
El Gabinete de Seguridad de Israel ha aprobado la creación de una «Oficina de Emigración Voluntaria para los residentes de Gaza interesados en trasladarse a terceros países», tal y como anunció el ministro de Defensa, Israel Katz.
Esta decisión supone un nuevo paso en el genocidio palestino. Al igual que la Alemania Nazi abrió en 1940 la Zentralstelle für jüdische Auswanderung, la Oficina Central para la Emigración Judía, el Estado sionista está intentando presentar el genocidio y la limpieza étnica como una migración voluntaria, “permitiendo al pueblo de Gaza elegir libremente ir a donde quiera”.
La oficina, abierta por el Ministerio de Defensa, cuenta con la colaboración del COGAT, la autoridad militar y civil que se encarga de la ocupación de la Franja de Gaza y Cisjordania, para planificar el traslado forzoso y la deportación masiva de palestinos del enclave.
El objetivo de Israel: la limpieza étnica de Gaza
El propio primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha comentado públicamente que este es el objetivo final de la guerra, haya o no un acuerdo de alto al fuego. De hecho, la tregua debe servir para implementar la limpieza étnica de Gaza. Para Israel, la negociación no se ha roto, sólo se ha trasladado al terreno militar para presionar a Hamás a que acepte este resultado.
En su declaración a la prensa, Bibi comentó lo siguiente sobre la etapa final: “Hamás depondrá las armas. Sus líderes podrán marcharse. Velaremos por la seguridad general en la Franja de Gaza y permitiremos la realización del Plan de Trump para la migración voluntaria. Este es el plan. No lo ocultamos y estamos dispuestos a discutirlo en cualquier momento”.
El ministro de Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, también ha sido bastante claro en reconocer que la reanudación de la contienda es el único medio para llevar a cabo la limpieza étnica de Gaza, subrayando que, sin presión militar, la situación frente a Hamás habría “permanecido estancada”. “En las últimas dos semanas y media, hemos llegado a un punto muerto: no hay ataques aéreos ni regreso de rehenes, y esto es algo que Israel no puede aceptar”. En otras palabras: únicamente con la negociación no podían alcanzar sus objetivos.
Otros ministros han sido algo más claros en sus palabras y reconocen que el plan no es “voluntario”. El ministro de Comunicaciones explicó que el objetivo de expulsar a los palestinos debe entenderse como un “plan de deportación”.
Con este mismo espíritu, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ha defendido que el Plan de Trump podría completarse rápido: “Si sacamos a 5.000 personas de Gaza cada día, tardaremos un año en aplicar el plan de Trump». El propio Smotrich ya avanzó el 15 de febrero que se han iniciado «los preparativos con los estadounidenses para implementar la migración voluntaria. Calculo que la migración comenzará en unas semanas”. Para la ministra de Protección Medioambiental, Idit Silman, del Likud, la “única solución para la Franja de Gaza es vaciarla de gazatíes”, calificando la medida de “realista”.
En una entrevista con la radio pública Reshet Bet afirmó que el gobierno de Benjamin Netanyahu está “comprometido con la idea de fomentar la emigración” y añadió que cree que “Dios nos ha enviado a la administración estadounidense y nos está diciendo claramente: es hora de heredar la tierra. Gush Katif [la mayor colonia judía en Gaza] volverá, de eso no hay duda. Podría ser en casas unifamiliares o en torres al estilo Trump, pero sin duda volveremos allí. No veo otra solución al terrorismo. La respuesta al terrorismo es la soberanía”. Para los sionistas, soberanía significa anexión de nuevos territorios.
Israel asedia, de nuevo, Gaza
Según Katz, los palestinos deberían ser deportados a países que critican las acciones de Israel, como España, Irlanda o Noruega. Sin embargo, de acuerdo con información publicada por medios israelíes y la agencia Associated Press, Estados Unidos e Israel habrían entablado conversaciones con altos cargos gubernamentales de Sudán, Somalia y el Estado no reconocido de Somalilandia para explorar la posibilidad de deportar a palestinos a esos territorios.
Por el momento, Sudán ha negado la mayor, mientras Somalia ha dicho que nunca aceptaría una propuesta así. Por su parte, en Somalilandia reina en silencio; en este territorio la elección de Donald Trump es vista como una oportunidad de adquirir reconocimiento internacional. Marruecos, estrecho aliado de Israel, también podría jugar un papel importante debido a su interés de que cerrar el expediente del Sáhara Occidental con el apoyo de Washington.
En su particular “Plan Madagascar”, los líderes sionistas siguen el mismo principio y la misma lógica que Adolf Eichmann en el juicio de Jerusalén: “Era una emigración regulada y planificada, lamento que este principio no se mantuviera hasta el final de la guerra”. Esto nos indica la dirección que está tomando el genocidio y una escalada cada vez mayor de la violencia que responde a la incapacidad de derrotar militar y políticamente a la resistencia palestina. De esta forma, en la medida en que desde sus propios presupuestos son incapaces de resolver “la cuestión palestina”, cada vez acudirán a “soluciones” más extremas.
Los últimos movimientos militares también apuntan en esta dirección. El 1 de marzo Israel impuso un asedio total a Gaza, interrumpiendo toda la ayuda por primera vez desde el comienzo de la guerra: el corte de electricidad obligó a cerrar una importante planta desalinizadora en el centro del enclave, poniendo fin al acceso al agua potable para gran parte de la población.
Los grupos de ayuda advierten de que las terribles condiciones creadas por el bloqueo del Estado hebreo amenazan con volver a provocar hambrunas masivas. El ejército israelí también esta partiendo la Franja de Gaza en distintas secciones, encerrando a la población palestina en cada vez menos territorio. El 19 de marzo, retomó el control del corredor de Netzarim y, doce días después, ordenó la expulsión de la ciudad de Rafah, en el sur, obligando a huir a miles de personas.

En este territorio, que es un quinto de la Franja de Gaza, Israel ha creado una “zona de contención”, donde no se permitirá el regreso de los residentes y se demolerán todos los edificios. Aquí, el ejército sionista ha anunciado la creación de un nuevo corredor militar, que Benjamín Netanyahu ha bautizado como Corredor Morag, en honor al antiguo asentamiento israelí entre Rafah y Jan Yunis.
Mientras el genocidio continúa en Cisjordania, la Autoridad Palestina inaugura un nuevo centro comercial en Ramala. Como dijera Eichmann a los sionistas, siempre les quedará decir:
“En mi opinión fue beneficioso para ambas partes. Escuché las quejas y las incesantes peticiones de ayuda y asistencia de los funcionarios judíos que habían sido excluidos por ley de las esferas normales de la vida y que se encontraban en una situación muy difícil. Intenté ayudar a estos funcionarios judíos y juntos estudiamos soluciones […] Siempre tuve en cuenta los deseos de los judíos de tener su propia tierra para su propio país. Esta idea contaba con mi total apoyo, por eso colaboré gustosamente con el objetivo de encontrar una solución a este problema. Ese era mi deseo y mi idea para ayudar a crear un espacio donde los judíos pudieran vivir”.