucha de los pueblos sometidos.

«Maradona nos inspiró. Fue un hombre pequeño de un lugar marginado, como nosotros, pero tan entusiasta como nosotros. Él encontró en su camino, en el fútbol, la esperanza. Él nos demostró que todo es posible” (…)  «¿Podéis imaginar lo felices que éramos cuando Maradona se preocupaba por Palestina y apoyaba nuestra causa? Nuestra alegría era completa. Especialmente cuando expresó su respaldo moral y personal a Palestina en julio de 2018 y dijo: «En mi corazón, soy palestino», puntualiza el reportero que firma como Barud.

Los palestinos siempre recordarán a Maradona llevando el Kufiya y gritando ¡¡¡Viva Palestina!!! como cuando protestó, rabiosamente solidario, por el ataque israelí a Gaza en 2014, operación llamada Margen Protector que se saldó con 2.205 palestinos muertos (1.563 civiles, incluidos 538 menores), cien mil desplazados sobre una población de dos millones, 22.000 casas completamente destruidas y 113.500 viviendas con daños de diversa consideración. En el lado israelí, los cohetes palestinos y el fuego de mortero acabaron con 71 vidas, seis de ellas civiles.

Termino esta crónica repitiendo el mensaje que nos dejó Ilka Corado “A Maradona lo que es de Maradona”. ¡No carguéis sobre ese hombre todas las miserias del machismo y del patriarcado! ¡Buscad en sus causas históricas! ¡Indagad en otros lugares donde se golpea y se mata con guante blanco, se expelen gases perfumados y se dispara, con corona, en la frente de los elefantes! ¡Descargad esa rabia sobre esa sombra oscura que todo lo penetra, esa silueta alargada de los superhombres poliédricos, divinamente blancos y puros, que gobiernan este mundo de perros!

[1] Para ver el video de Galeano sobre Maradona pinchar en este enlace: Héroe y dios sucio.

[2] Ilka Corado, periodista, escritora y poetisa guatelmalteca, es una heroína y luchadora que se instaló como inmigrante indocumentada en Estados Unidos tras sortear todo tipo de peligros y atravesar el desierto mexicano de Sonora. Con esa excepcional mujer, feminista hasta la médula, he mantenido una breve pero intensa correspondencia que me ayudó a comprender un poquito más a “los nadies” del otro lado del charco. Su experiencia como migrante la narra en su libro “Historia de una indocumentada, travesía en el desierto Sonora-Arizona”. Los interesados pueden pinchar en el título para “entrar en su experiencia”.

[3] En la guerra de las Malvinas (2 abr-14 jun 1982) la armada argentina sorprendió a la flota imperial británica destruyendo varios de sus buques o dañándolos con el misil francés Exocet. Buenos Aires había comprado a París catorce misiles Exocet tipo AM39 y catorce aviones de combate Super Étendard perfectamente diseñados para disparar ese letal proyectil. A los británicos les entró la cagalera cuando recibieron los primeros impactos de los Exocet y sólo cuando los argentinos agotaron ese exiguo arsenal, pudieron sacar su sonrisa de chacal y convertir el conflicto en un paseo militar.

[4] Conocí a uno de sus compañeros de golf en el legendario Café Columbus de Cartagena (fundado en 1932). Em ese emblemático lugar el escritor Arturo Pérez Reverte escribió parte de su Capitán Alatriste.

[5] La primera la ganó en 1978 en el Estadio Monumental de Buenos Aires derrotando a Holanda 3 – 1.

Blog del autor Nilo Homérico